Los ojos de todo el mundo están puestos en Wall Street esta semana porque ayer salió al ruedo DoorDash y hoy le toca a Airbnb. Sin embargo, las acciones de la aplicación de reparto de comida a domicilio se dispararon un 80% en su estreno en la bolsa estadounidense, donde alcanzaron un precio de u$s 182 por acción en la apertura del parqué neoyorquino, lo que situó la valoración de la empresa en el mercado en más u$s 68.000 millones.
Al cierre de Wall Street, las acciones de DoorDash habían avanzado a lo largo de la jornada un 83,53%, hasta u$s 187,20.
Su crecimiento
La compañía ya había anunciado este martes que el precio de salida de sus acciones sería de u$s 102, por encima de la estimación de entre 90 y 95 de lo que habían informado previamente gracias al importante interés de los inversores en la empresa.
La empresa con sede en San Francisco (California), que lanzó su servicio en los suburbios de Silicon Valley en 2013 y ahora domina la mitad del mercado de reparto de comida a domicilio a través de una aplicación móvil, se ha visto beneficiada por la pandemia del coronavirus.
DoorDash informó de unos ingresos de u$s 1.900 millones en los nueve primeros meses de 2020.
Tras el aumento inicial de este miércoles, el valor que le han otorgado los inversores a la compañía, en base a sus ingresos, es el doble que el de Uber, y ha alcanzado una capitalización de mercado 16 veces más alta que sus ingresos si se proyectan los últimos resultados trimestrales al resto del año.
DoorDash informó de unos ingresos de u$s 1.900 millones en los nueve primeros meses de 2020, según los documentos presentados para su salida a bolsa, un aumento desde los u$s 587 millones en el mismo periodo del año pasado.
Mientras sus ingresos crecían, también se reducían sus pérdidas netas a u$s 149 millones desde enero a septiembre de este año, frente a los u$s 533 millones de ese periodo de 2019.
Para este jueves, 24 horas después del estreno de DoorDash en Wall Street, está prevista otra importante salida a bolsa, la de Airbnb, una de las más esperadas de este año y que podría obtener una valoración de hasta u$s 42.000 millones.
Airbnb
Airbnb ya ha puesto precio a sus acciones para salir a Bolsa. Cada título de la plataforma de alquiler de alojamiento costará entre 56 y 60 dólares lo que supone valorar la empresa en hasta 42.000 millones de dólares. Esto es un precio más alto de lo que estaba previsto en principio, lo que demuestra que hay interés entre los inversores.
El aumento del precio supone también un incremento del valor total de la compañía, pues en principio se valoraba en unos 35.000 millones de dólares, y permitirá a la empresa tecnológica recaudar unos 3.100 millones de dólares.
La plataforma de alquiler vacacional, que ha logrado recuperarse tras unos meses difíciles al inicio de la pandemia, oferta casi 52 millones de acciones, que comenzarán a cotizar hoy.
En principio, el estreno en los parqués de una plataforma digital que ha cambiado hábitos de consumo en el alojamiento turístico estaba prevista antes, pero se ha ido retrasando hasta casi finales de este 2020. La operación financiera está dirigida por dos de los grandes bancos de inversión de Wall Street, Morgan Stanley y Goldman Sachs. Airbnb cotizará en el parqué tecnológico Nasdaq.
El salto al parqué del jueves fue anunciado por Airbnb hace más de un año. No obstante, la firma no dio los pasos formales hasta el pasado agosto. La covid-19 ha podido trastocar los planes de la empresa, pero no los ha cancelado finalmente a pesar de que la pandemia ha supuesto un gran golpe para el sector en el que opera esta firma, el turismo.
Desde su lanzamiento en 2008, el modelo de negocio de Airbnb también ha encontrado resistencias en ciertas ciudades. Algunas autoridades municipales, y colectivos sociales, denuncian la turistificación de los centros urbanos y han tomado iniciativas para detener la proliferación de apartamentos turísticos.
Algunos estudios académicos han apuntado a que, al restar oferta al alquiler residencial, las plataformas de arrendamientos a corto plazo encarecen las rentas. Ello ha motivado algunas normativas para restringir esta actividad —desde congelar la concesión de licencias hasta limitar el número de días por año que puede alquilarse un piso por periodos breves de tiempo— aunque lo cierto es que, hasta la llegada del coronavirus, la expansión parecía imparable.