El mercado laboral está siendo fuertemente transformado por tecnologías como inteligencia artificial, machine learning y blockchain, entre otras, en el marco de la cuarta revolución industrial que hoy se está desarrollando.

Pero la próxima fase será la quinta revolución, que los expertos llaman 'sostenibilidad digital' o 'inteligencia automatizada', dentro de la que se va a llegar a una singularidad tecnológica y que se va a desarrollar en tres fases: los ordenadores en una primera fase de 2025 al 2030 van a alcanzar un nivel de computación que va a semejar las funciones propias del cerebro humano, la Inteligencia Artificial aplicada a los ordenadores va a comenzar a mejorarse así misma y, en la tercera fase, que será hacia el 2040, las computadoras serán plenamente capaces de mejorarse así mismas sin intervención humana.

Hoy, los algoritmos solo desarrollan el 22% de nuestro trabajo como media, pero en 2040 se prevé que desarrollen el 80%, quedando solo el 20% para las tareas propiamente humanas. Es una situación ante la que el sistema educativo no está preparado porque está diseñado, precisamente, para la segunda o tercera revolución industrial.

Un motivo por el que es importante "cambiar la forma de educar a los niños y nosotros como profesionales, tenemos que empezar a cultivar competencias como la creatividad o flexibilidad cognitiva porque es lo más propiamente humano" con el fin de estar preparados para realizar las ocupaciones que llegarán, según ha explicado Marta Mouliaá, orientadora laboral y experta en Desarrollo de las Personas durante la charla 'El empleo del futuro-Cómo tener éxito en la Era Digital', que impartió en Zaragoza Activa, en declaraciones a elEconomista.es

Dentro de estas tecnologías está la Inteligencia Artificial, el machine learning y deep learning. En este marco, se incorporan los puestos de trabajo de ética de datos porque "los algoritmos por sí mismos no discriminan, salvo que el programador discrimine conscientemente. El problema es el Big Data y de donde beben todos los datos y del reflejo de la sociedad, de la discriminación que se va produciendo". Es una profesión en la que, normalmente, se emplean profesionales de Psicología, Sociología o Antropología con conocimientos de Big Data.

Big Data tiene un importante impacto en el mercado de trabajo con empleos como el analista y científico de datos, ingeniero de datos o diseñador y administrador de datos, entre otros, así como la ciberseguridad, área esta última en la que se están incorporando profesiones como el hacker ético, el analista forense, consultores de ciberseguridad o desarrolladores front end o de videojuegos, entre otros.

Con respecto a Blockchain, área en la que se requieren puestos de trabajo de desarrollador, pero también de diseño de estrategia para incorporar esta tecnología a los procesos de negocio.

Son áreas en las que, por ejemplo, personas con una doble titulación en derecho, economía o en el ámbito científico están haciendo postgrados en Big Data, Blockchain, pues le "abren las puertas a la incorporación en las empresas para estudiar lo que es la compañía y decir el modelo de negocio o cómo implementar esa tecnología en el proceso o para crear nuevos productos o servicios o bien transformar los existentes", consigna ElEconomista.es.

Estos empleos requieren desarrollar una serie de habilidades como el pensamiento crítico, curiosidad, capacidad analítica, gestionar equipos virtuales, resolución de problemas complejos, visión estratégica de negocio, flexibilidad cognitiva y conocimientos técnicos y digitales, además de tener que "estar en fase beta permanentemente y tener una marca de referencia en el sector".

Sin embargo, las tecnologías también van a impactar en los sectores de actividad y en otros puestos de trabajo, incluyendo los operarios y comprendiendo actividades en el área de limpieza, almacén o mantenimiento, entre otras, que requerirán de wearables para reportar o utilizar determinadas aplicaciones o bien trabajar en la nube. Otras profesiones afectadas es el área comercial de las empresas, que ya muchas de ellas empezaron a migrar a la nube.

En los puestos base, se requiere también formación específica como la utilización de un procesador de textos para saber redactar, hojas de cálculo, bases de datos, manejar formularios y utilizar las redes sociales porque "cada vez más al cliente se le tiene que dar una contestación".

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