Ana Domínguez fue al cajero automático a extraer dinero para afrontar gastos hogareños y hacer las compras del supermercado para su mamá, que hace cuatro meses que no sale de su casa debido a la cuarentena.
Retiró billetes de 100 pesos y algunos de 500, y pensó: "¿Por qué es tan difícil que te dé billetes de 1.000 pesos? No son ni siquiera 8 dólares al convertirlos al blue".
Estaba en lo cierto. Es que el papel de mayor denominación en Argentina ($1.000), si se lo divide por los casi $130 que cotiza el contado con liquidación, significa menos de 8 dólares.
En tanto, si la conversión se hace a la cotización "solidaria", serían apenas unos u$s10.
Por lo pronto, viene a ser una cifra escuálida si se la compara con el poder de compra de moneda dura de los billetes de mayor denominación de otros países.
En la región
El "hornero" argentino permite comprar menos dólares en relación a los billetes de mayor poder de compra en varios países de Sudamérica, a saber:
- Perú: el de 200 soles equivale a u$s57
- Uruguay: el de 2.000 uruguayos es igual a u$s45
- Colombia: el de 100.000 pesos colombianos representa u$s27
- Chile: con 20.000 pesos chilenos se adquieren u$s25
- Brasil: 100 reales hoy sólo equivalen a u$s18, por la fuerte devaluación de los últimos meses
- Paraguay: un billete de 100.000 guaraníes se cambia por u$s14
Todos los casos superan la relación que existe en Argentina entre el billete de mayor denominación y su equivalencia en dólares, ya sea a cotización blue como también "solidaria". Más aun, tomando en cuenta la oficial se conseguirían 13,5 dólares, aun por debajo del papel de 100.000 guaraníes.
Ocurre que la acentuada depreciación que sufrió el peso tanto en este año como en 2019 provocó que la relación entre el billete de 1.000 y su equivalente en dólares fuera cada vez más baja.
Tanto es así que "ya perdió el 85% de su valor desde su debut", señalan desde la consultora Libertad y Progreso.
En lo que va de año, el BCRA ha emitido ya más de 1,35 billones de pesos para cubrir el déficit fiscal y financiar subsidios como el IFE (Ingreso Familiar de Emergencia).
Pero hay más: sólo en junio, las dos plantas impresoras de la entidad pusieron en circulación:
- 50 millones de billetes de $1.000
- 2 millones de billetes de $500
- 12 millones de billetes de $200
- 540 millones de billetes de $100
En este contexto, a principios de julio se lanzó una licitación internacional para la impresión de unidades de $500: 250 millones de billetes que, una vez terminados, se volcarán a la circulación. Y está muy cerca de cerrarse la importación de papeles de $1.000 desde Brasil.
Mayor denominación, ¿mayor inflación?
Si bien la discusión en su momento se concentró en quiénes serían las personalidades que podrían estar en el nuevo billete, la realidad es que la negativa del Gobierno a emitir uno de 5.000 obedece al temor a que esto pueda disparar lo que se conoce como "inercia inflacionaria".
Lamentablemente tampoco hay billetes de $1.000. "La Casa de la Moneda está emitiendo todo lo que puede pero no alcanza. Todo el mundo ha duplicado o triplicado la cantidad de dinero en efectivo", señala el presidente del Banco Macro, Jorge Brito.
Y añade: "Es importante prevenir conflictos. Sacar un billete de $5.000 sería ideal para evitarlos cuando haya que pagar los aguinaldos de diciembre. Si no, será un problema serio".
Según las fuentes consultadas, no es que el Gobierno pretenda "esconder" el avance de los precios, ya que hoy no existe una situación ni parecida a la de 2010, cuando el INDEC no medía la inflación real. Por el contrario, con el organismo normalizado y a cargo de Marco Lavagna, nadie duda de que el índice que se da a conocer mes a mes es el que realmente es.
Sin embargo, hay economistas que piensan que en un país como Argentina –que ya lleva 15 años de alta inflación y en el que no sólo la política monetaria impacta, sino también la salarial, el precio de las tarifas y otras variables macroeconómicas–, en estos momentos no sería prudente apostar por un billete de 5.000 porque aumentaría la llamada "inercia inflacionaria".
¿Qué significa? Que ese nuevo papel provocaría que las expectativas sean aún mayores a las actuales: las consultoras que participan del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del propio Banco Central ya ubican al índice de precios en torno al 52% para este año.
"Sacar un papel de mayor denominación no significa reconocer que hay una inflación mayor a la real", advierte a iProUP el economista Carlos Pérez, quien fuera director y gerente general del Banco Central cuando el presidencia del organismo era Martín Redrado.
Según el experto, "hay margen para duplicar la denominación del billete de mayor valor, pero tal vez no para quintuplicarla por el efecto de la inercia inflacionaria".
Sin embargo, el papel de 5.000 pesos sería una herramienta altamente eficiente por los siguientes motivos:
- El BCRA tendría que gastar la misma cantidad de papel moneda y de tinta que insume para imprimir billetes de 1.000
- Para la Casa de la Moneda, el gasto de elaborar las nuevas planchas ya estaría descontado, porque hace tiempo que mandaron a hacer las pruebas
- Se simplificaría la logística al distribuir más dinero en un volumen mucho menor, lo que facilitaría a los bancos las recargas de los cajeros y un ahorro en el espacio de guardado de los billetes
No es casual que fuera precisamente un banquero como Jorge Brito le reclamara al Gobierno la impresión de un billete de mayor denominación. Además, vive este problema en carne propia, ya que recibe numerosas quejas de los clientes que deben ir "varias veces a los cajeros automáticos" para obtener la cantidad que buscan "porque solo se entregaban billetes de cien".
Tensión con los bancos
La falta de uno o dos billetes de mayor denominación a los 1.000 pesos actuales genera una tensión adicional entre el Central y los bancos por el manejo del efectivo, tanto por el costo del almacenaje y el transporte (por ejemplo, para llenar los cajeros) como por el abastecimiento de las piezas de dinero físico.
"Cuando pedimos billetes, el Central nos libera piezas de 100 y se reserva para sí los de 1.000, que son los más buscados por empresas y particulares", revelan a iProUP los ejecutivos de importantes entidades en estricto off-the-record.
Si bien desde el BCRA rechazan la acusación, reconocen que para abastecer fluidamente la demanda del 8 de julio, por el fin de semana largo, tuvieron que recurrir a 185.000 millones de billetes de 100 con los que los bancos debieron rellenar los cajeros durante esos días de alta demanda.
En realidad, en aquella oportunidad el Central recurrió a una partida de 800 millones de unidades de 100 pesos con la imagen de Eva Perón que habían quedado guardados y no llegaron a ponerse en circulación cuando el gobierno de Mauricio Macri decidió avanzar con la impresión de la familia de animales.
Eso explica que muchas personas –como Ana Domínguez– que hayan retirado dinero de los cajeros en las últimas semanas notaran que las máquinas entregaban esos billetes con un llamativo aroma a nuevo. Pero en realidad, fueron impresos hace 7 u 8 años y recién ahora se pusieron en circulación.
La idea de imprimir papeles de 5.000 pesos comenzó con la llegada de la pandemia y la instauración de la cuarentena. En ese momento, el organismo dirigido por Miguel Pesce había avanzado en el diseño y las tareas preliminares para concretarlo.
Se planeaba que el papel tuviera en el frente las imágenes de Ramón Carrillo, primer ministro de Salud de Juan Perón, y de Cecilia Grierson, la primera médica argentina, mientras que en su reverso se iba a estampar la figura del Instituto Malbrán.
Pero el proyecto quedó bloqueado por instrucción expresa del presidente Alberto Fernández, quien juzgó que alentaría mayores expectativas de inflación y devaluación del peso en un momento complicado. La ya mencionada "inercia inflacionaria".
Tal vez por eso, el proyecto fue desestimado y desde el propio Banco Central no dieron más explicaciones. Sin embargo, sí precisaron que tienen planificada y en marcha la impresión de billetes de 1.000 pesos para enfrentar el pico de la demanda de diciembre.
La pregunta que queda pendiente es: ¿vendrá pronto un billete de 2.000 pesos para garantizar un mejor abastecimiento de cajeros y simplificarle la vida a la gente? Será cuestión de esperar.