El presidente Javier Milei presentó, este domingo, el Presupuesto 2025 en el Congreso de la Nación.

El proyecto contempla proyecciones sobre diferentes aspectos esenciales de la economía para los argentinos, entre ellos el dólar y la inflación.

¿Qué pasará con el dólar en 2025?

Respecto a la moneda norteamericana, para 2025 el Gobierno espera que el oficial llegue a $1207 en diciembre, lo que implica una suba de 18,3% en todo el año, en relación a los $1019 que los cálculos proyectan para el cierre de 2024.

En 2026, el valor alcanzaría $1347 y en 2027 llegaría a $1446. Si estas estimaciones se cumplen, significaría que el Gobierno Nacional, durante toda la gestión de La Libertad Avanza, no convalidaría un salto devaluatorio del tipo de cambio.

¿Qué pasará con la inflación en 2025?

En relación con la inflación, el Gobierno espera una significativa baja que ubique el Índice de Precios al Consumidor (IPC) en un 18,3% interanual, lo que representaría subas de precios mensuales de apenas poco más de un punto porcentual.

Cabe remarcar que el mismo proyecto anticipa una inflación anual para 2024 del 104,4%, que ya de por sí es más optimista que la que esperan los analistas y consultoras del Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) del Banco Central: unos 20 puntos por debajo, para ser precisos.

Para 2027, el anhelo del Ejecutivo es lograr una suba de precios anual de un solo dígito, más exactamente del 7,4%, algo que no ocurre en Argentina desde hace 18 años, casi dos décadas.

Crecimiento económico

Estas variables, según la visión del Gobierno Nacional, le permitirían al país volver a la senda del crecimiento. Por ello, se proyecta una suba del PBI del 5% para 2025, la misma cifra para 2026 y un incremento del 5,5% para 2027.

Según los datos, el crecimiento proyectado del PIB el próximo año estaría motorizado principalmente por la industria y el comercio, con subas de 6,2% y 6,7%, respectivamente.

Por su parte, el sector agropecuario avanzaría 3,5% tras la recuperación de la cosecha de este año, lo que impulsaría las exportaciones.

Los rubros de bienes crecerían en promedio 5,6%, por encima de los servicios, que subirían 4,4%. Por el lado de la demanda, se prevé una recuperación de todos los componentes; en particular, el consumo privado treparía 5% y la inversión, 9,9%.

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