La inflación y la falta de acceso a servicios bancarios tradicionales están llevando a millones de latinoamericanos a adoptar stablecoins como una solución económica. En 2024, esta tendencia creció un 42,5% en la región, según Chainalysis.
Países como Argentina y Venezuela lideran el uso de estas criptomonedas, que permiten realizar pagos y remesas con menos riesgo frente a la volatilidad de las monedas locales.
En Argentina, el volumen de transacciones en cripto llegó a u$s91.100 millones, mientras que en Venezuela el mercado creció un 110% en un año.
Las stablecoins se consolidan como una herramienta clave para proteger el valor y realizar transacciones seguras en economías inestables, transformando la inclusión financiera en la región.
En diálogo con iProUP, Ana Belén, Global & LATAM Community Manager en Arbitrum Foundation, expresa que "obtener dólares en efectivo se volvió cada vez más difícil debido a la falta de acceso en lugares seguros, límites en las cantidades que se pueden obtener, o el tipo de cambio desfavorable".
En este contexto es que las stablecoins, como USDC y USDT como una solución innovadora.
Stablecoins: cómo funcionan
Según indica la especialista, estas criptomonedas están vinculadas a un valor fijo, como el dólar o una moneda fita, lo que las convierte en una opción mucho menos volátil.
Además, las transacciones con stablecoins tienen costos significativamente más bajos de operación, son más accesibles ya que sólo se necesita internet y un telégono o computadora.
"Un dato interesante es que de acuerdo a Chainalysis, 61,8% de todas las transacciones cripto en Argentina, involucran stablecoins, demostrando que el uso de ellas está incrementando", señala Belén.
En definitiva, lo que ofrece esta tecnología es la libertad de elegir dónde y cómo resguardar el dinero, sin las limitaciones impuestas por las restricciones del sistema financiero tradicional.
Las personas ahora pueden acceder a una herramienta financiera que no está limitada por su ubicación, ideología, género o políticas gubernamentales, lo que les da un control mucho mayor sobre sus recursos.
Stablecoins en mercados poco bancarizados
Según el Banco Mundial, cerca de 1.7 mil millones de personas en el mundo no tienen acceso a servicios bancarios, lo que equivale a casi una cuarta parte de la población global.
Esto implica que una gran cantidad de personas no cuentan con una cuenta de ahorro, tarjetas de crédito ni la posibilidad de acceder a préstamos. La mayoría de este grupo se encuentra en países como Marruecos, Vietnam, Egipto, Filipinas y México, donde más del 60% de la población no tiene cuenta bancaria.
Las razones de esta exclusión son variadas. Algunos optan por no abrir una cuenta, mientras que otros no pueden acceder a estos servicios debido a su ubicación o a la falta de documentos necesarios. Además, hay quienes, aunque disponen de una cuenta, no tienen acceso a productos financieros como créditos, lo que limita aún más sus posibilidades.
Aquí es donde la blockchain y las criptomonedas ofrecen una alternativa ya que gracias a la tecnología, las personas en estas comunidades pueden acceder a productos financieros descentralizados con solo contar con un teléfono móvil o una computadora y acceso a Internet.
Las stablecoins, en particular, permiten que estas personas participen en actividades financieras básicas como el ahorro, las transferencias de dinero, pagos y préstamos, sin necesidad de una cuenta bancaria tradicional.
No obstante, a pesar de sus ventajas, la adopción de stablecoins en mercados poco bancarizados enfrenta varios desafíos:
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Educación y Comprensión de la tecnología
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Acceso a Internet
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Incrementar y mejorar la infraestructura de pagos para que se acepten éstos activos e incrementar plataformas de on/off ramps
En un mundo donde la inclusión financiera sigue siendo un desafío, las stablecoins se perfilan como una solución accesible, segura y transformadora.