El ahorrista está en un verdadero problema. La mayor profundización del cepo cambiario, que genera obstáculos y elimina la posibilidad de que mucha gente pueda comprar dólares en el mercado oficial, más un incremento de la inflación mensual, deja expuesto y pone en la lupa a los plazos fijos en pesos como alternativa.
Ante la posible suba de tasas de interés en las colocaciones para tratar de fomentar el ahorro en moneda nacional y evitar que este instrumento otorgue rendimientos negativos, la gran pregunta que se hace la City es si esto alcanzará para que los argentinos apuesten por el plazo fijo y se "olviden" del billete estadounidense.
Este interrogante se sostiene aún si el Gobierno decidiera incrementar el rendimiento de estas colocaciones bancarias, con la intención de darle más atractivo a este instrumento, que está amenazado por la tendencia alcista de los precios de la economía. Y además desalentar la compra de los 200 dólares, que todavía varios miles de ahorristas pueden realizar.
Cabe recordar que días atrás, a inicios de octubre, entre las nuevas medidas que el Banco Central comunicó como nueva estrategia de política monetaria, se estableció que se modifica la tasa de pases pasivos a un día de plazo, para ubicarla en 24% anual, "lo que implica un incremento de cinco puntos porcentuales respecto del nivel vigente de 19%", indicó la autoridad monetaria.
Según el argumento oficial, la decisión "busca incrementar el atractivo de los instrumentos financieros en moneda local de corto plazo, en vistas de desalentar comportamientos que podrían afectar el mercado de cambios en un contexto de tensiones estacionales que se registran en la actualidad".
La tasa de pases pasivos a un día lo utilizan los bancos para enviarle sus pesos sobrantes al BCRA y obtener una rentabilidad por ello. Es decir, funciona igual a una Leliq, pero a menos tiempo y otorgando menor rentabilidad.
Si bien los banqueros consultados por iProfesional indican que esta suba de 5 puntos porcentuales en el segmento mayorista no debería repercutir en los plazos fijos, se puede tomar como referencia e inferir que el Gobierno estaría pensando en una suba similar en los instrumentos minoristas en pesos para fomentar el objetivo de que la gente apueste por la moneda nacional.
Por ende, si en teoría este incremento establecido de cinco puntos porcentuales para los bancos se llegase a trasladar a todos los productos financieros, las tasas de interés de los plazos fijos pasarían de 33,06% anual a 38% anual.
Más allá que todavía no hay definiciones oficiales respecto a este incremento en la rentabilidad para los minoristas por las colocaciones, los economistas y banqueros consultados por iProfesional afirman que no sería suficiente esta suba como para desalentar al ahorrista a recurrir al dólar.
El Gobierno necesita que la gente se vuelque ahorrar en pesos a través de plazos fijos y que disminuya la compra de dólares.
Plazo fijo, Inflación y dólar
Los expertos destacan dos factores a seguir de cerca que influyen directamente en las expectativas de los ahorristas para volcarse, o no, por un plazo fijo en pesos: devaluación e inflación.
Para tener una idea, a nivel mensual, hoy un plazo fijo está rindiendo 2,75%, un nivel similar a la inflación que hubo en agosto, pero menor al 2,9% que arrojaría la de septiembre, según adelantaron consultoras privadas.
De llegar a confirmar esta cifra el INDEC oficialmente dentro de unos días, el rendimiento de los plazos fijos ya sería negativo. Y, peor aún, todo indica que en octubre el alza de precios sería mayor.
Por eso, con el dólar oficial cada vez más restringido y con el paralelo en niveles bastantes elevados, "creo que hay que pensar más que nada en poder dar un nivel de tasa real positiva en pesos", sostiene a iProfesional Francisco Mattig, analista de Estrategia de Consultatio Investment.
Y agrega: "Ahí la clave pasa por entender cómo medir esa tasa real, y creo que lo más sensato es ver la inflación mensual de octubre proyectada por la mediana del REM del Banco Central, que está en 3,7%, y sería consistente con una tasa de interés de 44% anual".
Es decir, para los economistas, si el intento oficial es atraer al argentino hacia el peso se debe analizar las expectativas a futuro de las variables económicas, no las mediciones de los meses anteriores.
"El Gobierno podría justificar una tasa más cerca de 33% anual si dice que el último número de inflación fue 2,7%, pero a mi entender es un approach equivocado, ya que hay que mirar la inflación que se viene y no la que pasó", completa Mattig.
En esta línea, Natalia Motyl, economista de la Fundación Libertad y Progreso, afirma, por un lado, que para que resulten atractivos hoy los plazos fijos en pesos, "la tasa de interés debe estar por arriba de la inflación esperada para éste año".
"Hoy el mercado está descontando que la inflación se va a ubicar cerca del 40% para fin de año; mientras que las tasas de interés se encuentran muy por debajo de esa tasa", grafica la experta.
Se debe recordar que la inflación se mantuvo bastante baja en los primeros meses del año, por ende, en ese entonces los plazos fijos resultaban atractivos. De hecho, hasta junio presentaban una expansión por arriba de los $230.000 millones, con un pico en mayo de $245.531 millones.
"No obstante, una vez que comienza a acelerarse la inflación y, en la medida, en que los datos se acercaban a las proyecciones, los plazos fijos dejaron de ser una opción. Por lo que vemos, que la expansión se comenzó a desacelerar hasta los $156.227 millones de agosto", alerta Motyl.
En la mira del ahorrista está el dólar, por eso las colocaciones en pesos deben mejorar su rentabilidad.
Tasa "ideal" de plazo fijo
Ahora bien, a la hora de consultarles a los economistas y banqueros cuál sería la tasa de interés "ideal" para que un plazo fijo haga olvidar al argentino del apetito por el dólar, la coincidencia no es muy alentadora.
"Me parece que a esta altura no es una cuestión de tasa, el que pueda comprar los 200 dólares lo va a hacer. Y los pesos que le sobren los seguirá haciendo plazo fijo, para intentar cubrirse de la inflación", afirma a iProfesional Javier Dicristo, economista del Banco Meridian.
A su entender, la compra de dólares y los plazos fijos son las dos alternativas que elige la mayoría de los pequeños ahorristas, ya que "no acceden a mercados que, por ahora, son para pocos, como los del contado con liquidación o dólar Bolsa".
Más allá de la inflación, la vista está puesta en la devaluación de la moneda, ya que es otro de los parámetros analizados por los ahorristas para comparar el rendimiento de sus colocaciones en pesos.
Pese a que el Gobierno se niega a realizar una depreciación elevada por el mayor impacto negativo que tendría ello en la economía, hoy la brecha cambiaria es muy alta.
Por un lado, el billete oficial mayorista cotiza en $77, mientras que el blue se vende en las cuevas a $150. Por ende, esta diferencia llega al 95%, y las inconsistencias y desfasajes se acrecientan.
En este sentido, Guido Lorenzo, economista jefe de la consultora LCG, fundada por Martín Lousteau, considera que, actualmente, "no hay tasa que compense la expectativa de depreciación, más aún porque sería una tasa tan elevada que volvería contraproducente ir por esa vía".
Y ejemplifica sus conceptos: "Si ofrezco 100% de interés por un plazo fijo, el ahorrista desconfiaría. Por eso, no estoy de acuerdo en que se soluciona el problema cambiario vía suba de tasas. Y se vio esto con la experiencia que hubo cuando estuvo Guido Sandleris", como Presidente del Banco Central desde septiembre de 2018 hasta el final de la gestión de Mauricio Macri.
En resumen, el techo de la tasa de interés para seducir a los ahorristas en las colocaciones en pesos "es muy alto, y ese techo termina generando desconfianza".
Un ejecutivo de un importante banco coincide con esta postura y afirma a iProfesional: "Es imprudente dar una tasa de interés ideal para atraer a la gente al peso, porque pesa puramente la expectativa, es decir, la confianza y credibilidad que haya en la economía y la política".
Para agregar que: "No es matemática, ni un número puntual. Podría decirse que es inflación del mes siguiente contra lo que rinde un plazo fijo, pero nadie hace eso, sino que mira expectativa hacia adelante del país".
Con ello quiere decir que si el argentino ve que puede haber un salto en los precios de la economía o del tipo de cambio, "no existe una tasa de interés que lo convenza para quedarse en pesos. Incluso, cuando la tasa es muy alta puede jugar en contra, porque es vista como un manotazo de ahogado para que la gente realice depósitos".
Los interrogantes en torno al precio futuro del dólar y el nivel de inflación influirán en las decisiones de ahorro en pesos.
Señales en la economía
En sintonía a esto, los economistas subrayan que el impacto de las señales y medidas económicas y políticas juegan un rol central en esta desconfianza que existe en el país, y que se traslada a que el ahorrista busque huir del peso para refugiarse en el dólar.
"Hay que tener en cuenta que hoy el sistema financiero argentino no se encuentra ´robusto´. Los mercados están descontando que los instrumentos en moneda local no son una opción. Por lo que, a pesar de incrementar las tasas, estas podrían no resultar tampoco muy atractivas para los ahorristas, que ante un contexto de incertidumbre como el actual seleccionan opciones de largo plazo con menor riesgo", resume Motyl.
Para concluir que, obviamente, todo dependerá mucho de la evolución de las variables macroeconómicas y, sobre todo, "si el Gobierno logra presentar un programa monetario y fiscal consistente que otorgue credibilidad al sistema financiero argentino".
De otra forma, finaliza Motyl, "no veo una recuperación de las opciones en pesos".-