Agustina terminó el colegio secundario y decidió que no tenía una vocación particular que justificara seguir un estudio universitario. Hoy tiene 20 años, gana u$s500 mensuales, equivalentes a $100.000 que le permiten pagarse un alquiler y vivir cómodamente, trabaja sólo dos horas por semana, y el resto de su tiempo lo dedica a la filosofía y el arte. ¿Cómo lo hace?
Las plataformas de trabajo que permiten vender trabajos al exterior en dólares, como Upwork o Freelancer, permiten a chicos que posean buen nivel de idiomas y un curso de programación o diseño acceder a ingresos en dólares que en Argentina son muy superiores a un salario promedio.
Quienes contratan los trabajos pueden ser particulares, startups o, incluso, bigtech. Como Google, en el caso de Agustina, en cierta ocasión, empresa para la que realizó proyectos, pero sin una relación formal.
Sebastián Siseles, CEO de freelancer.com, asegura a iProUP que "Covid mediante, hasta la NASA encargó trabajo en la plataforma. De las 500 empresas de la lista de Fortune, la gran mayoría nos utiliza de una u otra forma".
Aunque reconoce que, "se empezó por las Pymes porque es donde el ejecutivo está más cerca del dueño para la toma de decisiones. Cuando en 2016/2017 queríamos ofrecer la plataforma a empresas grandes, nos decían que teníamos que hablar con los gerentes de legales e impuestos, con el contador y que había muchas regulaciones".
El caso concreto
Agustina estudió en la Escuela NEA, que le dio una buena base de inglés y después aprovechó el cine y las lecturas para mejorar su fluidez en ese idioma. Cursó la secundaria en el Lengüitas, pero asegura que el nivel de inglés de ese secundario estatal es más bajo y no resultó un aporte sustancial.
Al recibirse, fue vendedora en librerías y trabajos similares, cantó en bares y otras tareas, hasta que descubrió las plataformas Freelancers y Upwork. Y se decantó por esta última por "una mejor experiencia de usuario", según confía a iProUP.
Con las dos ventajas de tener una buena pronunciación de inglés y la habilidad de comunicarse correctamente por escrito con los clientes angloparlantes, las dos tareas que le ofrecen las plataformas y con las que se siente cómoda son:
- Voice-over: narraciones para publicidad, audiolibros o cursos, en español o inglés, pero especialmente en este último idioma
- Traducciones: del inglés al español y viceversa
Agustina cuenta que fue dejando paulatinamente las traducciones, "ya que se pagan por trabajo, sea cual fuere el esfuerzo, al contrario de las grabaciones de voz que se abonan por hora/minuto".
Muchos freelancers consiguen el equivalente a un salario promedio argentino tarbajando una semana
La joven comenta que, de todos modos, entre sus amigos "hay chicos que hicieron cursos de programación o son autodidactas en temas de diseño e ilustración, y aprovechan las ofertas de trabajo de las plataformas".
"Lo importante es saber usar los programas, nadie pide un título secundario. No tiene nada que ver con la lógica del CV clásico, sino que se trata de poder mostrar un portafolio de cosas que hiciste", explica.
"Para empezar y tener un portafolio, al principio leía un libro en inglés y lo editaba a quienes arman una página web y la suben", señala.
La tarifa de Agustina hoy en voice-over es de u$s5 por minuto, y entre u$s250 y $350 por hora. Aunque por ahora se quedó con un contrato long-term, lo más parecido a un trabajo fijo en las plataformas, mediante el cual cobra u$s500 por 2 horas semanales. "Me alcanza y me sobra", completa.
Siseles precisa que "el ticket promedio" en Freelancer es de u$s161, por lo que "en 20 días, haciendo dos trabajos por día, se pueden ganar u$s6.500".
Además, el ejecutivo revela que hay profesionales independientes que arman sus propias estructuras con otros freelancers y hacen del trabajo en las plataformas una verdadera industria.
Ventajas para los usuarios
Agustina remarca que las ventajas que valora de Upwork es que la plataforma ofrece cobertura legal si algo falla en el contrato y tiene mucha protección en materia de pagos para el que brinda sus servicios.
Según señala Siseles, el sistema de protección de pagos funciona tanto para el usuario que contrata el servicio como para quien lo presta. Se trata de un mecanismo que está patentado en Estados Unidos y que también utiliza Upwork. Y consta de varias instancias antes de que se concrete el pago, entre las que se destacan:
- El usuario que contrata prestaciones profesionales debe tener saldo en la cuenta del sitio web antes de publicar una oferta laboral para evitar "promesas en el aire"
- La entrega del trabajo se realiza mediante la plataforma, que verifica que el trabajador haya cumplido de manera satisfactoria
- Una vez que se verifica esto último, la plataforma transfiere el pago de la cuenta del contratante a la de quien realizó la prestación
Además, tanto Freelancer como Upwork ofrecen un buen servicio de soporte para ambas partes, aunque dependiendo de la puntuación que posea dentro del ecosistema puede tener un oficial de cuenta especial para atenderlo de manera preferencial.
Los pagos se depositan normalmente en Paypal y el usuario se encarga de cambiarlo por moneda local. Muchos profesionales convierten esos pesos a precio "blue" a través de plataformas cripto como Airtm, Binance o Paxful.
Por otro lado, Siseles agrega que las plataformas no sólo admiten pagos en distintas monedas soberanas, sino que además rompen las fronteras y facilitan el acceso a distintos mercados tanto de contratantes como de profesionales.
Mientras que Upwork está más centrada en los EE.UU., Freelancers atiende 247 países, e incluso territorios no reconocidos como tales por varias naciones como Palestina. "Hasta hemos tenido un freelancer en la Antártida", asegura Siseles.
"La proporción de gente que contrata y freelancers es de 15% a 85% de los usuarios totales", puntualiza Siseles.
Una plataforma y las redes
Agustina relata que los usuarios están mirando hoy con interés una nueva oferta: Fiverr, que invierte la lógica: en lugar de que las empresas publiquen sus pedidos y de tener que estar pendiente cada día a lo publicado, esta plataforma permite configurar alertas para aplicar directamente a los proyectos.
Para Agustina, Fiverr "parece más adecuada a las redes, desde el momento que hasta usa hashtags y, además, puede servir para empezar, porque ofrece microjobs de incluso u$s1".
Desde la empresa aseguran a iProUP que se trata de "una plataforma que proporciona un mercado para que los freelancers vendan sus servicios. Proporcionamos un espacio en el que los usuarios pueden comprar y vender una amplia variedad de prestaciones".
Además, remarcan que su sistema es más veloz que el de sus rivales ya que "los freelancers en Fiverr no reciben pagos por servicios basados en una tarifa por hora, sino un precio predeterminado para un pedido en particular, establecido por el vendedor".
Fiverr permite que adolescentes de entre 13 y 18 trabajen online con el consentimiento de sus padres
"Las directrices de Fiverr requieren que todos los usuarios tengan al menos 18 años y edad legal para formar un contrato vinculante. Se permite utilizar el sitio a menores de 18 y mayores de 13 solo a través de una cuenta propiedad de su padre o tutor legal con su permiso. Puede ser una plataforma útil para nuevos freelancers, comenzando el camino de su carrera", remarcan.
A pesar de esas nuevas ofertas, para Siseles, "todo tiende a concentrarse". Es que Freelancers viene desplegando una política de compra de competidores y su directivo asegura que "así se garantizan más trabajos y mayor calidad. Mucha oferta y mucha demanda es la primera condición de escalabilidad", subraya.
La magnitud que está tomando el trabajo a través de plataformas puede dimensionarse a través de algunos números que brinda Siseles sobre las personas que ofrecen servicios en Freelancers. Sólo para trabajos en español, son 671.000 argentinos y 1.640.000 brasileños.
Así, la economía digital permite a usuarios de todo el mundo, y hasta menores de edad, insertarse en un mercado laboral global, 100% online y desde sus casas. Una solución a "medida" de este momento de la Argentina.