Pocas comunidades online logran permanecer en el tiempo, generar sus propios códigos y hasta un lenguaje específico. O mantener su vigencia pese a la llegada de otros productos que prometían superarla.
Entre esas elegidas se encuentra Taringa!, un sitio web que comenzó en 2004, cuando el programador Fernando Sanz la puso online. Fueron los hermanos Matías y Hernán Botbol junto a Alberto Nakayama quienes vieron el potencial y la llevaron al siguiente nivel cuando adquirieron el sitio dos años después.
Más tarde, la empresa se vio envuelta en problemas legales de larga duración que menguaron su crecimiento, pero la comunidad de taringueros logró que ese sitio, convertido en una red social en la que se comparte conocimiento, hoy esté lista para enfrentar un nuevo desafío.
Hace dos años, Taringa! fue adquirida por IOV Labs, fundada por Diego Gutiérrez Saldívar, pionero argentino no sólo de Internet sino también del mundo de las monedas digitales.
Hace unos meses, su nombre fue inscripto en el Salón de la Fama Cripto por sus aportes, entre ellos, con RSK Labs, la primera firma del mundo que montó contratos inteligentes sobre la blockchain de Bitcoin.
Con la ayuda de IOV Labs, Taringa! lanzó su versión 8 (o V8), que se mete de lleno en la criptoeconomía y promete, gracias a las herramientas que ofrece las divisas digitales, devolver el valor y el poder de la comunidad a sus usuarios.
Taringa!, en clave cripto
Los hermanos Botbol dejaron las oficinas de la empresa en la zona del Alto Palermo y hoy están radicados en Austin, Texas, considerada un nuevo Silicon Valley debido al ecosistema de startups que se asentó en los últimos años.
Desde allí, Matías dirige los destinos de la red social de habla hispana más importante del planeta, con más de 30 millones de usuarios en Latinoamérica y un millar de comunidades enfocadas en intereses. Además, es una usina permanente de memes y tutoriales, entre otros contenidos.
"Estamos empezando a migrar hacia cripto y buscar las formas de interactuar con este mundo", adelanta Matías Botbol a iProUP, quien señala que, si bien "el concepto inicial era que toda la plataforma se base en una blockchain, había una fuerte barrera de entrada para los usuarios".
El directivo asegura que lo que hicieron fue "reformular lo que siempre tuvo Taringa!, como los rangos", además de crear un "sistema de gamificación en la que semanal y mensualmente se lanzan Quests (misiones) para que participen los usuarios".
Según Matías Botbol (centro), el usuario es el que genera el valor dentro de la red social. Por eso buscan "devolvérselo"
Estas misiones estarán relacionadas con actividades en la plataforma: publicar contenido, comentar posteos, descubrir publicaiones de otros usuarios, etcétera. El ejecutivo remarca que "a medida que las vayan completando y obteniendo la experiencia, irán acumulando Taringa! Silver Coins y subiendo su rango".
"Para que eso tenga sentido, introdujimos el Taringa! Store en la que los usuarios puedan acceder a ítems dentro de la plataforma, como stickers y avatares", señala Botbol.
Además, los usuarios pueden utilizar estos Taringa! Silver Coins para acceder a diversos beneficios, como descuentos en cursos en Coder House y otros partnerships en los que están trabajando. También diseñaron un sistema de tiping (propinas) para premiar a los usuarios que ofrecen mejores contenidos, algo similar a los viejos "puntines" de la plataforma.
"Esto permite que las acciones dentro de Taringa! tengan un valor real y tangible. Buscamos lanzar más usos, pero comenzamos con casos simples y los iremos complejizándolos", remarca Botbol.
Hacia una "economía taringuera"
En diálogo con iProUP, Botbol repite una frase que pinta con precisión lo que busca la red social: "Devolver a los usuarios el valor: gracias a ellos tiene sentido la plataforma".
Por ello, hoy el sitio no posee publicidad, pero cuando vuelva a tenerla planean compartirla con los usuarios a través de estas monedas. Hoy trabajan en ver cómo distribuir el valor que genere la plataforma.
"Podríamos tener la Taringa! Silver, que sirva para transaccionar dentro de la plataforma; y quizás una Taringa! Gold, que sea una stablecoin y se pueda usar fuera", anticipa el CEO de la red social.
Y remarca: "Parte de la discusión es cómo tangibilizar, cómo crear un valor que sea apreciado por el usuario. Iremos aprendiendo y se definirá según vaya creciendo el proyecto".
En este sentido, ejemplifica que un usuario puede vender un mouse a otro y recibir Taringa! Silver. Por el momento, esta moneda tiene más un valor simbólico dentro de la plataforma que irá evolucionando de acuerdo al caso de uso.
En Taringa! Store se pueden gastar los Taringa! Silver en descuentos en educación online e ítems para usar en la red social
Si bien todavía no migraron la red social a la cadena de bloques, Botbol asegura que usarán la "la blockchain de RSK para todo lo que se lance y su token RIF posee muchas de las lógicas económicas que incorporará Taringa!", remarca.
Otra cuestión tecnológica que tiene peso dentro de la red es el big data. "Para las definiciones del producto se toman muy en cuenta lo que piden los usuarios, sus necesidades y las métricas: así priorizamos qué features van primero y cuáles después", confía Botbol.
De hecho, confiesa que "vienen de momentos difíciles", en los que los usuarios no respondían y marcaron el camino a través de los datos. Hoy, Taringa! V8 viene en aumento.
Lanzamos hace unas semanas. La recepción fue positiva. Volvió mucho el espíritu del Taringa! más activo y los usuarios apreciaron mucho el concepto de devolución de valor. La adopción de esta nueva versión fue mayor a la que esperábamos", celebra Botbol.
Así, la red social argentina buscará devolverle valor a los usuarios que, según repite el ejecutivo, "son los que realmente lo generan". Y avanzar en el desarrollo de lo que denomina una "economía taringuera".