Hace unos años, quedarse sin efectivo era todo un problema. Había que salir a buscar un cajero automático y confiar en que tuviera fondos. Durante los feriados o paros bancarios, las posibilidades de encontrar cash eran aun menores. 

En 2017, Visa y Mastercard presentaron en el mercado Extra Cash y Cash Back respectivamente, que permiten extraer efectivo al comprar en una farmacia, un supermercado o estación de servicio y abonar con débito.

De este modo, los usuarios se evitaban ir a un banco, al tiempo que este servicio abarataba los costos para los comercios adheridos al reducir la cantidad de caudales a transportar. La incursión fue todo un éxito: Extra Cash creció 40% en cantidad de transacciones y 60% en volumen operado en 12 meses, señalan desde Prisma Medios de Pago.

 

Las redes de cobranzas también vieron este negocio y salieron a ofrecer otra herramienta para facilitar la obtención de billetes. "El crecimiento de la extracción de efectivo está en el orden del 40% anual, apenas por debajo de la inflación. Una operación promedio es de $5.000", revela a iProUP Gustavo Gómez, CEO de RapiPago y presidente de CAECEIS, la cámara que nuclea a las firmas del sector.

En abril del año pasado, el Banco Central reglamentó otro mecanismo para dotar al país de más terminales: autorizar la existencia de cajeros extrabancarios. Es decir, que a partir de entonces dejó de hacer falta que estén dentro de una entidad financiera. 

Es que la Argentina es uno de las naciones de la región con menor densidad de máquinas expendedoras de billetes: 60 por cada 100.000 adultos, contra casi el doble que ostenta Brasil (120) y por debajo también de Uruguay (90). Los especialistas coinciden en que se requieren de al menos 50.000 equipos más para cubrir el territorio. Esa cifra resulta por demás ambiciosa, si se considera que en la actualidad hay apenas 16.500 (un tercio) desplegados por las dos redes que, hasta el momento, se reparten todo el mercado: 9.300 pertenecen a Link y 7.200 son propiedad de Banelco.

En este marco, aparece un tercer jugador que viene a patear el tablero. Se trata de Octagon, una compañía creada en Estados Unidos hace 12 años por el argentino Sebastián Ponceliz y que buscará colocar sus terminales en quioscos, supermercados, estaciones de servicio y cantidad de locales de otros rubros.

No sólo eso: promete que sus cajeros tendrán funcionalidades de última generación y con un modelo en el que los comerciantes e inversores también pueden obtener rentabilidad en un mercado virgen a nivel local.

El negocio

Luego de varias demoras vinculadas a la obtención de licencias en el país y la firma de convenios, Octagon prepara su lanzamiento y avanza con su sede en el microcentro porteño.

Se trata de la oficina del Banco Interfinanzas, que la firma (Octagon) está en proceso de adquisición desde el año pasado, donde una de estas terminales ya está funcionando aunque sin conexión a la red.

"Si bien la apertura de la adquirencia debió comenzar formalmente el 1º de diciembre, todo ese proceso fue largo, y lejos estuvo de ser automático. Eso nos fue corriendo la fecha de largada", señala a iProUP Begoña Pérez de Solay, gerenta general para la Argentina de Octagon.

El proceso se demoró debido a que Visa procesaba de manera local estas transacciones a través de Prisma y recién este año trajo al país su plataforma VisaNet. En cambio, con Mastercard ya la firma está operativa.

La compañía tiene las licencias de adquirencia de las redes pertenecientes a ambas marcas de tarjetas de crédito, por lo que "pide" información a estas empresas en lugar de conectarse a las redes Link y Banelco.

"La transacción se procesa por Visa o Mastercard, pasando a través de la cámara compensadora, el banco presentador (Interfinanzas) recibe en nombre de Octagon los fondos y los liquida a quienes cargaron los cajeros", explica la ejecutiva a iProUP.

Estos últimos son los dueños de los locales donde se ubicarán las terminales y son una parte vital del ecosistema, que brinda la posibilidad de participar en este negocio como:

- Inversor: adquiere el equipo y Oddissey Group –empresa propietaria de Octagon– se encarga de buscar y contratar la locación

- Locatario: cede su espacio para que la compañía instale el cajero

- Inversor locatario: el comerciante puede adquirir una terminal e instalarla en su negocio

Los precios de los equipos parten desde los u$s8.500 y generan rentabilidad ya que cada operación tiene un costo asociado, que le es advertido al usuario. Pero, además, generan ciertos beneficios al comerciante, sea a o no inversor:

- Puede "descargar" el dinero de su caja, evitando gastos de transporte de caudales

- Genera más tránsito de un público que, de otra manera, no hubiese ido al local

"Actualmente, contamos con más de 1.200 cajeros ya vendidos: cerca de 200, a inversores particulares y más de 1.000 a un fondo de inversión. Muchos de ellos ya ingresaron a producción y tienen un punto de locación cerrado, entre supermercados, farmacias, kioscos y redes de cobranzas", remarca Pérez de Solay.

Desde la firma esperan una fuerte demanda de estos equipos. Además, prepara un edificio en el Distrito Tecnológico de Parque Patricios para almacenar las cientos de terminales que irán trayendo traerán desde China. También instalará allí un laboratorio para reparación, actualización y puesta a punto de los cajeros.

Cajero 4.0

La red Octagon se basa en una plataforma que va más allá de la terminal: la idea final de la compañía es que sean un "marketplace" de servicios de terceros.

"Comenzaremos con retiro de efectivo y transferencias, para que una persona bancarizada pueda enviarle dinero a una no bancarizada o viceversa, o entre dos personas no bancarizadas", revela Pérez de Solay a iProUP.

Según la directiva, su billetera MoneyFi permite ingresar el DNI y el número de documento de un individuo para generar una orden de extracción. Así, puede pasar un token (una especie de clave) para obtener dinero de un cajero de la red Octagon o bien guardarlo en su billetera virtual y retirarlo de a poco.

"El cajero ofrece un servicio de cash-in a todas las billeteras virtuales", remarca Pérez de Solay. En efecto, esa es la estrategia de la firma: invitar a las fintech para que la red Octagon sea una vidriera de sus productos.

"Venimos negociando con gran número de empresas. Con algunas, estamos más avanzadas. Liquidación de préstamos estará en breve, pago de servicios también estará este año y lo que viene es el otorgamiento de créditos", asegura la ejecutiva.

Asimismo, la firma posee acuerdos con casas de cambio virtuales para posibilitar la compraventa de Bitcoin y otras monedas digitales a través de los cajeros, mientras prepara su propia divisa –que se llamará también MoneyFi– para proveer transferencias internacionales de bajo costo.  

"También estamos muy avanzados en tarjetas prepagas, con una impresora de tarjetas integrada en los cajeros para que los usuarios de las billeteras puedan llevarse la plata o un plástico", asegura la country manager de Octagon.

La directiva adelanta que las fintech también podrán distribuir sus tarjetas a través de las terminales y ahorrarse el costo del delivery. Especialmente, de las prepagas (Mercado Pago y Ualá las ofrecen, por ejemplo). "En otros países tienen un fuerte desarrollo, especialmente entre los no bancarizados, ya que no requieren de una línea de crédito y permiten abonar servicios digitales como Netflix".

La compañía tiene acuerdo con los fabricantes de cajeros Puloon y con GRG, que es el principal fabricante de máquinas expendedoras de billetes a nivel global. Este último ofrece terminales de altas prestaciones, como lector de huella, pantalla táctil, lector de código de barras y QR para el pago de servicios, entre otras opciones.

"Se trata de un modelo supernovedoso para el mercado retail, ya que tiene módulo reciclador. Los empleados de los comercios pueden ingresar el dinero y la terminal realiza toda la gestión de tesorería", señala Pérez de Solay.

Y agrega: "El ATM hace la validación de cada billete que se deposita, guarda en la memoria el número de serie, los ordena en las casetas (según denominación) y los expende a la gente. Eso hace un uso muy eficiente del dinero, ya que esa plata termina saliendo de extracciones".

Pérez del Solay señala que, si bien el principal cliente son los comercios "para brindar un servicio a adicional a sus clientes y a la vez resolver sus costos de manejo de efectivo", las máquinas expendedoras "pueden ubicarse en diferentes ámbitos: desde una empresa, para sus empleados, hasta en la puerta de un edificio", para bajar los gastos de expensas.

No será el único

Si bien Oddisey avanza con sus terminales, Link y Banelco también planean ubicar sus equipos en comercios. Como ventaja, quienes tengan una cuenta sueldo o cobren su plan social, no pagarán por las extracciones.

La empresa que ya arrancó es Link, bajo la marca Cajeros Express: ya tiene firmados 420 contratos con kioscos, estaciones de servicio y otros locales, de los cuales están funcionando unos 300 equipos. Esperan cerrar el año con 500 terminales.

"La inversión en la compra del cajero automático y la instalación inicial es de aproximadamente u$s7.500. Se recupera en sólo seis meses, considerando el ahorro del transporte de caudales y el ingreso por las comisiones de las operaciones", explica a iProUP Jorge Larravide, gerente comercial de Link.

Valeria Melchior, gerente de Productos de la división Procesamiento de Prisma Medios de Pago, señala a este medio que Banelco prepara su propio servicio, que saldrá al mercado "en el corto plazo".

Según Larravide, hay varios modelos disponibles, pero se tratan de terminales "simples" que permiten realizar menos transacciones en comparación con los equipos bancarios que cuentan con otros módulos y, obviamente, tienen un costo más alto.

"Por ejemplo, no poseen el reconocimiento de billetes sin ensobrar, escaneo de frente y dorso de cheques. El más oneroso, que es el cajero automático reciclador, paga las extracciones con el dinero que reconoció mediante los depósitos", completa.

Por su parte, la estadounidense Athena es la única que ofrece máquinas expendedoras en Argentina para adquirir monedas digitales. "Para comprar monedas, se ingresan pesos y el cajero dispensa Bitcoin y otra divisa. Y para retirar pesos, se envían monedas digitales", señala Matías Goldenhörn, director de Operaciones para América Latina de Athena.

Los usuarios sólo deben insertar billetes que el equipo reconoce para poder comprar sus divisas virtuales. Obtendrán un ticket con un código QR que se podrá leer con una billetera de monedas digitales para realizar la acreditación.

El mercado de cajeros está en plena etapa de expansión. Y los comercios están atentos a esta nueva herramienta para capturar nuevas oportunidades en una etapa donde la crisis y el aumento del ecommerce atentan contra su rentabilidad. Así, la economía digital muestra su cara transformadora: a la vez que disminuye negocios, genera otros.

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