Orlando Ferreres, economista y titular de OJF & Asociados, destacó que el dólar oficial debe ajustarse para evitar un atraso cambiario que perjudique la competitividad económica del país.
En línea con el análisis de Domingo Cavallo, Ferreres afirmó que un tipo de cambio más alto es necesario para alcanzar una "paridad de equilibrio", con el fin de mejorar la situación macroeconómica y garantizar una mejor competitividad a nivel internacional.
¿Cuánto debería valer el dólar?
El economista Orlando Ferreres advirtió que el valor teórico de equilibrio del dólar oficial debería estar en torno a los $1.600, un monto considerablemente superior al valor actual.
Aunque destacó que los ingresos provenientes de sectores clave como el agro, la minería y la energía podrían sostener temporalmente la situación, señaló que "las reservas no son tan altas", lo que requiere un manejo cauteloso de la política cambiaria.
La preocupación de Ferreres se alinea con el análisis de Cavallo, quien recientemente alertó que el peso argentino está sobrevaluado en aproximadamente un 20%, un fenómeno similar al ocurrido en la última etapa de la convertibilidad entre 1999 y 2001.
En esa época, la apreciación del peso provocó una deflación y profundizó la recesión económica.
Tanto Ferreres como Cavallo coinciden en que el atraso cambiario podría resultar en una mayor presión sobre las importaciones, además de una pérdida de competitividad de los sectores exportadores e industriales.
Este escenario podría complicar aún más la acumulación de reservas y generar tensiones adicionales sobre el saldo de pagos.
Economía 2025: tres posibles caminos según Ferreres
El economista Orlando Ferreres ofreció sus proyecciones sobre la inflación y el crecimiento económico para 2025, planteando tres escenarios posibles:
- Escenario base: con una inflación del 30% y un crecimiento del PBI del 4%, es el escenario más probable, según Ferreres. En este caso, la economía mantendría una tendencia moderada de expansión, aunque con desafíos en la estabilidad de precios.
- Escenario optimista: la inflación se reduciría al 20%, mientras que el crecimiento económico podría llegar al 5%, lo que favorecería una mejor dinámica económica, con mayor capacidad de inversión y recuperación.
- Escenario pesimista: en este caso, la inflación sería más alta, con un crecimiento económico más bajo, lo que podría generar mayores presiones sobre el poder adquisitivo y la competitividad.
Ferreres advirtió que factores como la acumulación de reservas, la política fiscal y la competitividad del tipo de cambio serán clave para evitar resultados desfavorables en cualquiera de los escenarios.
Cavallo cuestiona la postura de Milei
Domingo Cavallo criticó las afirmaciones del presidente Javier Milei, quien defiende su modelo al señalar que la ausencia de déficit fiscal actual lo hace más viable que el de la Convertibilidad.
Según Cavallo, "el argumento de que la recesión iniciada a fines de 1998 y la depresión del período 1999-2001 se debió además a la existencia de fuertes déficits fiscales no se sustenta en los datos".
Agregó que "hasta 1998 el déficit fiscal no existía o era muy bajo. En todos esos años existió superávit fiscal primario".
El exministro explicó que si bien las provincias aumentaron sus gastos desde 1997 y financiaron déficits con créditos bancarios, el aumento del déficit respondió principalmente a la suba de tasas de interés por la pérdida de competitividad económica.
Además, señaló que "aun incluyendo el fuerte aumento de la factura de intereses sobre la deuda pública, el gasto público total se ubicaba en 2001 por debajo del 30% del PBI, cuando hoy aún está por arriba del 35%".
Cavallo sostiene que, más allá de la emisión o el endeudamiento, los problemas de competitividad y las altas tasas de interés resultaron determinantes para el deterioro económico.
Con estos argumentos, refutó que los déficits fiscales eran la causa principal de las crisis del modelo de Convertibilidad y cuestionó las bases del plan económico de Milei.
¿Qué riesgos genera la apreciación exagerada del peso?
Domingo Cavallo destacó los riesgos económicos asociados a la apreciación exagerada del peso, señalando que su impacto podría perjudicar tanto a la producción nacional como al equilibrio de la balanza de pagos.
Según el economista, los efectos principales son:
- Aumento de importaciones: incluirá insumos, bienes de capital y bienes finales, los cuales podrían desplazarse a la producción local menos competitiva.
- Desaliento de exportaciones: afectará al sector agropecuario, la industria manufacturera y los servicios debido a la falta de incentivos.
- Deterioro de la cuenta corriente: esto complicará la adquisición de dólares por parte del Tesoro para pagar intereses, incluso con superávit fiscal primario.
Cavallo concluyó que estos problemas reflejan la necesidad de evitar políticas cambiantes que perjudiquen la competitividad y estabilidad económica del país.