Esta semana el Ministro de Economía Sergio Massa, junto a su equipo económico terminará de cerrar con las autoridades del FMI los principales aspectos cambiarios, fiscales y monetarios.
Este nuevo programa económico se pondría en marcha después del 30 de septiembre cuando vence la posibilidad de liquidar dólares a 200 pesos del sector agroindustrial.
De acuerdo a lo que pudo saber iProfesional de distintas fuentes financieras que operan en Wall Street y tuvieron información del FMI y del equipo económico el nuevo esquema cambiario que comenzaría a regir desde el 1 de octubre próximo tendría tres tipos de cambios fijados por el BCRA:
El actual dólar oficial que se iría actualizando de aquí hasta fin de año con minidevaluaciones periódicas que seguirían la inflación mensual al cual sólo podrían acceder muy pocas empresas en particular aquellas que muestren una mejora de su capacidad exportadora.
El valor de este dólar para fin de año estaría cerca de los 180 pesos considerando de aquí hasta fin de año una devaluación promedio mensual del 7 %. En este caso el aumento del tipo de cambio hasta fin de año sería del 30 %.
El "dólar soja" de 200 pesos que quedaría fijo hasta fin de año y se extendería a otras industrias exportadoras como petrolera, minera del conocimiento, alimenticia y automotriz. Un dólar tarjeta que arrancaría en unos 295 pesos a partir del 1 de octubre.
Mundial de Qatar
En este caso para encarecer en los próximos meses por el Mundial Qatar 2022 y las próximas vacaciones de verano los gastos en turismo pago de pasajes y gastos en el exterior con tarjeta el gobierno elevaría del 30 al 45 % el impuesto pais y mantendría en el 45% la percepción del de devolución del impuesto a las ganancias.
Por lo tanto el calculando un dólar oficial de 140 pesos el dólar tarjeta pasaría a costar desde el próximo 1 de octubre unos 295 pesos frente a su cotización actual de 260 pesos. El aumento del tipo de cambio en este caso sería cercano al 15%.
El objetivo del equipo económico es reducir la brecha cambiaria al 50% frente a la actual del 100 por ciento ya que se podría lograr una reducción en los valores de los dólares financieros como el dólar MEP y el dólar contado con Liqui.
Al respecto el analista Salvador Di Stefano explicó a Iprofesional que de acuerdo a la información que llega desde algunos operadores de Wall Street desde el 1 de octubre habría un dólar comercial y otro financiero, el dólar turismo sería más alto con una suba del impuesto país del 30% al 50%, y se aumentaría la percepción de ganancias a niveles del 50% anual, esto dejaría el dólar turista en el doble del valor del dólar comercial.
"No creo que se elimine el cepo cambiario porque el gobierno está rebajando para muchas licencias de importación automáticas que se transformaron en no automáticas y además postergó la decisión de pagar con 180 días de plazo las importaciones autorizadas, pero cuando se pide autorización no hay respuestas a las mismas" dice Di Stefano.
En tanto, un reciente informe de la consultora Consultatio Plus adelantó que "la implementación del nuevo dólar soja formalizó el abandono del régimen cambiario actual tal como lo conocemos hasta hoy. El éxito que tuvo en su debut vuelve muy difícil de imaginar cómo hará el Gobierno para no renovarla tras su vencimiento, o como evitar tener que generalizarla a otros sectores".
Dólar soja: las limitaciones
Entre las limitaciones más relevantes tal vez la más preocupante es que se trata de un desdoblamiento cambiario invertido.
El informe de la consultora señala que el actual esquema es un híbrido a diferencia de los esquemas de desdoblamiento tradicionales donde hay dos tipos de cambio uno comercial más bajo con el que se liquidan las operaciones de comercio exterior como las exportaciones e importaciones y otro financiero más caro donde se realizan operaciones de financiamiento o de capital con el exterior.
El informe destaca además que en la situación actual hay una desdoblamiento invertido porque el "dólar soja" de 200 pesos es más caro que el valor del dólar de la A3550 que es el dólar oficial de 140 pesos que rige los contratos de futuro con el que se calculan los bonos emitidos por el gobierno.
Con este tipo de sistema es muy probable que el tipo de cambio oficial se transforme en algo testimonial en el futuro. ¿Quien tendrá la intención de comprar esos bonos como forma de cobertura en el futuro y a donde irán esos fondos? Se pregunta el informe.
La segunda limitación del actual esquema que señalan la mayoría de los analistas consultados por Iprofesional es que se trata de una compra de dólares para acumular reservas internacionales muy cara para el BCRA porque compra dólares a 200 pesos y los tiene que vender más baratos a 140 pesos a los importadores en el mercado oficial de cambios.
La instrumentación del "dólar soja" es el primer paso para que Massa, comience a abandonar el régimen cambiario actual
¿Qué pasa con las reservas del Banco Central?
La semana pasada el BCRA compró unos u$s1400 millones a los exportadores de la industria aceitera a un tipo de cambio de $200 y emitió unos 282.000 millones de pesos. Por otro lado vendió unos 550 millones de dólares a 140 pesos y recibió unos 77.000 millones de pesos.
En resumen acumuló unos u$s850 millones y emitió unos 205.000 millones lo que implica haber comprado esos dólares a unos u$s240 pesos.
Al respecto el último informe de la consultora Invecq señala en relación al esquema del "dólar soja" que la medida cumplió su objetivo produciendo un marcado cambio en la tendencia de acumulación de reservas del Banco Central. "En tan solo 4 días logró acumular más de u$S1.000 millones, cuando en los primeros 8 meses del año esa cifra era de tan solo 40 millones" dice el informe.
Las compras diarias fueron por un promedio de u$s261 millones, siendo que el promedio de las 15 ruedas anteriores había sido nada más que de u$s20 millones.
Este nuevo precio de u$S200 resulta considerablemente más rentable para el sector sojero, dando lugar a una gran liquidación de dólares desde que se puso en funcionamiento este mecanismo. Pero esto refleja a su vez las distorsiones que presenta el mercado de cambios, donde al mismo tiempo los importadores continúan viendo atractivas las compras al exterior a un dólar de $140.
En consecuencia, los costos de mantener este tipo de cambio barato que hasta ahora recaían íntegramente en los exportadores ahora serán también compartidos por el Tesoro nacional. Es que la pérdida en la que incurre el Banco Central por comprar divisas a un precio 40% mayor que el precio al que las valúa en su balance será compensada por el Tesoro con una Letra en dólares, es decir, mayor endeudamiento.
Esto implica que si se cumple lo pronosticado por el equipo económico y efectivamente la liquidación alcanza los u$s5.000 millones al mes, la pérdida que deberá cubrir el Tesoro será por un total de unos u$s2.000 millones.
De acuerdo a lo que pudo saber iProfesional de fuentes del mercado financiero de Wall Street el programa de Massa sería integral y buscaría bajar la inflación para el año próximo al 50 % mensual una cifra que sería la proyección de se incluiría en el Proyecto de Presupuesto 2023 que se enviaría el próximo 15 de septiembre al Congreso de la Nación.
También habría una menor emisión monetaria y una flexibilización de las metas fiscales y monetarias pero sin modificar la meta de acumulación de reservas internacionales netas para fin de año que tendría que sumar unos 5.800 millones de dólares.
Hasta el presente según los anuncios oficiales, el gobierno consiguió u$s900 millones por parte del Banco Mundial y 4.200 por parte del BID, de los cuales sólo 1.200 de todos ellos serán destinados a engrosar las reservas internacionales del BCRA, mientras que el resto tienen por finalidad el financiamiento de obras de infraestructura.
La semana pasada el BCRA compró unos u$s1400 millones a los exportadores de la industria aceitera a un tipo de cambio de $200 y emitió unos 282.000 millones de pesos
En Wall Street se habla de un colchón de unos u$s10.000 millones de compras y préstamos para aumentar las reservas internacionales y a eso se le sumarían otros u$s5.000 millones más que provendrían de un impuesto a los capitales de argentinos no declarados en los Estados Unidos que totalizarían unos u$S100.000 millones.