Siete profesores estadounidenses se convirtieron casi por accidente en exitosos empresarios y actualmente compiten con gigantes tecnológicos como Snowflake, Amazon, Microsoft y Google.

Se trata de Databricks, una empresa de software iniciada en 2012 por un grupo de investigadores de Berkeley. Como tenía pocos ingresos y con el objetivo de poder salvar la firma, Pete Sonsini, un inversor, dispuso de u$s30 millones.

Pagar por lo gratis

Como parte del cambio, los cofundadores designaron un nuevo jefe: Ali Ghodsi, que por ese entonces trabajaba como vicepresidente de ingeniería.

"Éramos un grupo de hippies de Berkeley y solo queríamos cambiar el mundo. Les decíamos: simplemente tomen el software gratis, y ellos decían: No, tenemos que darles u$s1 millón", declaró Ghodsi a Forbes México.

Aumentar la fuerza de ventas con personas que supieran cómo dirigirse a los directores de información de la empresa, desarrollar el C-suite de Databricks con "personas que lo han hecho antes" y crear partes patentadas del software para que esos vendedores de renombre tengan algo que vender, fueron tres medidas que promulgó Ghodsi en 2016. Las ventas aumentaron rápidamente, alcanzando los u$s12 millones ese mismo año.

Según Ben Horowitz, el primer patrocinador de capital de riesgo de la compañía, Ghodsi se convirtió en el mejor director ejecutivo de la cartera de Andreessen Horowitz, que abarca cientos de empresas.

Su actualidad

Actualmente, gracias a estos cambios, Databricks ya se perfila como el mejor software de éxito de la empresa gracias a una valoración reciente de u$s28.000 millones.

Pero además, Databricks cuenta hoy con más de 5.000 clientes, y Forbes estima que está en camino de registrar más de u$s500 millones en ingresos en 2021, frente a los u$s275 millones del año pasado.

Ghodsi se ha convertido en el mejor director ejecutivo de la cartera de Andreessen Horowitz, que abarca cientos de empresas.

En la última edición de Forbes del AI 50, ocupó el quinto lugar en la lista Cloud 100 del año pasado y pronto podría encaminarse a una OPI que se encuentra entre las más lucrativas en la historia del software.

Debido al éxito, al menos tres fundadores son multimillonarios: Ghodsi, el CEO fundador Ion Stoica, de 56 años, y el jefe de tecnología, Matei Zaharia, de 36 años. Según la estimación de Forbes, poseen participaciones entre el 5% y el 6%, por un valor de u$s1.400 millones o más.

En febrero, Databricks recaudó u$s1.000 millones para consolidar su posición como una de las startups más valiosas del mundo. Los fondos frescos le dan un enorme cofre de guerra para competir y ganar contratos contra las empresas más grandes del planeta.

Por último, en este momentos, Databricks tiene cuatro grandes competidores que no son ni nada más ni nada mejos que; Snowflake, Amazon, Microsoft y Google.

Fuente: Ambito

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