Julián Sanclemente se sienta sobre la silla de una sus oficinas en la sede de Alprestamo en Buenos Aires e invita a hacer un ejercicio: "Miremos a población de Latinoamérica: somos 650 millones de personas, pero solamente el 35% puede acceder a un producto crediticio. ¿Qué significa eso? Que hasta ahora en nuestra historia hay 401 millones de personas que nunca pudieron acceder a uno".
El número es contundente y es parte de los motivos fundamentales por los que Sanclemente, junto a Santiago Rivero y Martín García Moritán decidieron crear Alprestamo o, como ellos lo definen, un marketplace de productos financieros.
Alprestamo: cómo funciona
"Somos un comparador en el que el usuario puede acceder en pocos segundos a todas las ofertas de productos financieros que tiene el mercado a su disposición en base a su scoring crediticio. Pueden ser préstamos de consumo, tarjetas de crédito, cuentas o cajas de ahorro, CBU, CVU, Wallets o seguros", señala el CEO y cofundador.
Y añade: "una vez que el usuario ingresa y deja unos pocos datos, en microsegundos evaluamos a esa persona, la scoreamos, conocemos hasta 70 variables financieras y después buscamos cuál es la mejor oferta para él dentro de los bancos y entidades financieras conectadas a nuestro motor de decisión".
Para utilizar esta plataforma sólo es necesario ser mayor de 18 años, contar con DNI y cuenta bancaria y aportar un télefono y mail de contacto.
Según explican desde la empresa, "la integración de los clientes se realiza a través de la tecnología API, un procesador automático en el que interactúan el sistema de los clientes y el motor de decisión de Alprestamo. Los usuarios ingresan a la web y completan un formulario con datos básicos, se analiza y vía API se consulta si las entidades tienen una oferta aprobada para esa persona".
Sanclemente, aclara que Alprestamo no genera un nuevo scoring crediticio, sino que utiliza los ya existentes en el mercado. "Hoy en día, hay varios tanto en Argentina como en Uruguay, México, Colombia y Perú que son los países en los que operamos y con eso segmentamos el tipo de perfil del usuario: si es de alto, mediano o bajo riesgo".
"En base a eso buscamos, dentro de nuestra biblioteca de entidades, la mejor oferta para ese usuario. Esto lo que genera es que no tenga que ir página por página en busca de un producto financiero y que lo rechacen o que tenga que estar en diez páginas para encontrar una sola oferta. Nosotros mejoramos esa eficiencia, tanto de tiempo para el usuario como también para que las entidades financieras no gasten en campañas digitales o inviertan en un usuario que no les va a rendir", remarca.
Alprestamo: su rol en la educación financiera
Sanclemente remarca que la empresa busca que los consumidores puedan acceder a créditos y demás instrumentos financieros pero de una forma responsable.
"No queremos que las personas tomen un crédito simplemente por tomarlo, sino que queremos que realmente lo hagan con conciencia del compromiso que están tomando. Eso va a producir dos cosas: que los usuarios paguen sus compromisos a tiempo y que las entidades financieras bajen las tasas porque van a tener menos mora", asegura.
Desde Alprestamo, sin embargo, son conscientes de que en la región la falta de educación financiera es un verdadero problema. Por eso crearon un blog con material explicativo que recibe un millón de visitas al mes y bibliotecas de contenido que se le envían a los usuarios en base a su perfil crediticio.
"En Argentina, lo único de lo que sabemos es de inflación y devaluación. Nadie sabe lo que son siglas como TEA, TNA o CFT. Entonces, parte de nuestra responsabilidad es también educar a las personas en este sentido y ofrecer responsablemente estos productos financieros", confía Sanclemente.
De todas formas, aclara, la educación financiera debe dar un paso más allá. "En las escuelas no te cuentan nada de todo esto y de repente hablar de finanzas es sólo para matemáticos que saben calcular a cuánto se va a ir una acción. Sin embargo, las finanzas tienen que ser algo mucho más mundano porque son herramientas que les permiten a las personas progresar y utilizar de forma responsable el dinero", resalta el ejecutivo.
Alprestamo permite mostar en segundo el mejor producto financiero según las necesidades del usuario
En este sentido, subraya que "hoy, con una inflación en Argentina del alrededor del 100%, con Latinoamérica un promedio del 20% y en Estados Unidos del 5%, realmente si no sabés de finanzas personales tu dinero pierde valor todos los años, así que tenemos que trabajar todos juntos en este proceso de inclusión y educación financiera".
La paradoja, según Sanclemente, es aún más grande en nuestra región. "A pesar de estar en el mundo de internet, los smartphones y de la digitalización, el poco acceso al crédito es un problema de toda Latinoamérica. Hay una gran desconfianza por parte de las entidades bancarias y financieras porque muchas veces se ha intentado poder dar préstamos o créditos a un sector quizás no bancarizado y en otras épocas donde no había tanta digitalización se generó mucho default", analiza.
Sin embargo, aclara: "Hoy tenemos mucha más información. Todas las entidades pueden tener más datos a través de las plataformas de scoring no convencionales o redes sociales y también lo que produce la digitalización es que vos podés armar un producto financiero a medida de cada persona".
Entonces, continúa Sanclemente, "a una persona que no sabes qué tipo de comportamiento de pago va a tener, le podés hacer un producto chiquito. Antes tenías que armar productos estándar para los bancos y no podías armar uno ad hoc de cada persona. Hoy, la automatización de los procesos te permite hacer eso".
Sanclemente sabe que la historia de la región es difícil pero es optimista respecto a su futuro. "Latinoamerica, en definitiva, siempre fue un poco como el granero del mundo donde la gente venía a buscar alimento y no a capacitar a los habitantes, pero ha habido educación financiera en los últimos cinco años y eso está haciendo evolucionar a las personas, las hace saber que a través de la toma de este tipo de productos financieros se puede apalancar para obtener productos de mayor valor para su vida. Y un poco también nuestra misión es esa: generar una inclusión financiera en toda la región", asegura.
Alprestamo: expansión en la región
Justamente por ese contexto histórico, económico y financiero, Alprestamo trabaja sin parar en América Latina. La empresa nació de la mano de tres amigos que decidieron lanzarla a fines de 2017 en nuestro país. Luego se expandieron a Uruguay (2019), México (2021), Colombia (2022) y, este año, Perú, República Dominicana y Chile.
En Alprestamo se definen como un "marketplace" de servicios financieros: se encargan de conectar a consumidores con entidades
"Somos bichos raros, no somos de esos emprendedores que piden plata y prueban a ver si la idea funciona. La única ronda de inversión que tuvimos fue recién el año pasado, después de cinco años de operación. Y esa búsqueda de dinero no fue para subsistir sino para acelerar el crecimiento", recuerda Sanclemente.
En efecto, el año pasado realizó un programa de emisión de acciones por u$s2,5 millones con un valor de compañía de u$s25 millones. El avance desde que nació Alprestamo fue sostenido.
"Desde 2018 hasta ahora, la empresa creció tanto en cantidad de usuarios como en revenue y facturación en dólares un 400% interanual todos los años. Además, 2022 cerró con 3,1 millones de usuarios y 3,2 millones de dólares de facturación", revela el CEO.
Pero, no todo son números. Para Sanclemente y todo el equipo de Alprestamo, la compañía tiene ante todo un valor social capaz de generar una marea de inclusión financiera en toda Latinoamérica.
En este sentido, remarca: "Para mí, es algo sumamente importante lograr que unos padres que tienen cierto poder adquisitivo puedan acceder a comprarle los zapatos del colegio en cuotas a sus hijos. Yo creo que ahí hay una misión muy grande, no sólo nuestra porque nosotros somos la capa de afuera de la cebolla: necesitamos de los bancos y financieras, y de que empiecen también ellos a jugársela y dar este tipo de productos a los usuarios".
"Esto nos compete a todos. Es un trabajo de todo un ecosistema. Esperamos que en otros cuatro años podamos estar hablando de lo mismo y que en vez de ser el 35% sea el 65% de los latinoamericanos los que puedan acceder a un producto financiero", concluye.