El mundo de las monedas digitales se desarrolló en forma paralela al sistema financiero tradicional. Durante mucho tiempo, los bancos centrales del mundo ignoraron a este tipo de activos y alertaron en contra de ellos.
Pero lo cierto es que el interés no cesa. Por el contrario, se agudiza en tiempos de cepo cambiario. A la luz de ello, las posturas de los reguladores también cambian.
Hace unos días, en la web gubernamental Argentina.gob.ar se hizo una publicación sobre divisas virtuales. Allí, especificaba que son "un tipo de activos que puede usarse para ahorrar, comprar y vender por Internet".
"Las monedas digitales puede utilizarse como cualquier otro medio de pago, pero su uso no está regulado por los Gobiernos ni por las instituciones financieras", complementaba la publicación.
El material, publicado en el apartado del Ministerio de Justicia, estuvo poco tiempo online antes de ser dado de baja. Tanto fuentes de la cartera de Marcela Losardo como del Banco Central (BCRA) aseguraron a iProUP que la publicación fue un error.
La información, no obstante, plantea el interrogante sobre si el Gobierno puede impulsar estos activos como forma legal de dolarizarse (a precios más cercanos al blue que el oficial).
¿Una vía de escape?
Para economistas consultados por este medio, una mayor demanda de dólar bitcoin podría, en algún punto, generar una descompresión en el mercado del blue, que se mantiene en torno a los $130. En cambio, no ocurriría lo mismo en el circuito oficial.
"Las monedas digitales valen cerca del dólar MEP o blue. Posibilitan la operatoria de modo 100% online por fuera de las restricciones cambiarias. Y si bien no ayudan a descomprimir la demanda del oficial, podrían captar parte de la demanda del paralelo", opina el economista Ariel Setton.
La razón fundamental de quienes compran los u$s200 mensuales a precio "solidario" (alrededor de $100) es, precisamente, que ese valor les resulta barato frente a las otras cotizaciones.
Las compras de dólar ahorro crecen mes a mes y preocupan al Gobierno por su impacto en las reservas del
Banco Central
Estimaciones privadas dan cuenta de que en agosto serán 5 millones los clientes bancarios que aprovechen su cupo mensual de compra de divisas para atesoramiento, tema que en el Gobierno siguen con preocupación ante el bajo nivel de reservas.
Por el contrario, el dólar Bitcoin se mueve en cifras más cercanas a las cotizaciones paralelas. Si bien el precio no es el más bajo, lo cierto es que presenta beneficios que tientan a los inversores:
- Es legal
- Permite la adquisición de dólares en forma ilimitada
- No requiere movimiento alguno de billetes físicos
Además, para el Gobierno, no tiene impacto en las reservas, aspecto que resulta fundamental, ya que permite una vía de dolarización que no afecta las arcas del BCRA.
"El dólar bitcoin no impacta en las reservas, porque son tenedores que ya tienen sus dólares e intercambian con otros que los quieren tener. Son billetes que están en la economía y pasan de una mano a otra", explica Ignacio E. Carballo, director del Ecosistema de Programas Fintech en UCA.
Así, promoverlo en forma oficial sería convalidar la compra de dólares a un precio que está por encima del regulado por la autoridad monetaria. No obstante, el economista no cree que se termine impulsando esta vía de dolarización.
"El Gobierno está más bien tratando que la gente crea en el peso como reserva de valor. En ese sentido, que los argentinos ahorren en otra moneda o utilicen otros activos para resguardar su dinero va en contra de eso. Más allá de que en el cortísimo plazo le minimice la merma de reservas", considera.
Evolución de la postura oficial
La opinión de las autoridades sobre los activos digitales se fue modificando con el paso del tiempo. En 2014, cuando regía el cepo de la última etapa del gobierno de Cristina Kirchner, el BCRA, bajo la conducción de Juan Carlos Fábrega, emitió un comunicado donde advertía que las monedas virtuales no eran emitidas por esa entidad ni por sus pares globales.
Por ende, resaltaba que no tenían respaldo ni curso legal en ningún país. Además, hacía foco en la volatilidad de la cotización y subrayaba que no había mecanismos para garantizar su valor.
"Desde 2014 casi no hemos tenido novedades normativas específicamente relacionadas con las criptomonedas. La única excepción relevante es la reforma tributaria de 2017, que incorporó los activos digitales al régimen de impuesto a las ganancias", recuerda Juan José Méndez, CBO de Ripio, la plataforma que permite comprar y vender criptoactivos en pesos.
Hacia 2018, ya sin cepo cambiario y con Guido Sandleris al mando, la entidad montetaria publicó un apartado sobre estos instrumentos. Allí compartía los resultados de un monitoreo realizado sobre activos digitales, a partir de un interés del G20.
El Banco Central reconoce que, "a nivel individual, han tenido una evolución muy rápida en términos de volumen negociado", si bien aclara que "presentan niveles de capitalización reducidos en comparación a los mercados globales de activos".
Según el
Banco Central, fomentar el ahorro en criptomonedas puede disminuir la demanda de pesos y generar inestabilidad
Además, asegura que no existe una correlación entre "los rendimientos de este tipo de activos y otros tradicionales". En virtud de ello, concluye que "no representan una fuente de riesgo financiero sistémico, si bien su rápida evolución sugiere un monitoreo activo".
Hacia noviembre de 2019, un mes antes de abandonar el Banco Central, la gestión de Sandleris volvió a referirse a las monedas digitales. En particular, hizo referencia a las stablecoins, es decir, aquellas cuya cotización sigue a un activo tradicional, como el DAI, que mantiene paridad con el dólar y registra un boom en Argentina.
En sintonía con lo que sugiere Carballo, el informe del BCRA puntualiza: "En una economía en desarrollo, la existencia de una stablecoin vinculada a una moneda extranjera puede generar como consecuencia una demanda más volátil de activos denominados en moneda local, en particular billetes y depósitos bancarios", lo que podría afectar la estabilidad monetaria y financiera.
Y alerta que, "ante una posible pérdida de confianza" se podrían "generar eventos de tensión con características similares a los que ocurren durante una salida de depósitos".
Durante la gestión actual, el BCRA sólo suspendió al "dólar Bitcoin" durante algo más de un mes en su lucha contra los "coleros digitales". Ahora, la publicación oficial borrada podría dar la pauta de que el Gobierno se plantea seriamente los potenciales peligros de las monedas digitales.
El lanzamiento de Libra, la stablecoin de Facebook, fue un punto de inflexión para los reguladores de todo el mundo
A nivel mundial, la postura de los reguladores sobre estos activos ha pasado paulatinamente de la advertencia a la convivencia. "Existen proyectos que utilizan criptoactivos como herramientas para fortalecer las economías locales. El que más resuena últimamente es el Yuan digital en China", dice Méndez.
Sin embargo, suma que "las aplicaciones cripto que más éxito tuvieron están relacionadas con la optimización de transferencias de valor y de cadenas de distribución en entidades privadas, como en el caso de JP Morgan y Walmart, entre otras empresas de los mismos rubros".
Para Carballo, en tanto, el principal impulsor de ese cambio de opinión fue el lanzamiento de Libra la stablecoin creada por Facebook. "Hasta ese momento, si los reguladores hablaban de las monedas digitales eran para frenarlas, ver temas de ciberseguridad o ciberdelincuencia. A partir de ahí, se empezó a tomar en serio", apunta el economista.
"Además, esto impulsó a China a crear su propia moneda digital emitida por un Banco Central y empuja a un debate sobre las monedas digitales. Pasó un año y ya hay más de 50 iniciativas en los distintos bancos centrales del mundo", cuenta Carballo.
Y concluye: "Sin dudas, las posturas de la regulación han pasado de estar a la defensiva a ser más proactivas en términos de ver cómo minimizar los riesgos pero, también, cosechar los frutos de esta revolución que están viviendo las criptomonedas".
En esa línea, la publicación supuestamente errónea por parte del Gobierno acerca del mundo cripto deja ver que al menos una parte de las autoridades empieza a tomar el camino de la convivencia con los activos 4.0.