Marina Mero, CMO de SIISA, explica cómo la brecha salarial de género aún persiste a nivel global en todos los rangos de ingresos
14.03.2025 • 15:53hs • Columna
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Mujeres y acceso al crédito: más allá de la equidad, una oportunidad de negocios
La independencia económica es un aspecto fundamental en la vida de cualquier persona. Sin embargo, la brecha de género en el acceso a instrumentos clave para el desarrollo y crecimiento como el crédito, los préstamos y el ahorro continúan siendo un obstáculo significativo para las mujeres.
Si bien representan el 51% de la población mundial, cuentan con menor acceso a trabajos formales, a la educación, al tiempo libre, y por supuesto al crédito. De los créditos otorgados en el país en 2024, si bien un 51% fueron adquiridos por mujeres, sólo se les otorgó el 41% de los montos. Esta disparidad se mantiene en todos los grupos etarios, evidenciando una desigualdad persistente.
Mujeres y acceso al crédito: una oportunidad de negocios más allá de la equidad
Las metodologías tradicionales de evaluación crediticia operan, básicamente, en función de variables relacionadas al grado de certeza en el recupero de los fondos. Este enfoque tiene una tendencia a reproducir limitaciones estructurales que excluyen especialmente a quienes perciben menores salarios o no poseen un historial crediticio bancarizado.
En el caso de las mujeres, esto es particularmente significativo porque, a pesar de contar con una tasa de morosidad similar a la de los hombres, sus ingresos se ubican por debajo, incluso dentro de las mismas franjas etarias, nivel educativo y expertise.
Según el informe mundial sobre salarios 2024/25 de la OIT, la brecha salarial de género persiste a nivel global en todos los rangos de ingresos y a lo largo de toda la escala salarial.
Esta desigualdad no solo limita la autonomía financiera de las mujeres, sino que supone una oportunidad de negocio desaprovechada. Un informe de Ernst & Young proyecta que, para 2028, las mujeres manejarán el 75% del gasto discrecional a nivel mundial, lo que representa un enorme potencial de mercado para las entidades financieras que logren captar y atender este segmento.
En este sentido, tal como destaca ONU Mujeres en su documento sobre Inclusión Financiera de las Mujeres para América Latina y el Caribe, es preciso considerar una agenda proactiva para asegurar educación financiera y acceso a la conectividad.
Además, resulta importante que las empresas que prestan servicios financieros incluyan de manera sistemática una visión de negocios con enfoque de género en su proceso de construcción de algoritmos que luego den lugar a la creación de scoring crediticios y desarrollo de perfiles.
Asimismo, es importante la elaboración de políticas de riesgos que permitan desarrollar productos alineados con las necesidades particulares de las mujeres, impulsando tanto la inclusión financiera como la generación de nuevas oportunidades de negocio.
En tiempos donde la optimización del capital resulta una prioridad, la aptitud de las entidades que otorgan créditos para mejorar y adaptar sus ofertas según las capacidades de pago basadas en datos de todo tipo y no solo bancarios (por ejemplo, información de tiendas con financiación propia o wallets), y que respondan a necesidades específicas de las mujeres, no es solo una cuestión de equidad, sino también una estrategia de negocios.
La adecuada integración de tecnología, junto con iniciativas públicas y privadas como la educación financiera y el acceso al crédito para mujeres no bancarizadas puede allanar el camino hacia un futuro más inclusivo, con la oportunidad de liderar y aportar de manera significativa al desarrollo económico del país.
*Por Marina Mero, CMO de SIISA