Se cumple poco más de un mes de la Comunicación "A" 8079, con la que el Banco Central dispuso que todos los bancos, sin excepción, deben aceptar billetes "cara chica".
La resolución establece que las entidades deben aceptar todos los billetes de dólar, sin importar su estado, ya sea deteriorados, manchados, escritos o dañados, o diseño, siempre que conserven al menos el 50% del papel original y se puedan identificar tanto la denominación como las medidas de seguridad.
Esta medida se llevó adelante con el objetivo de incluir en el blanqueo de capitales, con una primera fase que terminará el 30 de septiembre, a billetes que, habitualmente, eran rechazados o depreciados por bancos y comercios, lo que llevaba a que los ahorristas las atesoraran.
Esto, junto a diversas propuestas desde el sector privado, como el "Dólar Diarco" impulsado por la cadena de supermercados mayoristas, una de las más importantes del país, y el contexto económico recesivo actual, ha llevado a que muchos argentinos saquen sus dólares guardados "debajo del colchón" y los metan al sistema.
En paralelo con esto, se ha registrado un fuerte aumento en los depósitos en dólares del sector privado. Mientras que el 13 de diciembre de 2023, ascendían a u$s14.100 millones, actualmente alcanzan los u$s19.500 millones, lo que representa un incremento del 38,3% en poco más de ocho meses.
Cabe remarcar que, para el Gobierno Nacional, hay unos u$s270.000 millones circulando fuera del sistema bancario. Esta cifra explica las razones por las que el Ejecutivo sigue de cerca la iniciativa de los bancos de lanzar tarjetas de débito, crédito y prepagas bimonetarias, que permitirán realizar pagos directamente con la moneda estadounidense.
Los bancos deben aceptar cualquier tipo de dólar, desde los que están en perfectas condiciones hasta los "cara chica", arrugados, viejos, manchados o con dibujos
Es que esto, además de revitalizar la economía, podría incentivar a muchas personas a ingresar sus divisas al sistema formal, impulsando el blanqueo vigente, al facilitar su uso sin necesidad de convertirlas a pesos. Sin embargo, la principal incógnita sigue siendo qué tipo de cambio se aplicará y si será conveniente.
¿Cómo influyen los dólares "cara chica" en el aumento de los depósitos del sector privado?
Sebastián Cao, analista del Research & Forecast Econométrica, asegura a IProUP que, efectivamente, "la posibilidad de ingresar dólares deteriorados y cara chica al sistema financiero, sin la depreciación que se le aplicaba anteriormente, de entre 10% y 20%, ha ayudado al crecimiento de los depósitos en dólares".
En línea, Martín Kalos, Director de EPyCA Consultores, afirma que, a partir de esta medida del BCRA, "los bancos vieron más billetes que en otras épocas" dado que "muchas personas, que tenían billetes de cara chica, aprovecharon para cambiarlos, porque hace un tiempo no podía".
Aunque aclara que, si bien "a muchas personas les resultó útil", fue algo "más marginal", ya que "no se observa un desprendimiento masivo de dólares". Más bien esto, sostiene a IProUP, estuvo relacionado con "la venta de dólares para poder llegar a fin de mes, desahorrar para cubrir gastos del hogar, y no por una cuestión de conveniencia".
Por su parte, Cao indica que "los principales factores" de la suba de los ingresos de divisas a las cuentas bancarias "han sido una importante mejora en la confianza y una disipación del riesgo de incautación, que se percibía alto desde el último tramo del gobierno anterior".
Y al igual que Kalos y Cao, Elena Alonso, cofundadora y CEO de Emerald Capital, pese a no minimizar el impacto de la disposición del BCRA, que "le ha permitido a mucha gente depositar esos billetes en el banco, que capaz no sabían qué hacer con ellos, lo que sirvió", hace énfasis en el blanqueo.
"Creo que el fuerte aumento de los depósitos en dólares que hemos visto ha sido, más que nada, por el tema del blanqueo", asevera la experta a IProUP.
Es importante señalar que el Gobierno Nacional lleva adelante un régimen de regulación de activos para repatriar bienes del exterior o no declarados, a bajo costo o incluso gratis, libre de sanciones tributarias, cuya primera etapa tiene como fecha límite el 30 de septiembre.