Tras los cortes de luz acentuados por la ola de calor a principios de este año, el Gobierno puso el foco sobre las "granjas de minado" de Bitcoin que, a partir del uso de computadoras y electricidad, permiten generar nuevas monedas y obtener una renta dolarizada.
Ante las trabas al mercado de divisas, la brecha entre el tipo de cambio oficial y los paralelos, y la electricidad "barata", muchos argentinos armaron su granja de minado "casera".
"Este proceso no tiene nada que ver con agarrar un pico y una pala: es una analogía que resulta de la comparación del Bitcoin con los metales preciosos, ya que es considerado como oro digital por las características que lo hacen especialmente bueno como reserva de valor", aclara a iProUP Sebastian Nill, CEO de Aeternam Brokers y minero desde 2011.
Por su parte, Sebastián M. Domínguez, CEO de SDC Asesores Tributarios, señala a iProUP que "la minería de criptomonedas es un proceso a través del cual se validan y agrupan transacciones de una red registrándose en una blockchain".
"La blockchain es como un libro contable de uso compartido. El minado consiste en la resolución de un problema matemático complejo a través de equipos informáticos. Quien lo resuelve antes recibe como premio determinada cantidad de la criptomoneda que está minando", completa el contador, quien remarca las cualidades únicas de la cadena de bloques:
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Es descentralizada: el control y almacenamiento no se ubican en una sola ubicación
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Es inmutable: la información contenida no puede modificarse por una sola persona
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Es transparente: cualquier usuario puede auditar el histórico de operaciones
En resumen, la minería es el proceso por el cual se validan transacciones y múltiples computadoras interconectadas almacenan los datos. Para que la nueva información se escriba en la blockchain, se utiliza un "mecanismo de consenso", que se encarga de aprobarla. Nill distingue los dos principales:
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Prueba de trabajo o PoW (Proof of Work): "Es lo que popularmente se llama minería, por lo que el proceso de validación de transacciones se realiza a través de poder de cómputo"
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Prueba de participación o PoS (Proof of Stake): "Se deja en garantía determinada cantidad de criptomonedas para garantizar y validar las operaciones, recibiendo un pago proporcional a la garantía aportada"
"Bitcoin y Ethereum, por ahora, utilizan prueba de trabajo. Este mecanismo requiere de equipos informáticos capaces de resolver complejos acertijos matemáticos", señala a iProUP Alex Becker, Content Leader de Decrypto.la, quien agrega que la "prueba de participación es utilizado en Cardano (ADA) y Solana (SOL)", entre otras.
Qué se necesita
Becker asegura en las dos principales criptomonedas se requieren diferente equipamiento para realizar la minería:
- "En el caso de Bitcoin, se utilizan equipos denominados ASIC , fabricados especialmente para tal fin"
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"En Ethereum y gran parte de las criptomonedas que emplean PoW, es necesario un rig de minería, es decir, una PC a la que podemos conectar varias placas de video (GPU)"
En ambos casos, a mayor cantidad y calidad del equipamiento se obtendrá un más poder de hash (cómputo), lo que incrementará las posibilidades de quedarse con la recompensa.
La minería de Bitcoin es cada vez más popular entre los argentinos.
Costos a considerar
Según los expertos, los equipos para minar cuestan desde u$s800 y se elevan hasta más de u$s20.000. Pero Domínguez enumera otros costos a tener en cuenta:
- Equipo informático y software necesario
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Espacio físico donde se alojará: puede ser cero para quien coloca un equipo para minar en su casa, pero una "granja de minado" requerirá una superficie importante
- Electricidad: se trata de un insumo clave
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Refrigeración: los equipos trabajan a altas temperaturas por lo que deben tenerse en instalaciones con clima controlado para evitar desperfectos
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Personal: en un emprendimiento "casero" no hacen falta empleados, pero en una más "profesional" habrá que contar con técnicos en PC, electricistas, etcétera
Según expertos consultados por iProUP, quien desee minar Bitcoin deberá adquirir un equipo ASIC que cuesta unos 800 dólares en promedio y ofrece un poder de cómputo estimado de 13.5TH/s.
Al precio actual de la criptodivisa líder (u$s40.000), el equipo generaría ingresos brutos estimados en u$s120 al mes, con un consumo eléctrico de 1.500W que, a precios actualizados en la zona AMBA, equivale a unos 7.500 pesos o cerca de u$s35 a cotización blue.
De esta forma se generaría un ingreso neto de u$s85 mensuales, sin considerar los gastos en aire acondicionado, mantenimiento, comisiones y, principalmente, impuestos.
Marco Impositivo
El apartado fiscal es un factor que más dudas genera entre los mineros cripto. Domínguez desmenuza los gravámenes que se deben tener en cuenta:
1. Impuesto a las Ganancias
"El servicio de minado está gravado por el Impuesto a las Ganancias argentino y se deberá declarar como ingresos el valor de las unidades de criptomonedas recibidas", señala el contador.
Añade que "cuando venda las criptomonedas tendrá otro resultado alcanzado por este impuesto producto de la diferencia entre valor de venta y el costo, que es equivalente al precio que había declarado como ingresos cuando recibió las unidades por el minado".
En ambos casos, la renta quedará gravada por las alícuotas progresivas del Impuesto a las Ganancias que van del 5 al 35 por ciento.
2. Impuesto al Valor Agregado
Según el experto tributario, "si se considera situado en el exterior, el servicio de minería no estaría alcanzado por el IVA. Dadas las características de la blockchain, es imposible definir un lugar de ubicación de la misma y no debería considerarse que el servicio se prestó a una red ubicada en la Argentina", asegura.
"Respecto de la venta de las criptomonedas obtenidas por el servicio de minado, la misma no está alcanzada por el IVA argentino por ser un bien intangible", completa Domínguez, por lo que este tributo no aplica a las divisas digitales.
3. Régimen del Monotributo
Según el experto, "una persona podría adherirse al Monotributo respecto de la actividad de servicio de minado, en la medida que encuadre en los parámetros para hacerlo". Es decir, que los ingresos o el consumo energético no superen las escalas del impuesto.
"Los resultados generados por la venta de las criptomonedas quedarán alcanzados por el Impuesto a las Ganancias, ya que no encuadran en el Monotributo", aclara Domínguez.
4. Impuesto sobre los Ingresos Brutos
El especialista remarca que "se presenta una situación similar que en el IVA, ya que el servicio de minería está alcanzado por el impuesto, pero si su utilización o explotación efectiva del servicio se considera en el exterior, tendrá el tratamiento de actividad exenta".
Evaluar los costos del hardware es muy importante para armar una "granja" casera.
No obstante, algunas provincias ya incluyeron a la actividad cripto dentro de sus códigos tributarios:
- Córdoba: 0,25% para pagos hasta 4,75% para la prestación de servicios
- Catamarca: gravó todas las operaciones, con alícuotas de 5% para los inscriptos en IIBB y 7% para el resto
- Neuquén: la alícuota es del 3%
- Tucumán: aplica 9% a la diferencia entre la compra y venta
- Buenos Aires: la alícuota es de 4%
Cuándo se recupera la inversión
Según Becker, "El retorno de la inversión podría alcanzarse entre uno y dos años", si bien Nill matiza que los tiempos pueden ser menores si se conservan los criptomonedas minadas.
"Últimamente, el precio del hardware se ajusta a la rentabilidad, teniendo un 5% de rentabilidad al momento de invertir en el caso de ir por un rig de minería (para Ethereum) y un poco más si uno opta por un minero ASIC (para Bitcoin", señala Nill.
Según el experto, "la inversión se recuperaría en 20 meses, pero si se guardan las criptomonedas, estas pueden ir valorizándose en el tiempo, haciendo que estos tiempos se acorten en unos ocho meses, como viene ocurriendo aproximadamente los últimos tres años".
Como en toda actividad cripto, el consejo es el mismo: DYOR, siglas de inglés de "hacé tu propia investigación". Existen miles de canales de YouTube, comunidades de Telegram, sitios web y otros recursos para aprenderlo. Todos los mineros tienen algo en común: empezaron sin saber nada.