Cada día que se extiende la cuarentena, las empresas -en especial, las pequeñas y medianas- intentan conseguir un poco más de oxígeno ante la imposibilidad de generar un nivel de actividad similar a la previa del aislamiento.
La tan ansiada transformación digital, que se evidenció en estos meses con el pase al mundo online de varias firmas, se trata de un proceso aún complejo para las de menor porte y con menos espalda.
Desde la Asociación de Emprendedores (ASEA) aportan un dato clave: cerca de un cuarto aún no ha encontrado la manera de digitalizar su operación y más de la mitad de los que sí lo hicieron se topan con dificultades. Así, la cadena de pagos muestra interrupciones con niveles superiores, pese a que los cheques rechazados (en su versión papel) hoy rondan los 300.000 mensuales.
En este contexto, las compañías están apostando al cheque electrónico o echeq, que permite digitalizar operaciones evitando errores formales y agilizar todo el proceso, además de rastrear cada paso de la negociación. Los bancos, en tanto, dan cuenta de crecimientos récords.
Conveniencia
"Hemos ahorrado mucho tiempo, redujimos costos operativos y evitamos estar en contacto con otras personas para prevenir contagios. Fue fundamental para el cuidado de toda la organización y de la gente que nos rodea", afirma a iProUP Nicolás Sosa, presidente de Campiar.
El titular de la productora y comercializadora de semillas de avena, arveja, trigo y soja con oficinas en Pilar, planta en Tomás Jofré, campos en el norte de la provincia de Buenos Aires y quince años en el mercado, alude a las posibilidades ofrecidas por los echeq o cheques electrónicos.
"Si bien eran un instrumento conocido en el mercado, les dábamos poco uso. A partir de la pandemia, fue muy significativo el cambio de cheques físicos a echeq. De hecho, en la actualidad, preferimos operar sólo cheques electrónicos. El COVID-19 aceleró este cambio digital", insiste.
Esa modificación se vio claramente reflejada en las cifras:
- En marzo, la compañía cobraba el 84% de sus ventas mediante papeles físicos y el 15% con echeqs
- Ya en junio, los números se dieron vuelta: 85% con instrumentos digitales y 15% con tradicionales
En cuanto a los pagos, los valores físicos cayeron del 83 al 38% y, como contrapartida, los electrónicos crecieron del 17% a un impactantes 62% en ese mismo período.
"Estos instrumentos son una gran fuente de financiamiento. En pocos minutos, podes recibir un echeq y depositarlo, descontarlo o endosarlo. También es factible negociarlo con el aval de una SGR en el mismo día, lo que marca una diferencia sustancial con el físico, que implica un proceso más largo", completa el empresario.
El ejemplo es el botón de muestra de lo que viene ocurriendo en el sector financiero desde que se desató la pandemia: sólo el mes pasado desde el Banco Galicia se emitieron cerca de 125.000 cheques electrónicos.
Esto supone un incremento de 1.150% respecto de marzo y 40% con relación a mayo, por unos 60.000 millones de pesos.
Así, el Banco Galicia se convirtió en el principal jugador del mercado: procesa $43 de cada $100 que se emiten en el país. Según afirman, las ventajas son las siguientes:
- Toda la operatoria se realiza online, desde el Office Banking
- Permite operar las 24 horas, los 365 días del año
- La tasa de rechazo es casi nula, ya que al no usar papel se evitan errores formales
- No están expuestos a pérdidas ni a robos
- Menores costos: Galicia bonifica actualmente la emisión, envío a custodia y rescate
Este mismo "boom" lo están reportando otras entidades. En Banco Macro contabilizaron emisiones de echeqs por casi $15.000 millones en junio y cerca de $40.000 millones desde que el Gobierno estableció el aislamiento. Así, desde el 19 de marzo procesaron 61.211 transacciones.
"La evolución está relacionada con la imposibilidad de intercambiar cheques físicos por la cuarentena", indica a iProUP Milagro Medrano, gerente de Relaciones Institucionales y Atención al Cliente de la entidad.
Y añade: "Además, el echeq reemplazó a las transferencias emitidas, ya que genera la posibilidad de transferir de manera posdatada. Es una herramienta transversal que abarca a todos los segmentos y tipos de empresas, sobre todo a las Pymes".
También en la Bolsa
En el mercado de capitales, con su histórico déficit de acceso al crédito, la pandemia trajo aparejada un inusitado impulso a los cheques, pagarés y factura de crédito electrónicos. En el Mercado Argentino de Valores, por ejemplo, desde el inicio del aislamiento se negociaron 26.098 instrumentos ($22.000 millones).
Esta cifra viene a ser un 36% del financiamiento total recibido por micro, pequeñas y medianas empresas en el período. Y marca una tendencia irrevocable al alza (desde el 4% que reunían los instrumentos digitales en marzo hasta nada menos que el 47% en julio).
En BYMA registraron cerca de 30.000 instrumentos digitales por casi $25.000 millones desde que el coronavirus arribó. De ese total:
- Los echeqs acumularon el 92% del total
- Los pagarés, un 5%
- Las facturas, el 3% restante
"Caja de Valores, depositaria del grupo BYMA, había implementado el pagaré digital a mediados del 2019 y hasta la pandemia se habían generado solamente ocho de esos instrumentos. Desde el 20 de marzo, suma 630", ilustra a iProUP Martín Baretta, gerente de Servicios al Cliente.
Desde el inicio de la cuarententena hasta hoy, el Mercado Argentino de Valores ha registrado la siguiente evolución:
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Cheques electrónicos: de $116 millones a $7.249 millones en junio (avance de 6.150%)
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Pagarés digitales:de $27 millones a $631 millones (+2.237%)
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Facturas de crédito electrónicas:de $309 millones a $107 millones (retroceso de 65%)
"Esa baja se debe a la dificultad que tienen las empresas para facturar", indica Baretta sobre este instrumento, que ahora tiene un nuevo mínimo para operar.
Alma Fintech es una firma porteña de desarrollos de tecnología aplicados al mercado financiero, incluida su propia billetera virtual, fundada dos años atrás. De acuerdo con su CEO, Pablo Sukmann, toda esta revolución "facilita el circuito de financiamiento y nos permite crecer, proyectar y avanzar en medio del aislamiento social y preventivo".
"En nuestro caso, antes de la pandemia, el acceso al financiamiento existía pero requería de movimientos físicos, firmas presenciales, esperas más largas. Y todo eso te desenfoca de lo importante, que es el negocio", asegura Sukmann a iProUP.
Y completa: "La instrumentación de la plataforma Epyme de Caja de Valores fue un cambio de paradigma, ya que permite cargar un echeq, obtener el aval de una Sociedad de Garantía Recíproca (SGR) y enviar a un Agente de Liquidación y Compensación (ALyC) para su negociación".
"Creo que el echeq es el producto por excelencia para el financiamiento. Nnos sentimos cómodos y sabemos que es reconocido por las SGR y por el mercado como un instrumento sólido", finaliza.
Un instrumento para cada Pyme
El cheque, pagaré y factura de crédito en sus versiones digitales satisfacen diferentes necesidades de cada compañía de manera más ágil y desde cualquier dispositivo con conexión a Internet.
Así, el echeq permite gestionar la emisión, endoso o depósito sin necesidad de moverse de la oficina. También posibilita seguir su trazabilidad a través de la web y reduce los rechazos, al eliminar la posibilidad de devolución por defectos formales, explican en la entidades bancarias.
Como la versión física era el instrumento más utilizado para el financiamiento de pequeñas y medianas empresas, el echeq es igualmente mayoritario entre los instrumentos electrónicos.
Por su parte, las Pymes que necesitan financiarse a plazos mayores (de hasta tres años) pueden hacerlo mediante un pagaré digital, según indican en BYMA. También son avalados y pueden emitirse tanto en pesos como en dólares.
Sin embargo, como estos instrumentos tienen menor volumen de mercado, las tasas pueden no ser tan beneficiosas. A modo de ejemplo, en mayo estuvieron en torno al 28% en pesos y del 8% en dólares para un año de plazo.
La factura de crédito electrónica, finalmente, es un nuevo mecanismo que facilita el tradicional descuento de estos comprobantes.
Se trata de un instrumento típicamente de 45 días, pero permite a la Pyme obtener financiamiento rápido y pagar intereses menores a un descubierto. Las tasas se negocian en el orden del 40% anual.