Ser o no ser. Sumarse a la revolución, cada vez más grande y variada, de las criptomonedas y los activos digitales, es la disyuntiva por la que atraviesan en la actualidad muchos países del mundo.

Es por eso que varios gobiernos avanzan en la creación de monedas digitales de sus bancos centrales (CBDC, por sus siglas en inglés), mientras que por otro lado aparece la opción –como lo hizo El Salvador meses atrás– de adoptar Bitcoin como divisa de curso legal.

Los desafíos, claro está, no son pocos. Pero la realidad es que el avance de la tecnología y las ventajas que ofrece pusieron de manifiesto la necesidad de que las autoridades debatan el asunto. Así, durante el 2021, una serie de hechos puntuales parecen haber sentado las bases para que esto suceda:

Por su parte, El Salvador eligió otro camino. Desde el 7 de septiembre, se transformó en el primer país del mundo en adoptar el Bitcoin como moneda de curso legal. Desde entonces, más allá de cierta reticencia que aún persiste en una parte de la población, empresas y negocios locales aceptan la moneda digital como forma de pago.

Pero el plan del presidente Nayib Bukele parece ir más allá: anunció la creación de la primera "ciudad Bitcoin" del mundo. El dirigente también aprovechó la reciente caída de la criptodivisa para ampliar las "reservas" de su país: 150 monedas a un precio promedio de u$s48.670

De todas formas, claro está, hay diferencias entre las denominadas CBDC y las criptomonedas más reconocidas de la actualidad.

"El beneficio del Bitcoin es que no depende de las políticas monetarias de ninguna nación. Si un país adoptara una stablecoin atado a una moneda tradicional, estaría adoptando la versión digital de la moneda de otro país", señala a iProUP Maximiliano Hinz, Latam Operations Director de Binance.

Según el ejecutivo, esto "sería disruptivo en el sentido que habría una circulación 100% libre del dinero por la propia naturaleza de las criptomonedas, pero desde el punto de vista monetario no sería tan libre como en el caso de un país que adoptara BTC como moneda de curso legal".

Impacto en las economías

Hinz remarca que "la moneda digital es algo que ya está entre nosotros desde hace mucho tiempo: cuando hablamos de tarjetas de crédito y débito, estamos hablando de eso".

"La evolución de esto sería eliminar el dinero físico y digitalizar todo. Acá es cuando entra en juego la blockchain que, por ser un sistema de contabilidad descentralizado, podemos tener plena seguridad de que los registros no pueden ser editados de manera maliciosa", resalta. Y asegura que "es entendible que el dinero evolucione conforme lo hace la tecnología", y remarca algunos hitos:

Al analizar cuál puede ser el impacto de lanzar una moneda digital, Julián Colombo, Head of Policy Argentina de Bitso, remarca a iProUP que "a nivel global, las criptomonedas pueden cambiar el paradigma del sistema financiero tradicional en el mundo".

Las criptomonedas podrían facilitar el comercio, las transferencias y las inversiones transfronterizas

"Sin embargo, a nivel local, el foco está en que son principalmente una herramienta con la enorme ventaja de permitir pagos digitales, ya sea domésticos o transfronterizos, a precios más bajos, y de forma rápida y transparente, lo que favorece un desenvolvimiento positivo de las economías locales, al fomentar que se puedan insertar en la economía global y digital", completa.

Hinz añade que "si los países deciden crear sus propias criptomonedas, vamos a ver cómo las economías locales van a dinamizarse muchísimo". "En vez de tener pequeños mercados, vamos a ver como los mercados mundiales empiezan a consumir e invertir en proyectos que con dinero tradicional es imposible de hacer", agrega.

Los expertos remarcan los beneficios que la aplicación de divisas digitales puede suponer para quienes las utilicen. Para Colombo, "las personas pueden usarlas para distintos fines" y los puntualiza en:

"Todo esto se hace posible con una mirada inclusiva, en la que cada vez más personas pueden controlar sus finanzas con su teléfono, en cualquier momento y lugar", resalta el directivo de Bitso.

Hinz añade que, para los individuos, "significa abrir la puerta a un mundo mucho más grande. No es solo comprar en Internet a través de Amazon o empresas similares: es poder invertir en un proyecto que se esté desarrollando en el Caribe, en África, en Asia o en la Patagonia de manera indistinta".

La "alternativa" Bitcoin

Lo que ocurrió en El Salvador puede ser la punta de lanza para muchas otras naciones que no quieran quedarse afuera de la revolución de las criptomonedas. En ese caso, adoptar el Bitcoin como divisa de curso legal se convertiría en una alternativa válida.

"Tal decisión se basó en la necesidad de tomar medidas contundentes para atender el problema de inclusión financieras: el 70% de la población salvadoreña no tiene una cuenta de banco, por lo que enfrenta barreras importantes para acceder a ciertos servicios financieros", indica Colombo.

Según el experto, "la infraestructura de pagos actual en la región se caracteriza por un número de intermediarios importantes y otras fricciones que generan demoras y altas tarifas. Así, la adopción de Bitcoin como moneda de curso legal ha permitido que la población se beneficie de un sistema de pagos instantáneos".

"Aún no está claro si Argentina va a seguir los mismos pasos, pero creemos que es importante que los gobiernos empiecen a familiarizarse con una tecnología que trae innumerables ventajas para su población", acota Colombo.

"Como se hizo en El Salvador, primero se debe educar a las instituciones financieras sobre el uso y funcionamiento de bitcoin y blockchain antes del gran despliegue local. Si este proyecto prospera, puede inspirar o motivar a otros Estados o países a la adopción de criptoactivos como método de pago", indican a iProUP desde la billetera cripto Lemon Cash.

¿Qué ocurre en Argentina?

Por el momento, todo indica que en el país no se analiza la posibilidad de lanzar un "peso digital". De hecho, cuando fue consultado, el presidente del Banco Central Miguel Pesce sostuvo que no se estaba evaluando la idea de crear una CBDC propia y que se buscó "digitalizar el uso del dinero" con la interoperabilidad entre fintech y bancos, sistema denominado Transferencias 3.0.

"Queremos reservar el rol de regulador para el Banco Central y que sean los privados los que difundan el sistema y desarrollen plataformas para que se lleven adelante las transacciones", aseguró el banquero central. Sobre el Bitcoin dijo que "fue creado como un mecanismo de transacciones sustituto del dinero donde el Estado no cumple un rol".

Si bien resaltó que "al Banco Central no le afecta que este tipo de instrumentos puedan usarse para transacciones, sí nos preocupa que se utilicen para obtener ganancias indebidas sobre personas incautas o poco sofisticadas".

En este marco, el Gobierno decidió aplicar el denominado "impuesto al cheque" a la compraventa de criptomonedas: es decir que se dispuso que toda la comercialización de monedas digitales sea gravada con el impuesto a los créditos y débitos bancarios.

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