Sin duda, ser el cofundador de una de las empresas más exitosas de la historia no debe ser una tarea fácil, ya que se puede acabar obsesionándose con el trabajo.
En sus inicios, Bill Gates tuvo este problema y llegó a tal punto que no supo separar la vida personal del trabajo.
Tal era su fijación que en el marco de una entrevista de 2016 con BBC Radio 4, el cofundador de Microsoft explicó que trabajaba fines de semana y ni siquiera creía en las vacaciones.
Encontrar el equilibrio no estaba entre las prioridades de Gates por lo que llegó un momento en el que el estrés entre sus trabajadores estaba a la orden del día.
Su obsesión con los empleados
"Tuve que tener un poco de cuidado de no aplicar mis estándares a lo duro que trabajaban mis empleados", explicó el gurú tecnológico.
No obstante, a pesar de sus esfuerzos, el multimillonario llegó a realizar un seguimiento de sus empleados para saber quiénes trabajaban más horas.
La microgestión de empleados no suele ser una estrategia de liderazgo eficaz.
Se aprendió de memoria las matrículas de todos sus trabajadores para poder controlar en los aparcamientos quiénes llegaban a trabajar antes o quiénes se iban más tarde.
"Microsoft era un entorno de mucho estrés porque Bill exigía a los demás tanto como a él mismo", escribió Paul Allen, cofundador de Microsoft, en un artículo en 2011 para Vanity Fair. "Se estaba convirtiendo en el capataz que merodeaba por el aparcamiento los fines de semana para ver quién había llegado".
La microgestión de empleados no suele ser una estrategia de liderazgo eficaz, ya que para los trabajadores puede llegar a ser una experiencia asfixiante, según señaló la experta en empleo Amanda Augustine de TopResume.
Concretamente la mayoría de los empleados opina que ser un microgestor es el peor rasgo que puede tener un jefe, según una encuesta reciente de Comparably a 2.000 empleados de grandes empresas tecnológicas como Amazon, Apple, Google, Facebook o Uber.
Por eso, numerosas personalidades como la ex primera dama Michelle Obama o Ricard Branson, el fundador de Virgin Group, coinciden en la importancia de dedicar tiempo a uno mismo para encontrar un balance entre el bienestar personal y profesional.
Pero además, Augustine agregó que es posible mitigar esta situación de control excesivo con un simple consejo: informar constantemente de las actualizaciones y novedades.
"Cuando compartes en exceso y mantienes a tu gerente informado es más probable que confíen en que tienes todo bajo control y retrocedan", apuntó la experta.
Predicciones de Gates
Para el empresario estadounidense, la emergencia sanitaria podría terminar durante la primavera (nuestro otoño) del próximo 2021: "Para la primavera, los números van a cambiar drásticamente y se podrá volver a la normalidad", comentó el magnate durante una entrevista para NBC.
No obstante, Gates también añadió que "los próximos cuatro o cinco meses serán bastante sombríos". Esto debido a la temporada invernal (en el hemisferio norte). Además, advirtió que, aunque para la próxima primavera la situación podría ser distinta, el regreso a la normalidad será drástico. De hecho, estima que hasta finales del próximo 2021 el mundo podrá ser restablecido.
El ingreso de las vacunas será clave para el escenario de finalización de la pandemia
Otra de las predicciones que habría que resaltar es que, a mediados de septiembre, el fundador de Microsoft vaticinó que la vacuna de Pfizer sería la primera en estar disponible. Incluso, durante una entrevista realizada con la cadena CNBC, Bill Gates comentó lo siguiente: " Creo que una vez que entremos a diciembre o enero, es probable que al menos dos o tres busquen la aprobación, si son efectivas. Tenemos los ensayos de fase 3 en curso. La única vacuna que, si todo sale bien, podría solicitar entonces la licencia de uso de emergencia a finales de octubre sería Pfizer".
No obstante, el filántropo estadounidense no desestimó a otras vacunas. De hecho, comentó que, durante una segunda etapa, le seguirían a Pfizer las de AstraZeneca y la de Oxford, indicó Alto Nivel.