Diciembre es un mes particular para la economía argentina, asociado históricamente al uso del efectivo. Sin embargo, la tendencia puede cambiar en 2024 a partir del auge de las billeteras virtuales, cada vez más usadas por los argentinos para gestionar su plata.

El cobro del aguinaldo, un hecho puntual y relevante que ocurre cada vez que el 12 toma el protagonismo del calendario, lleva a muchas personas a ir a los cajeros, ya sea para conseguir los regalos navideños, hacer las compras para el brindis de Año Nuevo o adquirir dólares pensando en ahorro o con miras a las vacaciones de verano.

Esto se ve reflejado en los registros de extracción de efectivo por canal de acceso: el último Informe Mensual de Pagos Minoristas del Banco Central de la República Argentina (BCRA) muestra que, desde 2021 en adelante (período del que se tiene registro en un gráfico), los picos anuales en este indicador ocurrieron, precisamente, en diciembre.

Pero también se observa que, aunque en 2022 y 2023 hubo altibajos durante los once meses restantes en el uso de cajeros automáticos para obtener efectivo, en 2024 la tendencia es claramente decreciente, con una caída interanual del 12,6% en octubre.

Los picos anuales de extracción de efectivo en cajeros tienen lugar en diciembre

Menos efectivo, más billeteras virtuales y tarjetas

Esto puede estar relacionado con múltiples factores. Uno de ellos es la reducción de la base monetaria como parte de la política económica del Gobierno Nacional, presidido por Javier Milei, con el objetivo de fortalecer el peso, reducir la inflación y reactivar la economía.

Además de la fuerte estrategia que las billeteras implementaron, sobre todo este año, mediantes descuentos y beneficios, para captar y fidelizar usuarios, y que éstos usen las plataformas en su día a día.

Esto último se vio impulsado por un acontecimiento que marcó un antes y un después en el ecosistema: el comienzo de la interoperabilidad de los pagos con QR, en mediados de julio, tras meses de idas y vueltas y tironeos entre Mercado Pago y los bancos.

El mismo informe del BCRA resalta que el uso de este medio de pago sigue creciendo de manera exponencial: de las 56,4 millones de transferencias realizadas solo en octubre, 52,3 millones correspondieron a operaciones con QR, lo que representa un aumento interanual del 144,2%, por un monto total de $715.000 millones, una suba del 103,5% en términos reales respecto a 2023.

Cabe destacar que, en la actualidad, hay 65 billeteras digitales interoperables registradas ante el Banco Central para realizar pagos mediante la lectura de un código QR en el mostrador de un comercio, en una terminal, un ticket o a través de otras alternativas. Entre las principales, se encuentran:

Por su parte, las transacciones con todos los tipos de tarjetas también registraron un aumento notable en los últimos 12 meses: 21% en las de crédito, 7% en las de débito y un impresionante 97% en las prepagas. Los montos nominales también crecieron de manera destacada, con incrementos del 229%, 196% y 413%, respectivamente.

Otro dato interesante es que el reciente informe "Percepciones en torno al ahorro e inversión" de Trendsity, elaborado en colaboración con la fintech Ualá, revela que solo el 18% de los encuestados, de un total de 1.000 personas, utiliza efectivo como opción de ahorro, una cifra inferior incluso al uso de criptomonedas. En contraste, las billeteras virtuales se destacan con un 39% de preferencia: casi cuatro de cada 10 personas.

Informe de Ualá y Trendsity sobre las opciones de ahorro e inversión de los argentinos

Todo esto ocurre en un marco donde, cada vez más, se observa una mayor inclinación hacia los pagos digitales, incluso en áreas que históricamente estaban más asociadas al uso de efectivo, como las propinas en comercios como restaurantes e industrias como la hotelera, con la opción, que entró en vigencia en noviembre, de abonarlas con tarjeta.

Otro ejemplo es el subte de la Ciudad de Buenos Aires (CABA), que hasta hace no muchos años requería la compra del SubtePass o, más reciente en el tiempo, cargar la SUBE con efectivo en alguna de sus cajas, pero que, desde el 1 de diciembre, acepta cualquier medio de pago con tecnología contactless o NFC.

Y estará por verse qué ocurrirá con los métodos de pago en las estaciones de servicio, en caso de que finalmente se permita el autoservicio en estas, tal como lo propone el Ejecutivo, y específicamente, Federico Sturzenegger, ministro de Desregulación y Transformación del Estado de la Nación.

El rol del efectivo en medio de la evolución hacia lo digital

En medio de este panorama, en Fiserv, empresa líder en procesamiento de pagos y tecnología de servicios financieros, destacan la "constancia" en el crecimiento del uso de medios de pago digitales. 

En este sentido, señalan a iProUP que este aumento sostenido no se produce "a costa de canibalizar las tarjetas de débito o crédito, ya que en volumen y cantidad de transacciones siguen aumentando, sino más bien a expensas del dinero en efectivo, que aún prevalece en la economía argentina".

En línea, Sebastián Cao, analista del Research & Forecast Econométrica, subraya a iProUP que el comportamiento financiero de los argentinos está evolucionando y que, por ello, el uso de efectivo disminuye mientras lo digital gana terreno.

Esto, en una parte, a raíz del panorama macroeconómico, con el dólar estable y con la brecha cambiaria en mínimos; y, en otro, a las herramientas que ofrecen las billeteras, tanto de bancos como de fintech, no solo para facilitar la gestión de la economía personal, sino también para generar rendimientos mediante el acceso a instrumentos de inversión, como las cuentas remuneradas.

Sin embargo, asegura que la economía informal, aun con un peso significativo en el país, sigue siendo un motor importante del uso de efectivo, pese a que "es cada vez más suplantado por las transferencias inmediatas vía alias o QR".

Natalia Motyl, economista y docente de UCEMA (Universidad del Centro de Estudios Macroeconómicos de Argentina), coincide al resaltar los desafíos estructurales que enfrenta el país para lograr una transición hacia una economía más digital.

Aunque considera que aún no se observa un "boom", en este aspecto, afirma que hay una mayor inclinación hacia los pagos digitales en detrimento del uso del efectivo, sobre todo tras la pandemia de Covid-19.

Según argumenta a iProUP, "esto se debe principalmente a los descuentos en las plataformas, que, en un contexto recesivo como el que hemos atravesado durante este año, se convierten en un factor clave al momento de decidir una compra".

Para concluir, anticipa que esta tendencia podría intensificarse aún más en el corto y mediano plazo. "Las regulaciones implementadas por los gobiernos han favorecido la proliferación de billeteras virtuales y otras facilidades para los consumidores. Sin embargo, y pese a los números actuales, considero más probable que el verdadero cambio en el comportamiento de las personas, con una menor demanda de efectivo y un mayor uso de estas herramientas, se observe hacia 2025 o 2026", cierra.

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