Fue imposible adivinar el futuro cuando Jeff Bezos fundó la librería online Cadabra en 1994. No obstante, ni él se imaginaba la magnitud que alcanzaría su compañía, más tarde conocida como Relentless y rebautizada como Amazon.
El que hoy en día es el gran gigante del comercio electrónico salió a bolsa en 1997. Ese año su fundador se hizo un preciado hueco en la lista Forbes de los 400 estadounidenses más ricos del mundo gracias a que contaba con el 42% de las acciones de Amazon, valoradas en u$s1534 millones.
Diez años después de la creación de Amazon, Bezos, cuya fortuna ya ascendía a u$s4.720 millones de, lanzaba Amazon Prime. Después llegaría el Kindle, su propio e-book como recuerdo a lo que un día fue sólo una empresa de venta de libros, Amazon Studios, The Washington Post, el Prime Day.
Sus éxitos empresariales incrementaban su patrimonio a pasos de gigante: en 2010 alcanzó los 10.440 millones; en 2013, su fortuna era de 22.550 millones; en 2015, tenía 39.000 millones. Pero no sería hasta 2018 cuando Bezos desbancó a Bill Gates como la persona más rica del mundo.
La carrera alcista
Amazon siempre dio alegrías a sus inversores, especialmente los últimos cinco años. El pasado viernes, 2 de julio de 2021, las acciones del gigante del comercio electrónico cerraron a u$s3.510,98 para una capitalización bursátil de u$s1,77 billones, señalaron desde Statista.
Sin embargo, los visionarios que en 1997 adquirieron títulos de Amazon en la OPV pueden hoy disfrutar de una pequeña o considerable fortuna gracias al espíritu emprendedor de Bezos, según publicó Forbes.
Gráfico de acciones Amazon. Fuente: Statista.
Como ilustra el gráfico elaborado por Statista, una inversión inicial de u$s1.000, suficiente para comprar 55 acciones a un precio de u$s18 por acción en mayo de 1997, valdría ahora más de u$s2 millones.
Pero además de la subida del precio de las acciones de u$s18 a 3.510, el enorme rendimiento puede atribuirse a tres desdoblamientos de acciones, que convirtieron una acción comprada en 1997 en doce acciones a finales de 1999.
Wise salió a Bolsa
La empresa de tecnología financiera británica Wise, especializada en las transferencias de dinero, hizo su salida a bolsa este miércoles en Londres con una valorización de 8.000 millones de libras (11.000 millones de dólares), un récord para una compañía tecnológica.
Con un precio fijado en 8 libras (11 dólares) la acción, Wise, anteriormente conocida como Transferwise, registró la cotización más importante jamás vista en la Bolsa de Londres para una empresa de tecnología en términos de valorización, y la mayor realizada en la plaza londinense en lo que va de año.
A título comparativo, la plataforma de reparto de comida a domicilio Deliveroo salió a bolsa con un valor de 7.600 millones de libras a finales de marzo, aunque la operación se saldó en fiasco, pues la acción se hundió durante las primeras sesiones.
Hasta ahora, Wise estaba valorada en 5.000 millones de dólares tras recibir una financiación en julio de 2020. La firma optó por una cotización directa, más barata y transparente, según la empresa, que una salida a bolsa clásica, que le habría obligado a recaudar fondos entre los inversores.
Taavet Hinrikus y Kristo Käärmann, fundadores de Wise
La entrada en el mercado "ampliará el accionariado de Wise y apoyará nuestra misión de transferir dinero en todo el mundo de forma más rápida, más barata y más fácil", declaró Kristo Käärmann, director general y cofundador de la compañía, en un comunicado difundido a finales de junio.
La empresa, creada en 2011, afirmó que había ganado clientes durante la pandemia, con un aumento del volumen de las transacciones, tanto particulares como profesionales. Además, Wise es rentable desde 2017, algo realmente elogiable para el sector de las startups, en las que las ganancias se resignan para seguir creciendo.
En el ejercicio anual que terminó en marzo, la empresa contaba con 6 millones de clientes activos y registró 54.400 millones de libras (75.000 millones de dólares) en transacciones. Tiene 17 oficinas en todo el mundo y 2.400 empleados.
La compañía había llegado a la Argentina en 2018, ya que era muy utilizada por los freelancers argentinos para cobrar sus honorarios del exterior. Sin embargo, a fines de 2019, cuando comenzaron los controles cambiarios, decidió dejar de aceptar pesos, tanto para recibir como enviar dinero.