Los CEDEAR (Certificados de Depósitos Argentinos) se destacan entre las opciones de inversión favoritas para los ahorristas argentinos que están dispuestos a asumir riesgos en alternativas volátiles.
Estos permiten diversificar el riesgo, posicionándose en empresas de Wall Street en dólares o pesos al valor contado con liquidación (CCL).
Al invertir en un CEDEAR, el ahorrista suma indirectamente a su cartera a la compañía extranjera representada por el certificado.
1. Reducción del Riesgo Local: Al representar acciones de mercados extranjeros estables, diversifican y reducen el riesgo en tu cartera
2. Protección contra la Devaluación: Comprados en pesos, su valor aumenta si el dólar sube, protegiendo tus ahorros
3. Recepción de Dividendos: Algunas empresas subyacentes pagan dividendos, proporcionando ingresos adicionales en dólares
4. Acceso a Mercados Internacionales: Diversifica tu cartera y accede a mercados extranjeros sin abrir cuentas en el extranjero
Los CEDEAR poseen un régimen fiscal específico que varía según el tipo de inversor.
Aquí repasamos las principales obligaciones fiscales que aplican tanto a personas físicas como jurídicas, además de los fondos comunes de inversión.
Los impuestos más relevantes a tener en cuenta son el Impuesto a las Ganancias y el Impuesto sobre los Bienes Personales.
Para personas físicas residentes en Argentina, las ganancias por la venta de CEDEAR están exentas de este impuesto, siempre y cuando las operaciones se realicen en mercados autorizados y respeten lo establecido en la Ley de Impuesto a las Ganancias.
Esta exención incluye tanto la diferencia entre el precio de compra y venta como las fluctuaciones del tipo de cambio.
En cuanto a los dividendos, si la empresa emisora de los CEDEAR retiene impuestos en su país de origen, puede darse una situación de doble imposición. Por ejemplo, en el caso de las empresas estadounidenses, la retención llega al 30%.
Para las personas jurídicas y fondos comunes de inversión, las ganancias de capital derivadas de la venta de CEDEAR están gravadas con la tasa corporativa vigente, que puede alcanzar hasta el 35%.
Los dividendos, por su parte, también están sujetos al impuesto corporativo, aunque se permite deducir el impuesto retenido en el extranjero, sujeto a ciertas condiciones.
Los CEDEAR también están alcanzados por el impuesto a los bienes personales. Este tributo se aplica sobre el valor de los activos financieros al 31 de diciembre de cada año, con alícuotas que van desde el 0,5% hasta el 1,25%, según el total de los bienes gravados.