El 1 de diciembre, en la red de subtes, comenzó una nueva etapa: la apertura de medios de pago en el transporte público. El sistema es con contactless, ya sea con tarjetas o celulares con billeteras NFC y será interoperable, es decir, que lo pueden utilizar los bancos y las fintech. Este es el comienzo de un cambio para los usuarios, pero también es el final de un proceso que se viene gestando hace mucho tiempo. 

La apertura del sistema SUBE a nuevos medios de pago marca un cambio significativo en la manera en que los argentinos interactúan con el transporte público y significa también un paso para la inclusión financiera. El mercado fintech se hará más competitivo y levantará la vara de la calidad de los servicios que se ofrecen a los usuarios. Con la apertura a nuevas tecnologías y plataformas, se abre la puerta a una competencia sana que puede transformar profundamente el ecosistema financiero del país.

Las ventajas, sin dudas, son innumerables, ya sea para los usuarios nacionales como para los turistas. Habrá mejoras en los servicios; atraerá a más personas a formalizar su dinero en efectivo; al haber más competencia entre fintech y bancos ofrecerán mayores descuentos. La introducción de nuevas tecnologías y la digitalización del sistema requerirá medidas adicionales para proteger los datos y transacciones de los usuarios. 

Sin embargo, hay un debate que nos debemos y que no radica en la implementación de nuevas tecnologías y tiene que ver con la protección de los datos. Ahora, al comenzar a utilizarse las billeteras virtuales en el pago de transporte público, la empresa tendrá acceso a saber qué medios se toman, a qué hora, en dónde, a qué hora se bajan, si hacen o no escalas, entre otras cosas.

¿Quién protegerá esos datos? La palabra "libertad" ocupa primera plana en esta cuestión. El usuario debe ser el soberano de sus datos y elegir cuándo y dónde compartirlos. Es necesario establecer un marco regulatorio que contemple la apertura y la interoperabilidad entre las fintech y los bancos en el que los datos sean propiedad del cliente

La protección de datos es, a mi entender, el principal desafío regulatorio para cualquier tipo de apertura. Quienes trabajamos en esto sabemos la cantidad de datos que los usuarios brindan al bajarse una aplicación o al solicitar un producto y también sabemos que no tienen derecho a declinar esa apertura. Debemos recuperar el derecho sobre los datos que brindamos y que el usuario sea el soberano.

Abrir el sistema de pagos permitirá que viajar sea más fácil y que más personas accedan a servicios financieros digitales. Ahora, la próxima parada, será debatir qué derechos tenemos sobre los datos que los usuarios nos brindan. Tal vez estemos asomando a una nueva era en dónde ellos estén en la punta de la pirámide. 

*Federico Nano es CEO y cofundador de B2FI. Chairman de Callao. Ejecutivo experimentado con más de 20 años dedicados a las finanzas tecnológicas: fintech, procesamiento de pagos, bancos físicos y virtuales y pagos digitales

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