El miércoles pasado, el Banco Central llevó a cabo la tercera licitación de la serie 3 del BOPREAL, un instrumento diseñado para reestructurar la deuda comercial previa al cambio de gobierno.
Esto implicó la absorción de pesos y la conversión de una parte de sus pasivos remunerados a dólares durante la transición hacia una apertura del cepo cambiario.
Sin embargo, debido a sus particularidades y a la reducción de la brecha cambiaria, la participación de importadores en esta serie ha sido más lenta.
Para impulsar su adquisición, el BCRA ha flexibilizado ciertos requisitos para participar en la licitación.
Estrategias del Banco Central para el BOPREAL
En las dos primeras licitaciones, el Banco Central logró colocar apenas u$s792 millones de los u$s3.000 millones previstos para la serie 3 del BOPREAL, dejando un remanente por colocar de u$s2.208 millones.
La meta oficial es completar los u$s10.000 millones programados para canalizar a través de las distintas variantes del bono en dólares para importadores que se suscriben con pesos.
La serie 3 del BOPREAL tiene vencimiento en mayo de 2026 y se pagará en tres cuotas trimestrales a partir de noviembre de 2025, con una tasa en dólares del 3% anual.
Sin embargo, sus características la hacen menos atractiva para el mercado. Por un lado, tiene plazos de amortización más prolongados que la serie 2 y, por otro, carece de los beneficios fiscales de la primera.
Ante estas dificultades, la entidad dirigida por Santiago Bausili optó por eliminar uno de los requisitos para participar en las subastas del BOPREAL: estar inscripto en el Padrón de Deudas Comerciales por Importaciones con Proveedores del Exterior.
A partir de esta licitación, también podrán participar aquellos que tengan pasivos previos al 12 de diciembre, pero no estén registrados en ese padrón.
BOPREAL y la brecha: impacto en el mercado cambiario
Otro elemento que impactó negativamente en la demanda del BOPREAL en las últimas semanas fue la reducción de la brecha cambiaria.
La disminución de los dólares financieros durante febrero, impulsada por la oferta en el mercado del contado con liquidación (CCL) y la falta de demanda debido a la liquidación de pesos en la economía, restó atractivo al bono.
Existe un equilibrio delicado. Cuando la brecha aumenta, el tipo de cambio implícito al que acceden los importadores a través del BOPREAL mejora en comparación con el CCL.
Por el contrario, cuando disminuye, resulta más conveniente comprar divisas en el mercado financiero que suscribir el BOPREAL.
Varios operadores señalan que la decisión de reducir la tasa de interés de referencia del 100% nominal anual al 80% puede influir en esta dinámica debido a que el menor rendimiento de las colocaciones en pesos, aunque ya era negativo, puede aumentar la demanda de divisas.
Esto se reflejó en el repunte de los dólares paralelos el martes. Por ejemplo, el CCL subió un 4,5% a $1.067 después de rozar el piso de los $1.000.
Sin embargo, el miércoles el repunte no continuó y el "liqui" operaba a la baja. Para hacer más atractiva la serie 3, podría ser necesario un aumento significativo del CCL.
Además, la reducción de la tasa de los pases pasivos a un día parece apuntar a otro objetivo importante para los planes del Gobierno: mantener en funcionamiento la maquinaria de los pasivos remunerados del BCRA, y por ende los ahorros de los argentinos, una estrategia destinada a allanar el camino para levantar el cepo cambiario.
El Gobierno busca levantar el cepo lo antes posible, aunque tanto Javier Milei como Luis Caputo plantean la necesidad de ser cautos y esperar hasta que la licuación y la recuperación de las reservas indiquen un proceso estable.