La apertura del sistema de pago de la SUBE hoy está en un impasse. Pese a los anuncios que ilusionaron al sector, existen todavía algunos ajustes por cerrar y una coincidencia llamativa entre dos empresas rivales.
"La aplicación se anunció al final de la gestión de Guillermo Dietrich (2019) como ministro de Transporte. Pero se lanzó oficialmente hace poco para ir preparando el camino", indican en el sector. Si bien el avance es lento, las negociaciones entre los diferentes actores se mantienen. Y surge lo que otrora fuera una rareza: MODO y Mercado Pago están en la misma sintonía.
Ambas quieren que el QR sea considerado para los equipos de cobro en las máquinas que se incluyan en colectivos y trenes, ya que está muy instalado en Argentina".
"El sistema debe ser interoperable al 100%, que no solo se pueda usar un QR con cualquier billetera, sino que el mismo QR del subte se lea en colectivos", reclama otra fuente.
La mención no es antojadiza: Emova, la firma del Grupo Roggio que gestiona la red de subte porteña, ya lanzó su propio sistema de pagos "abiertos", que acepta estos códigos además de las tarjetas bancarias, fintech y SUBE. De hecho, los nuevos molinetes ya tienen el logo que identifica a la cámara, pero todavía ninguna billetera lanzó el QR que debe mostrar el usuario para abonar.
La firma detrás del sistema es Callao, heredera de Monedero luego de que VISA se quedara con la primera billetera virtual del país, que también instaló su sistema QR en colectivos de la ciudad de Posadas, en Misiones.
"Se están definiendo los mecanismos para que todos puedan implementar los rieles de pagos con transferencia. La gran discusión es cómo crear un sistema 100% interoperable, no solo a nivel billeteras, sino también que las redes de subte, colectivos y trenes se comuniquen", refuerza la fuente.
El martes, durante el evento Nuevo Dinero, Pedro Inchauspe, uno de los directores del Banco Central, destacó que la gestión actual liberó los pagos del transporte, aunque aclaró que "tenemos que esperar que la interoperabilidad funcione al 100%" para que funcione bien en el transporte. Según su estimación, hoy el sistema está en un 85%.
En la competencia están los mismos jugadores que ofrecen servicios de pago para los comercios, entre los que se encuentran adquirentes y fintech. Un mercado que, según cifras del BCRA, acapara casi u$s100 millones mensuales en emisión de boletos.
El sistema no es similar al de los comercios, sino que se usará el "QR Comprador": el usuario es quien muestra su código a la máquina, que integra una cámara con capacidades de resolución y procesamiento que permiten leerlo al instante y evitar amontonamientos.
Tiene otra particularidad. "Es un QR dinámico: cambia cada vez que hacés una transacción, para evitar que una persona use el código de un tercero y aproveche un subsidio aunque no le corresponda", advierte un empresario de pagos digitales.
Más allá de las dos billeteras más grandes del país, el resto de la industria se muestra más a favor de apuntalar el uso de tarjetas. En ambos métodos surge el debate sobre el sistema de captura de la transacción:
"Es muy complejo. Seguramente se usará uno o el otro según la disponibilidad de conexión. Pero en el offline es más difícil de trackear el saldo negativo de un usuario si utiliza varias tarjetas", revelan en el sector.
El tercer gran problema a destrabar es el de la información de los usuarios. "Cuando fue el inicio de la SUBE, en época de Randazzo, se decidió la creación de Nación Servicios, porque son datos muy sensibles para dárselos a privados", recuerda un empresario con varios años en el sector financiero.
Según su relato, Juan Carlos Fábrega, entonces presidente del BCRA, fue el encargado de la arquitectura financiera que desde entonces maneja la caja de la SUBE y la compensación de los pagos entre firmas transportistas.
Por lo tanto, otra cuestión a discutir es cómo las empresas de pagos harán "llamadas" a una base de datos estatal que devuelva sólo la información necesaria, por ejemplo, quiénes deben acceder a subsidios. Aunque lo más probable es que la tarjeta SUBE "sobreviva" para estos beneficiarios o cualquier otro que quiera seguir utilizándola.