Este año será de alta competencia para las fintech, que disputarán dos carreras: primero, entre las dos más grandes; luego, contra la banca.
Billeteras: la pelea que se viene
En la industria dan por sentado que el santo grial de las dos fintech más importantes del país será ofrecer tarjeta de débito, una de las "fronteras" que impone la regulación con respecto a los bancos.
A primera vista, parece un tema menor. Pero la reciente normativa para los plásticos bimonetarios, que entrará en vigor este viernes, uno de los trending topics de 2025, las deja afuera.
"Con la posibilidad de abonar un bien o servicio en dólares con débito en comercios locales, el Gobierno limitó las operaciones a cuentas bancarias, con CBU", señala a iProUP Ariel Setton, analista de medios de pago. Añade que, el DEBIN Programado, que permite crear planes de cuotas en moneda extranjera, "también demanda la existencia de un CBU".
De hecho, parte del reclamo de la banca para motorizar las transferencias pull era que el DEBIN solo extrae fondos de cuentas bancarias a cuentas fintech, lo que "desnivelaba" la cancha.
"Ualá cuenta actualmente con una ventaja competitiva por haber comprado Wilobank en 2021. Tal vez sea la razón por la cual Mercado Pago pueda avanzar en su búsqueda de una licencia bancaria", asegura Setton.
Las claves de los pagos bimonetarios y la principalidad
En efecto, la compañía liderada por Pierpaolo Barbieri la tiene más fácil: con Uilo no solo ofrece débito, sino también cuenta con CBU en pesos y dólares tras haber sumado a la entidad digital creada por Eduardo Eurnekian, quien forma parte del board del unicornio.
Pero no es el único asset que acerca a la mesa: Corporación América tiene en su portfolio a UnitecBlue, una fábrica de tarjetas emplazada en Chascomús. El sello de la firma está en el dorso de la Mastercard Prepaga de la billetera.
Esta integración vertical puede ofrecer costos más convenientes a la hora de imprimir nuevos plásticos: se estima que el proceso completo, hasta que llega al domicilio del usuario, insume unos u$s5.
Las de Mercado Pago tienen el sello General Plastic Corp (GPC). Y no tienen números ni en el frente ni en el dorso, por cuestiones de seguridad. En la industria especulan con que la falta de este dato le da plasticidad para que pueda lanzar una tarjeta "combo", es decir, que cuente con función de prepaga y débito, por ejemplo. En Brasil ya ofrece una VISA que puede ser usada como crédito o débito.
La doble función debutó en Argentina con Naranja X, que en sus inicios ofrecía una prepaga que era, a la vez, débito, para que sea más fácil –y económico– extraer dinero de los cajeros. Una ventaja que le daba tener licencia financiera.
Luego, se quedó con la de crédito y la de débito. Justamente, Naranja X acaba de anunciar que su tarjeta de débito puede usarse para abonar en dólares en el país.
Billeteras vs. bancos: la otra pelea
El débito será un paso más hacia la "principalidad", es decir, convertirse en la primera opción del usuario en su día a día financiero y la usada con mayor frecuencia. Una arena en la que pugnan tanto bancos como fintech.
No es un tema menor. Setton remarca que "en época de crisis, el consumidor es mucho menos fiel y corre detrás de las promociones: pagar impuestos con BUEPP, aprovechar descuentos con MODO en días específicos o invertir en la cuenta con mejor rendimiento. En segundos, la plata viaja de una cuenta a la otra: Cuenta DNI es el mejor ejemplo".
Francisco Chaves del Valle, codirector posgrado en fintech de ITBA y consultor, agrega otra dimensión: la edad. "Cuanto más joven es la persona, más nómade puede ser. Una persona mayor de 35 no te cambia de entidad por un 2% de cashback: lo considera pérdida de tiempo", asegura.
Por ello, las billeteras van hacia un modelo de superapp para resolver cualquier cuestión financiera y brindar más beneficios. En este contexto, una licencia bancaria permite hacer intermediación financiera (usar depósitos de clientes para prestar a otros) y participar en otros negocios (como la operación de bonos), mejorando su caja.
La tarjeta prepaga, además, tendrá menos ventajas, ya que el Gobierno anunció que bajará tanto la comisión que reciben las fintech (del 1,2% al 0,6%) por cada consumo como el período de acreditación a comercios, que permitían sostener parte de la operación. Así, tendrá las mismas condiciones que las de débito.
"Con la reducción de plazos de pago, pierde relevancia de negocio para los emisores, ya que adelantan 15 días el pago desde abril. Estos plásticos fueron una solución fácil de implementar para cuentas de pago no bancarias", completa Setton.
El abogado especialista en fintech Iván Bolé, afirma a iProUP que la diferencia entre ambas tarjetas es más que nada normativa. "Bastaría un plumazo del BCRA para resolverlo. La discusión es cuándo las igualará, Hoy creen que no las apoyan por lobby de los bancos y responden haciéndose bancos".
Pero, además, la de débito ofrece mejores promociones lanzadas desde las banderas (Visa y Mastercard) y extracciones sin costo siempre que se depositen salarios. Como recuerda Setton, desde el DNU 70/23 firmado por Javier Milei, las fintech ya pueden captar sueldos. Chaves cree que la competencia con la banca será feroz.
"Cuando innovás, no tenés contra quién compararte. Pasó con los fondos de Mercado Pago, cuando la gente aprendió qué eran los ingresos pasivos. Con los sueldos, los bancos están muy instalados y te ofrecen, por ejemplo, una tarjeta de crédito sin costo", remarca.
En este caso, Ualá lanzó hace más de un año una Mastercard de crédito gratis y, quienes lleven su sueldo o programen transferencias mensuales si son cuentapropistas, acceden a promociones muy competitivas.
Mercado Pago, que aún no ofrece este tipo de plásticos, igualmente brinda descuentos similares a los bancos (como 20% en supermercados) y la posibilidad de usar varios métodos, incluso tarjetas de terceros.
Según Chaves, la principalidad estará dada también por otras alianzas. "Mercado Pago puede ofrecer a quienes depositen su sueldo financiamiento para un 0Km que se compra en Mercado Libre, que se descuente del sueldo".
También pueden crear servicios que hoy no existen. "Hoy, con el bimonetarismo, dólar estable e inflación del 2,2%, quizás en 2027 pueden asociarse a un desarrollador inmobiliario y a usuarios muy conocidos le financien una propiedad a 20 años. No es tan descabellado", cierra.