"El tiempo pasa, nos vamos poniendo tecnos". Así comienza una reconocida canción del año 1986 de la banda Sumo, que reversiona el clásico "Años" de Pablo Milanés quien, a su vez, rememora una vieja idea del psiquiatra y psicoanalista francés Jacques Lacan.
Y a 35 años de que la inconfundible voz de Luca Prodan pronunciara esa frase, en este 2021 ese presagio de tecnologización está más vigente que nunca y se puede observar en todo el mundo, y la Argentina, a su particular ritmo, no es la excepción.
La irrupción de las criptomonedas en el centro de la escena es un claro ejemplo de ello. Es por eso que muchos expertos plantean que el billete físico -susceptible a los controles estatales- y a las tradicionales monedas fiat ya son cosa del pasado. En paralelo, los analistas ya apuestan por este "oro digital".
Y lo mismo sucede en el sector bancario. Aquí, la idea tradicional de la sucursal física lentamente queda eclipsada por la llegada –y en algunos casos consolidación- de la versión digital de estas instituciones clásicas, conocidas como "bancos 4.0". Estos nuevos jugadores, a base de agresivos planes y presencia en redes sociales, buscan tentar a quienes acostumbran a operar con las entidades conservadoras.
De esta manera y con una estructura que les brinda la posibilidad de ahorrar en costos operativos, le acercan a los clientes una gran variedad de servicios en forma gratuita, revolucionando el sistema con sus nuevas estrategias para ganar cada día más cuota del mercado.
Cabe destacar, a modo de ejemplo, que el año pasado un paquete básico en los principales bancos llegó a tener un costo promedio de $1.000 mensuales y, como es habitual, para este 2021 se efectuaron nuevos aumentos al respecto. En cambio, en el caso de las nuevas firmas digitales, estos mismos servicios se ofrecen a valor cero.
Los principales representantes de la Banca 4.0
Wilobank, Brubank, Banco del Sol y Reba son las cuatro entidades que funcionan en el plano financiero-digital en la Argentina y para mitad de julio se aguarda la llegada de Openbank, firma ligada a Santander.
A diferencia de las instituciones tradicionales, estas entidades se destacan por permitir la apertura de una cuenta online, 100% digital y sin costos de mantenimiento.
En diálogo con iProUP, Stefano Angeli, CEO de Reba, recalca que este tipo de plataformas busca "brindar una experiencia simple al usuario" y que con unos pocos clicks puedan resolver sus necesidades financieras cotidianas en un solo lugar y sin la necesidad de salir de la app en ningún momento.
"La simplicidad del uso se encuentra desde el momento en el que uno abre una cuenta. Tiene mínimos requisitos y queda habilitada en apenas 24 horas", destaca el CEO, y agrega que uno de los puntos fuertes del sector se encuentra en la capacidad de brindar propuestas de servicios "basadas en la libertad del usuario, dotándolo de herramientas para que pueda optar por la mejor opción de acuerdo con cada una de sus necesidades".
En esta sintonía, Marcelo Fondacaro, COO de VeriTran, firma dedicada a integrar nuevas tecnologías para brindar soluciones a bancos y billeteras digitales, destaca: "Si hay que dar de alta un cliente en una sucursal tradicional, esto tiene un costo aproximado, dependiendo del banco, de 2.000 pesos. Además se le debe sumar la inversión en marketing. Pero la tecnología rompe esas barreras y permite la apertura digital que es mucho más económica para la institución, lo que permite atender a más clientes a un menor costo".
Promos y servicios
Más allá de la simplicidad al momento de abrir una cuenta, estas entidades se están ganando un lugar en el mercado a fuerza de practicidad, servicios al alcance de todos y, no menos importante, un buen portfolio de promociones bien enfocada en su segmento de clientes.
Entre las características más destacadas que tienen estos bancos virtuales, sobresalen:
- Caja de ahorro en pesos (en algunos casos remuneradas, por ejemplo Banco del Sol ofrece un 20% anual).
- Caja de ahorro en dólares, junto con la posibilidad de acceder a un precio muy competitivo para las operaciones de cambio (sujetas a las normativas del BCRA).
- Préstamos personales, sujetos a evaluación crediticia.
- Plazos fijos, en pesos y en dólares.
- Extracciones en cajeros automáticos en la mayoría de los casos sin costo dentro del territorio argentino y con un precio en dólares en el exterior (Brubank aplica un cargo de u$s 6.05 por operación).
- Pago de servicios a través de Link Pagos y por códigos QR.
- Tarjeta de débito virtual y física internacional con banda, chip y tecnología contactless habilitada para compras en sitios web o para servicios de música y entretenimiento, como Netflix, Spotify o PlayStation.
Respecto a las tarjetas pueden ser Visa, American Express o Mastercard, dependiendo del emisor y los acuerdos. Cabe destacar que Banco del Sol aún no brinda estos plásticos para financiar compras aunque, según revela, próximamente lo sumará a su plataforma.
Además, los requisitos para abrir una cuenta en estos bancos son muy sencillos: solamente es necesario tener DNI argentino, ser mayor de 18 años, contar con un smartphone donde descargar la app y completar un proceso de verificación biométrica de identidad.
En el caso de Reba, se destaca la posibilidad de constituir plazos fijos a una tasa de 38% y la promoción de pago en 3 cuotas sin interés (hasta el 31 de marzo) para las compras por Mercado Libre hechas con sus tarjetas de crédito American Express.
Además, el la lucha por ofrecer mejores promos y descuentos, Wilobank parece llevar la delantera con 30% de rebajas en locales seleccionados para pago con su tarjeta Mastercard Contactless, además de códigos de descuento de entre el 15% y el 25% en tecnología alimentos y productos escolares, entre otros.
Finalmente, Brubank comenzó a ofrecer recientemente una "rueda de la fortuna", donde todas las compras realizadas con la tarjeta o paganado servicios desde la app participan por premios de hasta $25.000.
Sectores no tradicionales en la mira
Al margen del atractivo de los diferentes paquetes sin cargo, este nuevo modelo de banca apuesta fuerte por captar a profesionales y monotributistas, muchas veces marginados por las instituciones tradicionales.
En diálogo con iProUP, el experto en criptomonedas y herramientas digitales Fernando Quirós, lamenta: "Uno de los sectores que más evidencia la discriminación es el sistema bancario tradicional. No hay clientes iguales, sino que hay categorías. Te tratan diferente si sos monotributista, asalariado, pequeño comerciante o gran empresario".
Además, el especialista vaticina que "es muy difícil resolver este problema cuando te hacen recorrer un circuito bizarro de trámites, llamadas y generación de claves, entre el operador telefónico y los cajeros, o te hacen esperar tiempos excesivos en el teléfono o en sus propias oficinas", y subraya que también hay mucha gente fuera del sistema que, por más que tenga conocimientos o dispositivos móviles, no se le permite acceder.
Aquí es donde recoge el guante el sector digital, que es consciente de esta situación y la toma como bandera de batalla para salir a la cancha y destacarse. ¿Por qué? Básicamente porque toda la burocracia, los gastos y los riesgos que tiene aparejado trabajar con estos sectores no es rentable para los bancos tradicionales.
En este sentido, Fondacaro destaca que en este público es el target ideal y donde estas nuevas plataformas encontraron un nicho para crecer.
"Los bancos privados en su mayoría están muy orientados a lo que ellos consideran su 'histórica clientela rentable'. Y en la pandemia aparecieron muchos procesos de inclusión para usuarios que estaban fuera del sistema o sub bancarizados", comenta el experto de VeriTran.
Y ejemplifica: "Las billeteras digitales se destacaron como la plataforma que brindó soluciones, como ocurrió con Cuenta DNI y el depósito de la ayuda económica que otorgó el Estado por la pandemia. Y en el caso de las soluciones digitales, estos pusieron el foco en usuarios con niveles de ingresos un poco más bajos, pero que en algún momento van a poder rentabilizar".
"Este nuevo tipo de entidades no son utilizados solamente por un público joven, sino que poseen clientes de todas las edades. Y eso tiene que ver con sus procesos y formas de acceso sencillas, dejando de lado la burocracia. No tenés que firmar mil papeles. Hacen todo 100% digital y lo que compara la gente al momento de decidir son las experiencias", añade.
En ese sentido, Angeli agrega que el ecosistema fintech en general, y la banca digital en particular, posibilitaron el acercamiento de los sectores no bancarizados al mundo de las finanzas, "lo cual colabora con el objetivo de brindar las condiciones necesarias para lograr una mayor inclusión financiera, que en la Argentina aún continúa siendo muy baja".
El cliente es el centro
Si hay algo que distingue a estas nuevas empresas es que tienen algo en claro: el cliente lo que busca es la experiencia más sencilla y que no los mareen o asfixien con decenas de funcionalidades.
Angeli destaca que en los últimos años la aceleración digital modificó el panorama para la industria financiera, "poniendo al usuario en el centro de la escena": "Esto implica que las entidades debemos empoderarlos para que se encuentren mejor capacitados a la hora de tomar decisiones sobre sus finanzas. Debemos ser pioneros en educación financiera, para mejorar la relación que tienen con su dinero".
Para Fondacaro, la base de la diferencia entre lo nuevo y lo tradicional también radica en las aplicaciones pensadas en el consumidor, donde se pueda navegar sin inconvenientes.
"No son platafomas con un abanico enorme de opciones como inversiones en numerosas alternativas, sino que poseen un par de productos y se centran en ellos. Cuando la persona se topa con plataformas mucho más intuitivas se relaja y pierde el miedo. No tiene que estar con tantas trabas. La banca 4.0 resuelve eso", subraya.
De esta manera, los bancos digitales, gracias a la tecnología, dirigieron sus propuestas hacia servicios más ágiles y económicos para destacarse del sector tradicional y así logran conquistar a personas que estaban excluidas. Así se consolideron en un momento sumamente complejo, pero que brindó oportunidades para quienes supieron aprovecharlas.