Desde hace al menos un mes que todos los ojos estaban puestos en la primera semana de noviembre, ya que la elección presidencial de los Estados Unidos mostraba en la previa los ingredientes necesarios para transformarse en un evento atípico en la historia de ese país.
Los hechos ocurridos a partir del 2 de noviembre confirmaron esas sospechas. El duelo "voto a voto" entre el presidente en ejercicio, Donald Trump, y el candidato del partido demócrata, Joe Biden, se extendió a lo largo de toda la semana, con un suspenso y polémicas pocas veces vistos en la historia reciente.
Luego de un arranque cabeza a cabeza en el conteo de votos, la tendencia comenzó a favorecer a Biden, lo que llevó no solo a incrementar el nerviosismo dentro de las filas de los republicanos, sino también a recalcular las predicciones que se marcaron en la noche del martes, donde algunos incluso llegaban a proyectar una probable reelección del actual mandatario.
Con el correr de las horas (y los días), la tendencia pasó a favorecer cada vez más al candidato nacido en Scranton, Pennsylvania: Wisconsin y Michigan, dos estados en los que Trump llevaba ventaja, se dieron vuelta a favor del demócrata gracias a los votos enviados por correo.
Lo mismo ocurrió en Arizona, Nevada, Pennsylvania y Georgia, este último históricamente "rojo", pasó al lado azul, aunque resta el recuento de votos.
Finalmente, el sábado 7 de noviembre llegó la confirmación: Biden habitará la Casa Blanca los próximos 4 años. Su llegada, desde ya, marca un quiebre profundo respecto de la política de la actual administración y abre interrogantes de cara al futuro: ¿quiénes se beneficiarán y quiénes saldrán perjudicados con el cambio de mando? El mercado, siempre atento, ya mueve sus fichas.
La calma a pesar de la tormenta
Las encuestas (hoy más que nunca bajo cuestionamientos por sus cada vez más fallidos márgenes de error), no deben ser subestimadas en su impacto: en la semana previa a la elección, la mayoría de los analistas daba por descontado un triunfo holgado de Biden: la "ola azul" sería tan grande que incluso le aseguraría la mayoría en las cámaras de senadores y representantes.
Esto, finalmente, no ocurrió. Sin embargo, tuvo su impacto en la bolsa: se trató de la peor semana bursátil en la previa a las presidenciales desde que se tiene registro. La postura "intervencionista" de los demócratas generó miedos y precauciones desmedidas en la previa, todo ello apoyado por los números difundidos por los encuestadores.
La realidad, en cambio, mostró otro panorama: si bien los demócratas se están asegurando la presidencia de la nación, no tendrán mayoría en senadores. Ese equilibrio de fuerzas, inesperado, llevó al mercado a dar un giro de 180°.
"La semana de la elección fue la mejor desde 1932 en rendimiento bursátil del S&P500. La euforia llevó a un ‘rally’ de alivio frente a la tensión de la semana anterior. Esa fue horrible y, la que la sucedió, demasiado buena", explica a iProUP Gustavo Neffa,Socio y Director de Research for Traders.
"Se temía por una ‘ola azul’ que reflejaban las encuestas, con el control de congreso en manos demócratas y no fue así. Asimismo, el mercado pondera la actitud de la Reserva Federal, que ya aclaró que va a ‘bancar’ el programa fiscal y otros beneficios", agrega el especialista, y aclara que ese "control a Biden" es celebrado por el mercado.
Respecto de la semana récord de la bolsa, ajena a los vaivenes políticos del recuento de votos, Martín Sigwald, gerente de inversiones de Quiena, aclara que se venía de una previa "con bajas muy marcadas, basadas en un análisis de las encuestas que hablaban de que Biden arrasaría y obtendría mayoría absoluta".
Esto, según el ejecutivo,"le permitiría pasar un montón de leyes que el mercado considera perjudiciales para la economía, que son todas de carácter asistencialista: mayor gasto en beneficios sociales, subsidios a la salud, mayores impuestos a las corporaciones, castigos al sector petrolero y derivados".
Sigwald agrega que el mercado ya descuenta una mayoría republicana en las cámaras, lo que inducirá a que "muchos proyectos de ley sean bloqueados y se tengan que lograr consensos. Esto lleva a medidas menos extremas de lo que se pensaban".
Jose Bano, Gerente de Research & Business Intelligence de Invertir Online, señala que la euforia por la victoria de Biden no debería ser tan alta para los accionistas, ya que Trump, per sé, tiene una tendencia más "pro mercado, mucho más abierto a dejar a las empresas actuar por sí solas y a hacer lo que quieran".
Sin embargo, aclara que el solo hecho de que se "calmen las aguas" y pueda verse un panorama más despejado sirve, y mucho.
"El mercado responde muy rápido y ya reaccionó a la presidencia de Biden. Incluso bajó el VIX, el índice de volatilidad del S&P 500, cuando todavía no se sabía quien iba a ser el presidente y eso solo ya debería ser un factor para que suba", aclara el ejecutivo
Así, a pesar del panorama convulsionado que vive Estados Unidos, con recuentos y acusaciones cruzadas, los inversionistas barajan y dan de nuevo, teniendo en cuenta los nuevos sectores que se verán beneficiados por la nueva administración.
Dónde apostar
De cara a la presidencia de Joe Biden, algunos rubros ya se posicionan como las "vedettes" de los próximos 4 años, y prometen marcar un claro contraste con la era Trump en cuanto a preferencias.
Según Bano, "hay un sector claramente beneficiado, que Biden lo ha respaldado a lo largo de toda su campaña, que es el de las energías renovables. Ambos candidatos dijeron que van a generar 10 millones de puestos de trabajo, pero el demócrata aclaró que serán en esa industria, por lo que claramente conviene poner fichas".
El especialista señala que, para los inversores argentinos, las opciones locales son escuetas: "Ninguna empresa local tiene presencia fuerte en energías verdes y casi no hay CEDEARs orientados a esa rama, exceptuando tal vez a Tesla".
En cambio, si se apuesta directamente a Wall Street, el panorama es mucho más seductor. "No solo existen muchísimas más empresas dedicadas a esto, también tenés ETFs (Exchange Traded Fund) dedicados exclusivamente a energías renovables", revela Bano.
En ese sentido, recomienda seguir de cerca dos fondos: TAC, dedicado a empresas orientadas a la energía solar y FAN, que opera con eólicas.
En la misma línea, Neffa recomienda apostar también por los fabricantes de automóviles que vienen avanzando fuerte en movilidad eléctrica, segmento que ya había empezado a crecer con Trump y que "acelerará" con Biden en el poder.
Sigwald, por su parte, se refiere a la pelea comercial con China: "Se espera que no se continúe con esa confrontación y guerra de tarifas, que venía afectando y mucho a la industria tecnológica". Para el ejecutivo de Quiena, tanto la industria de Estados Unidos como la del gigante asiático se verán beneficiadas por este "cese del fuego".
Bano coincide con esta mirada y agrega: "Se presume un escenario menos agresivo, ya que la disputa comercial fue muy profunda, con prohibiciones para operar en Estados Unidos e, incluso, fuertes sugerencias de Trump al sector público para que no compre insumos chinos".
Con este "sol naciente" en el horizonte, ir por los CEDEARs de bigtech como Alibaba y Baidú se presenta como una muy buena opción según el especialista de Invertir Online, incluso después de la fallida salida a la bolsa de Ant, la fintech de Jack Ma que promete protagonizar la IPO más grande de la historia.
A la hora de mirar activos en el exterior, Sigwald recomienda en especial el ETF CQQQ, que tiene en su cartera empresas como las ya citadas Tencent y Baidú, junto a Alibaba y otros "colosos" de oriente.
El consumo tiene grandes chances de ser otro de los ganadores de la era Biden. Según Neffa, este segmento se beneficiará de la mano del "aumento de los salarios más bajos en detrimento de los estratos sociales más altos".
En ese punto coincide Bano, quien explica que "hay ramas de actividad que funcionarán mejor, como consumo masivo, con políticas de redistribución, ayuda social e impuestos a las grandes fortunas, entre otras medidas".
En este marco, no está demás tener en cuenta a CEDEARs como los de Wallmart y Costco (cadenas minoristas), Pepsico, Coca Cola y el resto de las grandes firmas.
Lo mismo puede ocurrir con infraestructura, un sector que tanto Neffa como Bano creen que saldrá beneficiado de la mano de nuevos estímulos fiscales.
Por último, hay dos industrias que deben analizarse con especial atención. Por un lado, la salud, ya que, según Sigwald, "seguramente se expandan los subsidios a empresas privadas, lo que puede ver beneficiados a los laboratorios". En ese sentido, se puede invertir en XLV, un ETF de healthcare para ganar exposición en ese sector sin ponerse a analizar empresa en empresa (y con poco dinero).
Neffa aclara que, al mismo tiempo, puede haber un efecto negativo sobre esta rama: "La mano de los demócratas es un poco más reguladora y podés tener un impacto negativo". Y agrega: "Más allá del atractivo que tiene hoy en día, en momentos de pandemia, comprar acciones en laboratorios, las recomendamos pero avisamos: ojo con la ola azul".
Por último, el sector tech mantiene buenas perspectivas. "Si hay una segunda ola de COVID-19 con Biden como presidente, la cuarentena puede ser más restrictiva que con Trump. Esto puede impactar positivamente en compañías que permiten trabajar de manera remota", sostiene Sigwald y agrega que todo lo que sea eCommerce se verá todavía más beneficiado que con la anterior administración.
Neffa, si bien sigue apostando por las bigtech, aclara que "los republicanos son menos intervencionistas que los demócratas" y advierte sobre las recientes citaciones a los CEOs de estas empresas al Congreso, impulsadas por el partido que ahora puede tomar el poder.
"Para los demócratas se trata de empresas muy grandes como para dejarlas libradas al azar, sobre todo con el manejo de la información. Si soy dueño de una de estas compañías, seguramente hubiera preferido estar bajo el paraguas de los republicanos", concluye el analista.