El Banco Central firmó en las últimas horas un contrato de u$s 20,6 millones con la Casa de la Moneda de Brasil para producir e importar 400 millones de billetes de 1.000 pesos, que llegarán a los bolsillos de los argentinos en los próximos meses.
Con las máquinas de la Casa de la Moneda local que no pararon de emitir debido a la pandemia de coronavirus, el objetivo de este contrato es satisfacer la alta demanda de efectivo esperada para fin de año.
"Ingresos de u$s 20,6 millones renuevan la expectativa de la empresa estatal de terminar el año en equilibrio financiero. Después de dos años sin cerrar acuerdos internacionales, la Casa de la Moneda de Brasil (CMB) firmó un contrato millonario con el gobierno argentino para la fabricación de 400 millones de billetes. La producción comenzará el próximo mes y debería durar hasta marzo de 2021", publicó el jueves pasado el diario brasileño Valor Económico con sede en San Pablo.
Pero además, a fines de julio se conoció que Argentina iba a realizar una licitación pública internacional para importar billetes de $ 500 ante la imposibilidad de la Casa de la Moneda local de dar abasto con la emisión monetaria demandada. Finalmente, aquella licitación quedó desierta.
El plan
Inicialmente, "inundar" la calle de billetes de $ 100 fue la única forma que halló el BCRA durante la pandemia para atender una muy exacerbada demanda de efectivo por parte de la gente, que acudió en masa a los cajeros a retirar ayudas estatales como el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y a sacar plata a montones para comprar en locales de cercanía.
Por otro lado, los casos de coronavirus en la Casa de la Moneda afectaron la reducción de personal para la impresión de billetes.
Los casos de coronavirus en la Casa de la Moneda afectaron la reducción de personal para la impresión de billete.
Por otra parte, Alberto Fernández dio por descartado meses atrás un proyecto del BCRA para emitir billetes de $ 5.000 o mayores, algo que los bancos venían reclamando. La circulación monetaria, billetes y monedas en existencia creció 45% este año.
Tensión con los bancos
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La falta de uno o dos billetes de mayor denominación a los 1.000 pesos actuales genera una tensión adicional entre el Central y los bancos por el manejo del efectivo, tanto por el costo del almacenaje y el transporte (por ejemplo, para llenar los cajeros) como por el abastecimiento de las piezas de dinero físico.
"Cuando pedimos billetes, el Central nos libera piezas de 100 y se reserva para sí los de 1.000, que son los más buscados por empresas y particulares", revelan a iProUP los ejecutivos de importantes entidades en estricto off-the-record.
Si bien desde el BCRA rechazan la acusación, reconocen que para abastecer fluidamente la demanda del 8 de julio, por el fin de semana largo, tuvieron que recurrir a 185.000 millones de billetes de 100 con los que los bancos debieron rellenar los cajeros durante esos días de alta demanda.
En realidad, en aquella oportunidad el Central recurrió a una partida de 800 millones de unidades de 100 pesos con la imagen de Eva Perón que habían quedado guardados y no llegaron a ponerse en circulación cuando el gobierno de Mauricio Macri decidió avanzar con la impresión de la familia de animales.
Eso explica que muchas personas que hayan retirado dinero de los cajeros en las últimas semanas notaran que las máquinas entregaban esos billetes con un llamativo aroma a nuevo. Pero en realidad, fueron impresos hace 7 u 8 años y recién ahora se pusieron en circulación.
La idea de imprimir papeles de 5.000 pesos comenzó con la llegada de la pandemia y la instauración de la cuarentena. En ese momento, el organismo dirigido por Miguel Pesce había avanzado en el diseño y las tareas preliminares para concretarlo.
Se planeaba que el papel tuviera en el frente las imágenes de Ramón Carrillo, primer ministro de Salud de Juan Perón, y de Cecilia Grierson, la primera médica argentina, mientras que en su reverso se iba a estampar la figura del Instituto Malbrán.
Pero el proyecto quedó bloqueado por instrucción expresa del presidente Alberto Fernández, quien juzgó que alentaría mayores expectativas de inflación y devaluación del peso en un momento complicado. La ya mencionada "inercia inflacionaria".
Tal vez por eso, el proyecto fue desestimado y desde el propio Banco Central no dieron más explicaciones. Sin embargo, sí precisaron que tienen planificada y en marcha la impresión de billetes de 1.000 pesos para enfrentar el pico de la demanda de diciembre.
La pregunta que queda pendiente es: ¿vendrá pronto un billete de 2.000 pesos para garantizar un mejor abastecimiento de cajeros y simplificarle la vida a la gente? Será cuestión de esperar.