Hace poco más de un mes, Wenance, fintech dedicada a créditos para el consumo, dejó de pagar el cupón de interés correspondiente a tres fideicomisos, afectando a cerca de 3.000 inversores.

La noticia impactó con fuerza en el ecosistema y generó dudas sobre la seguridad de este tipo de transferencias, cuya colocación en diciembre pasado obtuvo ofertas por un total de $657 millones.

Wenance: la paradoja

Esta forma de autofinanciarse surge porque la regulación del Banco Central prohíbe a las fintech usar depósitos de terceros para dar créditos, como hace la banca, mecanismo conocido como intermediación financiera.

Sin embargo, terminó generando una paradoja: inversores, muchos de ellos primerizos, terminaron apostando al fideicomiso que permitiría a Wenance ofrecer más préstamos a personas con escaso historial crediticio, para "compartir" las ganancias con la firma y hacerse un dinero mensual. Nada fuera de lo legal, pero otro condimento más al Wenance Gate.

Ante la escalada del tema en la opinión pública y en consideración de las partes involucradas, desde empleados hasta proveedores y acreedores, la administración de la empresa optó por presentar un concurso preventivo

Esta medida tiene como objetivo reestructurar sus pasivos y garantizar la continuidad de las operaciones, para poder cumplir así sus compromisos financieros.

Wenance optó por presentar un concurso preventivo

Diversas circunstancias desencadenaron tensiones financieras que llevaron a esta presentación. Estas circunstancias incluyen: 

Desde la empresa afirmaron que a pesar de los esfuerzos hechos por la compañía para reducir estos desafíos mediante mejoras tecnológicas, nuevos productos y una gestión diligente, las dificultades persisten. 

¿Por qué hacerlo a través de un concurso preventivo?

Por un lado, la elección de optar por un concurso preventivo está motivada por el cumplimiento legal que rige para empresas que enfrentan dificultades financieras, situación en la que se encuentra actualmente Wenance, es decir, la empresa no tiene la capacidad en este momento para cumplir con todas sus obligaciones simultáneamente.

Por otro lado, es importante destacar que la compañía enfrentó medidas de embargo en sus cuentas por parte de acreedores que comenzaron acciones legales con la intención de asegurar sus cobros antes que otros

Si estos embargos no son revertidos mediante el proceso del concurso preventivo, se impedirán a esta la continuidad operativa de la empresa, lo que podría desembocar en una situación de quiebra que dificultaría atender la mayoría de sus responsabilidades financieras.

Con el concurso preventivo, la compañía tiene como objetivo reestructurar sus pasivos y garantizar la continuidad de las operaciones.

Asimismo, la Ley de Concursos y Quiebras (LCQ) prescribe el procedimiento de concurso preventivo, con el propósito de garantizar la equidad y evitar situaciones en las que algunos acreedores sean favorecidos mientras otros quedan sin compensación. 

En el concurso preventivo, no se privilegia únicamente a quienes actúen con celeridad, agresividad o estén mejor asesorados.

Esta modalidad permite que todas las partes que se consideren acreedores, proveedores, empleados con pasivos laborales, fideicomisos u otros, puedan sustentar su condición de acreedores auténticos de la compañía y sean validados en esa categoría.

Una vez determinada la deuda real de la empresa, se procederá a presentar propuestas de pago a los acreedores a través de un proceso de negociación. Esto permitirá que los acreedores evalúen y decidan si aceptan o rechazan las propuestas presentadas.

Durante el desarrollo del proceso concursal, la empresa está bajo la supervisión de una sindicatura y el tribunal pertinente. 

En definitiva, Wenance considera que el concurso preventivo es la herramienta idónea para garantizar el beneficio y la justicia de los acreedores, la continuidad operativa de la empresa y la sostenibilidad de las fuentes de empleo

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