Las múltiples restricciones cambiarias de Argentina, que provocaron un duro golpe a la rentabilidad de los bancos, se convirtieron en una inédita oportunidad para que los agentes de Bolsa hicieran florecer sus negocios en el mercado local.
Las compañías que operan en el mercado de capitales fueron privilegiadas en un año en el que la economía sufrió su mayor colapso en casi dos décadas y los bancos mostraron su peor resultado desde el 2007.
¿Qué pasó?
Al menos cinco de ellas informaron que sus resultados mejoraron más de 500% el año pasado, al ser el canal elegido por los argentinos para convertir sus pesos en dólares y eludir las limitaciones que impuso el Gobierno. Allaria Ledesma se destacó entre sus pares al registrar una ganancia de 2.200%.
"Vivimos un boom", dice el CEO de Balanz, Julio Merlini, en entrevista telefónica. "Los individuos dejaron de invertir en fondos comunes y plazos fijos y están dolarizando sus portafolios a través de operaciones con bonos o Cedears".
El mercado local empezó a cambiar su composición en el 2019, cuando las autoridades de Argentina prohibieron a la mayoría de los individuos comprar dólares al contado. La nueva regulación modificó el hábito más extendido entre los ahorristas e inversores argentinos, que debieron reemplazar a los bancos por los agentes del mercado para satisfacer sus ansias por dolarizarse.
El mecanismo más utilizado para obtener dólares es desde entonces el denominado "contado con liquidación", una operación legal de compra-venta de títulos que permite al inversor quedarse con dólares en efectivo. En lo que fue la última estocada al sistema financiero, el Banco Central impidió a los bancos operar bonos en dólares para hacer operaciones de contado con liquidación o dólar MEP para cartera propia.
Esta vía para dolarizarse ganó popularidad en el 2020 y su volumen se expandió en todo el mercado de capitales en reemplazo de las habituales transacciones financieras.
El negocio de los bancos en el mercado cambiario al contado se redujo un 67% en el 2020 a un promedio diario de u$s167 millones. El volumen negociado en renta fija en el Mercado Abierto Electrónico, que es propiedad de los bancos, se desplomó más de la mitad en 2020, hasta los u$s96.070 millones.
"Los bancos sienten el ojo del regulador y prefieren tomar cuidado y retirarse de algunos negocios", dijo Juan Anciaume, socio y head de sales & trading en Criteria, en entrevista telefónica.
Una oportunidad
Los agentes de Bolsa reaccionaron con reflejos rápidos y salieron a la caza de nuevos clientes. Muchos de ellos encontraron oportunidad para expandir sus oficinas, reforzar sus áreas comerciales y reclutar a ejecutivos desencantados con el presente del sistema financiero.
En la Bolsa de Valores, BYMA, principalmente dominada por los agentes, el volumen negociado en renta fija aumentó 57% en el 2020 hasta los u$s 247.181 millones.
"Hoy el mayor negocio es el contado con liquidación, en el que los bancos están impedidos de operar por regulaciones del Banco Central", dice el director de PPI, Augusto Posleman, en entrevista telefónica. "Nuestro negocio pasó a ser netamente transaccional y de cortísimo plazo: colocamos pesos excedentes en cualquier instrumento que rinda".
La decadencia en los resultados bancarios provocó una avalancha de pases de traders de bancos hacia las agencias de Bolsa. Desde mitad del 2019 hasta hoy, al menos una docena de reconocidos ejecutivos bancarios decidieron abandonar sus puestos para obtener mejores remuneraciones y trabajar bajo una menor regulación en un agente de Bolsa.
Entre los casos más resonantes se incluyen el desembarco del trader del HSBC Juan Manuel Truppia a TPCG Valores, o la llegada del jefe de ventas corporativas del Banco Galicia, Manuel Rocha-Nan, y la estratega de renta fija en BTG Pactual, Carolina Gialdi, a Max Capital.
"Los agentes hoy nos solemos nutrir de los bancos", dice Juan Rodríguez Braun, socio y presidente de Max Capital. "El agente de Bolsa atrae a los ejecutivos porque ofrece remuneraciones más altas asociadas a los resultados de la compañía". Tanto Rodríguez Braun como Merlini estiman que, actualmente, un empleado que decide mudarse de un banco a un agente de Bolsa puede mejorar sus ingresos anuales alrededor de un 50%.