En este contexto de nueva normalidad originada por el Coronavirus, para muchos analistas el teletrabajar es un privilegio.
Un claro ejemplo de esta pensamiento es el los investigadores de Deutsche Bank, que están proponiendo la creación de un "impuesto al teletrabajo" que supondría el 5% del salario de esos empleados que trabajan desde casa.
En el informe se explica que los afectados por este impuesto serían los trabajadores de empresas que tienen puestos de trabajo preparados en sus oficinas para ellos.
¿Como se aplicará?
Más allá de la polémica, este impuesto serviría para compensar a aquellos trabajadores con salarios bajos que tienen que ir a la oficina. Con este impuesto Alemania, por ejemplo, podría recaudar 20.000 millones de euros, y aseguran que el impuesto no perjudica a los trabajadores, que ya ahorran dinero en desplazamientos, comida y ropa.
En el informe de Deutsche Bank Research, se explica que los afectados por este impuesto serían los trabajadores de empresas que tienen puestos de trabajo preparados en sus oficinas para ellos. Si no quieren ir a trabajar a la oficina, eso supone un gasto para la empresa que ha invertido en esos puestos.
Sin embargo, los teletrabajadores ahorran en desplazamientos, comida y ropa, afirman en ese estudio, lo que debería hacer que ese impuesto no les perjudicase porque compensa ese ahorro. Si la empresa no proporciona puestos de trabajo, eso sí, sería entonces la empresa la que debería pagar ese impuesto.
Los autónomos y el personal con salarios más bajos estaría exento de pagar ese impuesto, gracias al cual se podrían apoyar los subsidios para esos empleados que no pueden acceder al teletrabajo.
Para Jim Reid, uno de los responsables del estudio, "teletrabajar será parte de la 'nueva normalidad' mucho después de que la pandemia pase. Creemos que los teletrabajadores deberían pagar un impuesto por ese privilegio". Para estos investigadores los teletrabajadores "contribuyen menos a la infraestructura económica mientras siguen recibiendo sus beneficios", publicó el sitio Xataka.
En Argentina, a la hora de pensar en las desventajas del home office: el 28,5% asegura que trabaja fuera del horario habitual y más horas que antes y el 19,8% plantea que le cuesta desconectarse y poner límites entre su vida personal y profesional.
Por su parte, el 11,8% manifiesta no contar con el equipamiento adecuado para trabajar, el 9,7% declara no tomarse los descansos que solía tener en la oficina, el 9,1% cree que existe una falta de comunicación con su equipo, por lo que no puede realizar su trabajo de manera correcta, el 9,6% no cuenta con todos los materiales necesarios para trabajar, el 4,8% se saltea comidas o come mientras trabaja, el 4,4% piensa que no tiene un apoyo constante por parte de su líder y, por último, el 2,4% dice no tener disponibilidad para acceder a la red de la compañía desde otros servidores.
En cuanto al futuro del mundo laboral y un posible cambio de paradigma en la región, en promedio, el 80,9% de los encuestados en Latinoamérica afirman que el home office será una modalidad permanente de trabajo, incluso, una vez que pase la pandemia. Con respecto a los encuestados de otros países latinoamericanos, en todos los casos coincidieron, al igual que los argentinos, que el home office será una modalidad incorporada por las empresas de manera regular.
En Argentina el 78,6% de los encuestados cree que el teletrabajo comenzará a ser incorporado por todas las empresas. Incluso, el 87,6% manifiesta que existirán nuevas disposiciones y regulaciones para trabajar de manera remota. De todas maneras, los encuestados dejaron asentado que extrañan ciertas cuestiones del trabajo presencial. De hecho, el 52,2% piensa que se generan más posibilidades de hablar de proyectos u objetivos en grupo y de pensar nuevas ideas. Otros extrañan a sus compañeros (26,3%), disfrutan salir de su casa para ir a trabajar (15,3%) y prefieren el ambiente de oficina (6,1%).
Como conclusión se observó que, si bien antes de la cuarentena ya había un 49,5% que consideraba el home office como un beneficio importante en el trabajo, un 40% antes no lo consideraba como tal y cambió su parecer luego de esta experiencia. Finalmente, un 10,5% no le otorga mayor relevancia, informó Totalmedios.