En la era digital, donde la tecnología y las redes sociales son parte intrínseca de nuestra vida diaria, es crucial reflexionar sobre cómo estas herramientas están afectando nuestra salud mental.

El reciente retiro de figuras públicas como María Becerra de las plataformas sociales pone de manifiesto un problema creciente: el impacto negativo que el uso excesivo de plataformas puede tener en nuestro bienestar emocional.

Investigaciones en neurociencia demostraron que el uso desmedido de redes sociales puede activar en el cerebro los mismos circuitos de recompensa que las sustancias adictivas, creando una dependencia que afecta nuestra salud mental. 

Esta constante exposición no solo puede llevar a trastornos como la ansiedad y la depresión, sino que también distorsiona nuestra percepción de la realidad, amplificando la presión social y el estrés.

Los algoritmos, diseñados para captar nuestra atención, exacerban este problema, dejando a las personas vulnerables a una espiral de comparaciones y expectativas irreales.

El impacto no se limita a las celebridades

Todos podemos sentir los efectos adversos del uso excesivo de las plataformas digitales. La comparación continua con vidas aparentemente perfectas y el temor a perdernos algo importante alimentan una sensación de insuficiencia que mina nuestro bienestar emocional.

Un estudio de la Royal Society for Public Health revela que los jóvenes que pasan más de dos horas diarias en redes sociales tienen mayor probabilidad de experimentar problemas de salud mental, como ansiedad y depresión.

Desde el campo de la psicología, se observa que la sobreexposición a los sitios de conexión social fomenta comparaciones negativas y sentimientos de insuficiencia.

La Asociación Americana de Psicología recomienda establecer límites claros en el uso de dispositivos y medios interactivos para mantener un equilibrio saludable entre la vida digital y la vida real.

La promoción de un uso consciente de la tecnología es clave para proteger nuestra salud mental.

Las empresas y organizaciones vinculadas al mundo tecnológico, tenemos un papel fundamental en abordar estos desafíos.

Implementar tecnologías que fomenten el bienestar digital, como aplicaciones para monitorear el tiempo en pantalla y programas de desintoxicación digital, es una de las formas en que podemos contribuir.

También es esencial crear espacios de reflexión que fomenten la conciencia sobre los peligros y las prácticas de cuidado necesarias.

En el ámbito laboral, es crucial valorar y promover estas conductas para proteger la salud mental de nuestros equipos.

La hiperconectividad, exacerbada durante la pandemia, puede llevar a una sobrecarga de información y dificultar la desconexión, afectando negativamente el equilibrio entre la vida profesional y personal.

Esta presión por mantener una presencia profesional en redes sociales añade más estrés, lo que puede traducirse en agotamiento y disminución de la productividad.

Desde nuestra organización, es fundamental estar comprometidos con el bienestar integral de nuestros colaboradores, buscando crear un entorno digital más seguro y saludable.

Reconocemos la importancia de enfrentar los desafíos que la salud mental plantea en la era digital, y estamos dedicados a implementar estrategias y prácticas que nos permitan desarrollarnos en un entorno seguro y equilibrado.

Esta es una responsabilidad que no podemos delegar.

 

Por Damián Dibenedetto, Gerente de Talento Humano en BTR Consulting

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