En tiempos de crisis, los argentinos no dudan en correr hacia el dólar. Aunque ese camino, desde hace casi un año, dejó de ser llano y se le suman cada vez más vallas: el tope mensual de u$s200, la imposibilidad de acceder al "Dólar PayPal" y ahora el límite de transferencias.
Sin embargo, el ingenio criollo se las rebusca para llegar a la meta y encontró en el mundo de las divisas virtuales un aliado clave para resguardar sus ahorros con miras a la postpandemia y a la negociación de la deuda, que amagan con un sinceramiento del billete estadounidense.
De hecho, la última edición del índice Vistage, que revela la confianza de los empresarios top level en el país, asegura que el tipo de cambio se ubicará en el orden de los $110 para fin de año.
Con esto en mente, los argentinos vienen apostando fuerte a las divisas digitales. Se estima que ya hay más de 900.000 "criptoahorristas" que tienen fondos, principalmente, en Bitcoin, cuya cotización llegó a su máximo en un año: u$s11.000.
En el último mes se acentuó la tendencia de compra: sólo en la plataforma LocalBitcoins se están tradeando unos 100 bitcoins por semana, es decir, más de u$s4,5 millones al mes. Pero al tomar en cuenta las casas de cambio virtuales -o exchanges- el volumen total de compraventa en el país se dispara a los u$s27 millones mensuales.
A esto hay que sumar la apuesta por DAI, moneda estable o stablecoin, ya que mantiene su valor constante y atado a otro activo de la economía real: en este caso, la moneda estadounidense, por lo cual es denominada "dólar digital".
Pero los argentinos no solo compran y venden: también están incursionando en el mundo de las finanzas descentralizadas (DeFi), aprovechando diferentes alternativas de inversión.
Apuesta segura
En los juegos de azar, sólo uno gana y el resto pierde dinero. Pero el universo digital creó una modalidad en la que uno gana pero el resto conserva lo que invirtió. Se trata de Pool Together, autodefinida como una lotería de "ahorro" o de no "pérdida".
"Comprás unos tickets, que están en DAI, y a partir de ahí participás de un sorteo por un premio. Si vos no ganás, recuperás tus fondos", asegura a iProUP el argentino Nahuel Burbach, Community Lead de Pool Together para Latinoamérica.
¿Cómo es posible? Según el directivo, el concepto es fácil de entender: "Se toma todo el dinero y se coloca en un protocolo que devuelve interés, bajo un contrato inteligente. Todas las semanas genera intereses, que se sortean los viernes entre todos los participantes".
Un DAI siempre costará un dólar, por lo que es una buena forma de ahorrar en cripto sin las fluctuaciones de
Bitcoin
De esta manera:
- Los que pierden el sorteo pueden retirar sus fondos o reingresarlos para el próximo sorteo
- Es posible dejarlos por el tiempo que se desee y salir en cualquier momento
- La apuesta mínima es un ticket que vale un DAI (un dólar)
- A mayor cantidad de tickets, mayores chances de quedarse con el pozo
Un contrato inteligente basado en la red de Ethereum es el encargado de sortear el premio y transferir los fondos al ganador. Para asegurar la transparencia, todo el desarrollo es de código abierto y auditado por dos empresas, entre ellas la argentina OpenZeppelin, una startup de la red Endeavor que está entre las candidatas a ser el sexto unicornio local.
Además, como se trata de un proyecto descentralizado, no hace falta registrarse con datos personales. "Hay que tener DAI, que pueden comprarse en la Argentina en SatoshiTango, Buenbit o Ripio. Luego bajarse la billetera Argent y transferir allí los DAI", explica Burbach.
De acuerdo con el ejecutivo, esa aplicación "ofrece una interfaz muy intuitiva, similar a la de Mercado Pago, y sólo hace falta elegir la opción inversiones y comenzar a jugar".
Actualmente, el pozo se encuentra en 600 DAI, pero crece a medida que más personas jueguen (hasta el momento son más de 10.000 en todo el mundo). Argentina está en el quinto puesto en cantidad de usuarios a nivel global y encabeza la lista entre los países de habla hispana.
Burbach asegura que "el mercado local está creciendo a un ritmo exponencial" y revela que hay otra forma de participar aumentando las chances de ganar el pozo.
"Podés comprar 100 tickets y participar por estos 800. Pero también te podés unir a otras personas con las mismas intenciones y si el grupo gana el premio, se reparte proporcionalmente entre los integrantes", explica.
Con respecto al interés generado por todos los fondos, el protocolo realiza lo que se conoce en las finanzas tradicionales como "apalancamiento financiero".
"Permite a las personas pedir prestado DAI dejando Ethereum como colateral o garantía, porque creen que subirá de valor y no lo quieren vender. Así, piden u$s100 (DAI) y dejan $125 en Ethereum. Al momento que quieran recuperar sus Ethereum devuelven los 100 DAI más un interés".
Comprar e invertir
Las monedas digitales, como Bitcoin, DAI o Ether se basan en la cadena de bloques o blockchain, un registro único e inviolable de todas las transacciones realizadas en la plataforma (ver imagen).
Esta base de datos no sólo está cifrada por un poderoso algoritmo, sino que además existe una copia en la computadora de cada uno de los usuarios que descarguen el monedero oficial. Para operar, cada uno cuenta con dos claves, consistentes en dos largas cadenas de caracteres conformadas por letras, números y símbolos al azar:
- Una pública: se utiliza como identificación, como si fuera el número de cuenta, para saber desde y hacia dónde van los fondos
- Otra privada: su finalidad es similar a la de una contraseña. Se usa para firmar las transacciones y validar la propiedad de la cuenta
"Estos dos datos deben guardarse en un lugar seguro, ya que no existe la posibilidad de recuperarlos como puede ocurrir con el nombre de usuario y la contraseña de otros servicios online", advierten los expertos del sector.
Si bien usar el monedero de Bitcoin es el modo más seguro de operar, también es el más complicado para arrancar. Por eso hay fintech que ofrecen el sistema de "custodia": crean claves propias para cada usuario y les permiten operar al estilo de Mercado Pago o un home banking.
Una de ellas es SatoshiTango. Su CEO, Matías Bari, explica a iProUP que esta aplicación permite al usuario:
- "Tener una caja de ahorro con clave virtual uniforme (CVU), en la cual depositar pesos"
- "Recargar por transferencia desde un banco o fintech (Mercado Pago) y redes de cobranzas (Rapipago y Pago Fácil)"
- "Comprar hasta $200.000 por operación, lo máximo autorizado por la Unidad de Información Financiera (UIF)"
- "Convertir esos fondos al instante entre monedas digitales (Bitcoin, DAI u otras) y pesos, para aprovechar las cotizaciones
- "Enviar los saldos en pesos a cuentas bancarias o de fintech"
La compañía asegura que durante la cuarentena aumentó 500% el volumen de transacciones en monedas digitales y que sigue creciendo la demanda de modo imparable. De hecho, la firma acaba de lanzar su propio sistema de apalancamiento financiero basado en Bitcoin.
"En realidad, no comprás y vendés porque no te podés llevar las monedas, sino que tenés una posicion. Estás 'parado' en una cripto. Por ejemplo, si creés que el precio del Bitcoin va a subir, ponés 10 dólares, te prestamos u$s40 y comprás u$s50 en divisas virtuales", explica Bari.
Así, continúa el directivo, "si el precio sube, luego liquidás tu posicion, devolvés los u$s40 y te llevás la ganancia, que es mucho más que si hubieras solo comprado los u$s10".
Bari remarca que este servicio está creciendo progresivamente entre los argentinos que prueban la alternativa apostando entre 50 y 100 dólares para así aprovechar las fluctuaciones de Bitcoin de una manera más "segura".
Otra opción para ganar con las divisas digitales es el arbitraje, que permite convertir los saldos de PayPal a pesos, pero a cotización blue. Una de las firmas que ofrece este servicio es PaxFul, plataforma en la que se puede:
- Comprar con esos fondos divisas virtuales a usuarios de otros países, en los que un Bitcoin cuesta 11.000 dólares (se pueden adquirir fracciones)
- Venden a usuarios de Argentina (reciben pesos en cuentas bancarias o fintech), mercado en el que la divisa se comercializa a $1,4 millones (u$s11.000, pero a precio blue)
También es posible usar la página Saldos.com.ar para comprar fondos de PayPal a otros usuarios que requieran pesos. Así, se pueden adquirir u$s100 dólares en PayPal pagando $11.000, es decir, 17% más barato que el blue.
Además, tanto Paxful como Saldo.com.ar conectan oferta con demanda, es decir, a usuarios que compran con los que venden, por lo que el sistema es completamente legal en el país.
Guillermo Navarro, del estudio Bildenlex Abogados, explica a iProUP que "la compra de activos digitales, como saldos en PayPal, no está vedada por la ley. Es una operatoria similar al Bitcoin".
Y completa: "Hacen intermediación, que está permitido. Sólo deben cumplir con las normas de 'conozca a su cliente' (KYC) y fiscales".
De esta forma, los argentinos se las ingenian para que sus ahorros mantengan el máximo valor posible y tengan un "seguro" anticrisis. La fluctuación de Bitcoin ya no los asusta tanto: están entrenados con los subibaja de la economía local.
En tiempos de crisis, los argentinos no dudan en correr hacia el dólar. Aunque ese camino, desde hace casi un año, dejó de ser llano y se le suman cada vez más vallas: el tope mensual de u$s200, la imposibilidad de acceder al "Dólar PayPal" y ahora el límite de transferencias.
Sin embargo, el ingenio criollo se las rebusca para llegar a la meta y encontró en el mundo de las divisas virtuales un aliado clave para resguardar sus ahorros con miras a la postpandemia y a la negociación de la deuda, que amagan con un sinceramiento del billete estadounidense.
De hecho, la última edición del índice Vistage, que revela la confianza de los empresarios top level en el país, asegura que el tipo de cambio se ubicará en el orden de los $110 para fin de año.
Con esto en mente, los argentinos vienen apostando fuerte a las divisas digitales. Se estima que ya hay más de 900.000 "criptoahorristas" que tienen fondos, principalmente, en Bitcoin, cuya cotización llegó a su máximo en un año: u$s11.000.
En el último mes se acentuó la tendencia de compra: sólo en la plataforma LocalBitcoins se están tradeando unos 100 bitcoins por semana, es decir, más de u$s4,5 millones al mes. Pero al tomar en cuenta las casas de cambio virtuales -o exchanges- el volumen total de compraventa en el país se dispara a los u$s27 millones mensuales.
A esto hay que sumar la apuesta por DAI, moneda estable o stablecoin, ya que mantiene su valor constante y atado a otro activo de la economía real: en este caso, la moneda estadounidense, por lo cual es denominada "dólar digital".
Pero los argentinos no solo compran y venden: también están incursionando en el mundo de las finanzas descentralizadas (DeFi), aprovechando diferentes alternativas de inversión.
Apuesta segura
En los juegos de azar, sólo uno gana y el resto pierde dinero. Pero el universo digital creó una modalidad en la que uno gana pero el resto conserva lo que invirtió. Se trata de Pool Together, autodefinida como una lotería de "ahorro" o de no "pérdida".
"Comprás unos tickets, que están en DAI, y a partir de ahí participás de un sorteo por un premio. Si vos no ganás, recuperás tus fondos", asegura a iProUP el argentino Nahuel Burbach, Community Lead de Pool Together para Latinoamérica.
¿Cómo es posible? Según el directivo, el concepto es fácil de entender: "Se toma todo el dinero y se coloca en un protocolo que devuelve interés, bajo un contrato inteligente. Todas las semanas genera intereses, que se sortean los viernes entre todos los participantes".
Un DAI siempre costará un dólar, por lo que es una buena forma de ahorrar en cripto sin las fluctuaciones de
Bitcoin
De esta manera:
- Los que pierden el sorteo pueden retirar sus fondos o reingresarlos para el próximo sorteo
- Es posible dejarlos por el tiempo que se desee y salir en cualquier momento
- La apuesta mínima es un ticket que vale un DAI (un dólar)
- A mayor cantidad de tickets, mayores chances de quedarse con el pozo
Un contrato inteligente basado en la red de Ethereum es el encargado de sortear el premio y transferir los fondos al ganador. Para asegurar la transparencia, todo el desarrollo es de código abierto y auditado por dos empresas, entre ellas la argentina OpenZeppelin, una startup de la red Endeavor que está entre las candidatas a ser el sexto unicornio local.
Además, como se trata de un proyecto descentralizado, no hace falta registrarse con datos personales. "Hay que tener DAI, que pueden comprarse en la Argentina en SatoshiTango, Buenbit o Ripio. Luego bajarse la billetera Argent y transferir allí los DAI", explica Burbach.
De acuerdo con el ejecutivo, esa aplicación "ofrece una interfaz muy intuitiva, similar a la de Mercado Pago, y sólo hace falta elegir la opción inversiones y comenzar a jugar".
Actualmente, el pozo se encuentra en 792 DAI, pero crece a medida que más personas jueguen (hasta el momento son más de 10.000 en todo el mundo). Argentina está en el quinto puesto en cantidad de usuarios a nivel global y encabeza la lista entre los países de habla hispana.
Burbach asegura que "el mercado local está creciendo a un ritmo exponencial" y revela que hay otra forma de participar aumentando las chances de ganar el pozo.
"Podés comprar 100 tickets y participar por estos 800. Pero también te podés unir a otras personas con las mismas intenciones y si el grupo gana el premio, se reparte proporcionalmente entre los integrantes", explica.
Con respecto al interés generado por todos los fondos, el protocolo realiza lo que se conoce en las finanzas tradicionales como "apalancamiento financiero".
"Permite a las personas pedir prestado DAI dejando Ethereum como colateral o garantía, porque creen que subirá de valor y no lo quieren vender. Así, piden u$s100 (DAI) y dejan $125 en Ethereum. Al momento que quieran recuperar sus Ethereum devuelven los 100 DAI más un interés".
Comprar e invertir
Las monedas digitales, como Bitcoin, DAI o Ether se basan en la cadena de bloques o blockchain, un registro único e inviolable de todas las transacciones realizadas en la plataforma (ver imagen).
Esta base de datos no sólo está cifrada por un poderoso algoritmo, sino que además existe una copia en la computadora de cada uno de los usuarios que descarguen el monedero oficial. Para operar, cada uno cuenta con dos claves, consistentes en dos largas cadenas de caracteres conformadas por letras, números y símbolos al azar:
- Una pública: se utiliza como identificación, como si fuera el número de cuenta, para saber desde y hacia dónde van los fondos
- Otra privada: su finalidad es similar a la de una contraseña. Se usa para firmar las transacciones y validar la propiedad de la cuenta
"Estos dos datos deben guardarse en un lugar seguro, ya que no existe la posibilidad de recuperarlos como puede ocurrir con el nombre de usuario y la contraseña de otros servicios online", advierten los expertos del sector.
Si bien usar el monedero de Bitcoin es el modo más seguro de operar, también es el más complicado para arrancar. Por eso hay fintech que ofrecen el sistema de "custodia": crean claves propias para cada usuario y les permiten operar al estilo de Mercado Pago o un home banking.
Una de ellas es SatoshiTango. Su CEO, Matías Bari, explica a iProUP que esta aplicación permite al usuario:
- "Tener una caja de ahorro con clave virtual uniforme (CVU), en la cual depositar pesos"
- "Recargar por transferencia desde un banco o fintech (Mercado Pago) y redes de cobranzas (Rapipago y Pago Fácil)"
- "Comprar hasta $200.000 por operación, lo máximo autorizado por la Unidad de Información Financiera (UIF)"
- "Convertir esos fondos al instante entre monedas digitales (Bitcoin, DAI u otras) y pesos, para aprovechar las cotizaciones
- "Enviar los saldos en pesos a cuentas bancarias o de fintech"
La compañía asegura que durante la cuarentena aumentó 500% el volumen de transacciones en monedas digitales y que sigue creciendo la demanda de modo imparable. De hecho, la firma acaba de lanzar su propio sistema de apalancamiento financiero basado en Bitcoin.
"En realidad, no comprás y vendés porque no te podés llevar las monedas, sino que tenés una posicion. Estás 'parado' en una cripto. Por ejemplo, si creés que el precio del Bitcoin va a subir, ponés 10 dólares, te prestamos u$s40 y comprás u$s50 en divisas virtuales", explica Bari.
Así, continúa el directivo, "si el precio sube, luego liquidás tu posicion, devolvés los u$s40 y te llevás la ganancia, que es mucho más que si hubieras solo comprado los u$s10".
Bari remarca que este servicio está creciendo progresivamente entre los argentinos que prueban la alternativa apostando entre 50 y 100 dólares para así aprovechar las fluctuaciones de Bitcoin de una manera más "segura".
Otra opción para ganar con las divisas digitales es el arbitraje, que permite convertir los saldos de PayPal a pesos, pero a cotización blue. Una de las firmas que ofrece este servicio es PaxFul, plataforma en la que se puede:
- Comprar con esos fondos divisas virtuales a usuarios de otros países, en los que un Bitcoin cuesta 11.000 dólares (se pueden adquirir fracciones)
- Venden a usuarios de Argentina (reciben pesos en cuentas bancarias o fintech), mercado en el que la divisa se comercializa a $1,4 millones (u$s11.000, pero a precio blue)
También es posible usar la página Saldos.com.ar para comprar fondos de PayPal a otros usuarios que requieran pesos. Así, se pueden adquirir u$s100 dólares en PayPal pagando $11.000, es decir, 17% más barato que el blue.
Además, tanto Paxful como Saldo.com.ar conectan oferta con demanda, es decir, a usuarios que compran con los que venden, por lo que el sistema es completamente legal en el país.
Guillermo Navarro, del estudio Bildenlex Abogados, explica a iProUP que "la compra de activos digitales, como saldos en PayPal, no está vedada por la ley. Es una operatoria similar al Bitcoin".
Y completa: "Hacen intermediación, que está permitido. Sólo deben cumplir con las normas de 'conozca a su cliente' (KYC) y fiscales".
De esta forma, los argentinos se las ingenian para que sus ahorros mantengan el máximo valor posible y tengan un "seguro" anticrisis. La fluctuación de Bitcoin ya no los asusta tanto: están entrenados con los subibaja de la economía local.