Las deudas de tarjeta de crédito son un tema delicado que puede generar muchas dudas entre los usuarios.
Entre las principales preocupaciones se encuentra la posibilidad de un embargo.
En Argentina, este proceso está regulado por la ley, y aunque puede darse en ciertos casos, existen protecciones que buscan evitar abusos y garantizar un trato justo para los deudores.
¿Qué implica un embargo?
El embargo es una medida judicial mediante la cual se retienen bienes o ingresos del deudor para saldar una deuda.
En el caso de las tarjetas de crédito, este procedimiento solo puede ser aplicado tras una resolución judicial, lo que significa que el acreedor debe iniciar una demanda para demostrar la existencia de la deuda y la falta de pago.
Cabe destacar que, al tratarse de un juicio ordinario y no ejecutivo, el proceso puede ser largo y costoso para ambas partes.
Por eso, muchas veces las entidades financieras optan por negociar antes de llegar a esta instancia.
¿Qué bienes o ingresos pueden ser embargados?
En Argentina, no todos los bienes o ingresos están sujetos a embargo.
Por ejemplo, los salarios, jubilaciones y pensiones son inembargables hasta cierto límite, salvo en casos excepcionales como cuotas alimentarias.
Si los ingresos del deudor superan el salario mínimo vital y móvil, se puede embargar un porcentaje progresivo de ese excedente.
Por otro lado, bienes materiales como vehículos, propiedades o cuentas bancarias sí podrían ser objeto de embargo, siempre y cuando el juez lo autorice.
¿Qué pasa con la prescripción de la deuda?
Un aspecto importante a tener en cuenta es que las deudas de tarjeta de crédito tienen un plazo de prescripción de tres años desde que el deudor incurre en mora (es decir, desde el vencimiento del resumen impago). Sin embargo, si la deuda se refinancia o el acreedor inicia acciones legales, el plazo se reinicia.
¿Qué puedo hacer si tengo una deuda de tarjeta de crédito?
Si estás en una situación de mora, es clave actuar cuanto antes para evitar problemas mayores. Algunas recomendaciones incluyen:
Negociar con el acreedor: Muchas veces, las entidades financieras están dispuestas a refinanciar la deuda o establecer un plan de pagos más accesible para evitar costos legales y administrativos.
Consultar a un abogado: Un profesional especializado en derecho del consumidor puede brindarte asesoramiento sobre tus derechos y ayudarte a resolver el conflicto de manera adecuada.
Revisar tu situación financiera: Antes de comprometerte con un plan de pagos, analiza tu capacidad real para cumplir con el acuerdo y evita asumir compromisos que no puedas sostener.
Un proceso legal con límites claros
Aunque el embargo es una posibilidad real en casos de deudas de tarjeta de crédito, no es una medida automática ni arbitraria. El proceso requiere de una sentencia judicial y está limitado por normativas que buscan proteger al deudor, especialmente en lo que respecta a ingresos básicos.
Si estás atravesando una situación de este tipo, la clave es mantener la calma, informarte y buscar soluciones antes de que la deuda avance a instancias legales. Al final del día, entender tus derechos y actuar con responsabilidad puede marcar la diferencia entre resolver el problema o enfrentarte a consecuencias más graves.