Hace unos meses, varios supermercados de la Argentina debieron retirar de sus góndolas una serie de productos congelados que la ANMAT prohibió por contener una bacteria de gran peligro.
Se trató de una medida preventiva luego de que la Unión Europea alertara sobre la contaminación de comestibles congelados provenientes de la planta húngara Greenyard Frozen Hungary Kft.
Se sospechaba que estos productos contenían la bacteria Listeria Monocytogenes, que originó un brote de listeriosis en Europa. En la Argentina, esos alimentos eran comercializados –en su mayoría– con la marca propia de los grandes supermercados.
Algo similar ocurrió a mediados de junio en Estados Unidos, donde se produjo un brote de 210 infecciones, 96 hospitalizaciones y cinco muertes, causadas por la bacteria Escherichia Coli presente en un lote de lechuga cultivada en Arizona.
Como las autoridades sanitarias no pudieron precisar el origen del lote de lechugas contaminadas, se sacaron del mercado millones de bolsas de este vegetal, sin importar el lugar en el que se produjeron. Lo mismo ocurrió en 2006, pero con espinaca.
"En ese momento murieron varias personas de distintas zonas y no se podía geolocalizar en ninguna región específica. Tardaron más de dos meses en encontrar dónde se elaboró el producto. Hasta que un estudio determinó que todo provenía del mismo productor, del mismo lote y del mismo día", afirma María Elena Murano, líder de Blockchain de IBM Argentina, a iProUP.
Ese problema de salud pública también se convirtió en una preocupación económica, por los miedos de los consumidores a comprar esos vegetales congelados.
"Luego de eso, la industria de la espinaca tardó siete años en recuperar los mismos niveles de mercado que tenía antes de la epidemia. Lo mismo ocurrió con la lechuga", completó la ejecutiva.
A raíz de estos episodios, surgió una regulación en Estados Unidos que obliga a contar con la trazabilidad de toda la cadena de producción de los comestibles perecederos, inclusive de aquellos que sean importados.
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En este sentido, blockchain es una gran aliada: ofrece numerosas aplicaciones en el campo de la alimentación y podría haber evitado la intoxicación.
Esta tecnología permite conocer el origen de la comida que se compra en un supermercado y, así, lograr que la cadena de suministro de productos del mundo sea más segura, eficiente y sostenible.
De esta forma, se puede buscar y encontrar una partida de alimentos en mal estado en apenas unos segundos.
"Hay diferentes partes que participan en la cadena de suministro y cada una de ellas maneja la información en diferentes formatos. Nadie es el dueño total de los datos. En ese tipo de situaciones es donde la tecnología hace la diferencia, porque permite que cada uno pueda compartir la información sin ceder su titularidad a otra persona", completa Murano.
Y ejemplifica: "Si yo soy el productor de la espinaca, siempre voy a ser el que dice cuánto produje y nadie podrá decirlo por mí, ni va a contradecirlo. No hay forma de tergiversar los datos".
En marcha
El programa Food Trust de IBM, lanzado oficialmente luego de 18 meses de prueba, utiliza blockchain para crear visibilidad y responsabilidad en la cadena de suministro de alimentos.
Funciona como una red que conecta a productores, distribuidores y minoristas a través de un registro de datos del sistema alimentario autorizado, permanente y compartido.
Su objetivo es mejorar la capacidad de las empresas para identificar problemas relacionados con los retiros de alimentos y el seguimiento de brotes para eliminar los riesgos del cliente.
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En agosto de 2017, IBM anunció una colaboración con productores y minoristas de alimentos, como Dole, Driscoll, Golden StateFoods, Kroger, McCormick and Company, McLane Company, Nestlé, Tyson Foods, Unilever y Walmart para probar la solución. Desde entonces, la tecnología ha sumado más adeptos.
Walmart, por ejemplo, implementó un sistema en sus frutas que permite, a través de una sencilla aplicación móvil, que sus clientes puedan consultar todos los detalles de estos productos.
La cadena de supermercados envió un comunicado a sus proveedores de productos verdes para solicitarles que se integren a la red antes de septiembre de 2019.
La empresa explicó en el documento que la iniciativa de sumar blockchain en la trazabilidad de los alimentos es una manera de digitalizar y compartir información en una red compleja, de manera segura y confiable.
De esta forma, los consumidores se benefician al obtener una mayor transparencia; los productores mejoran sus procesos y conocimiento; y los comercios cuentan con una base de datos que les brinda una mayor seguridad alimentaria.
A la cadena estadounidense se le sumó Carrefour. La firma francesa que opera en más de 12 mil tiendas en 33 países probará primero la blockchain en sus propios comercios de Francia, España y Brasil. Para 2022 planea expandir la tecnología a todas sus marcas alrededor del mundo.
En sus locales de Francia, la cadena de supermercados implementó códigos QR en las etiquetas de los productos para que los clientes puedan acceder a toda la información desde sus smartphones.
Sin importar su tamaño, cualquier empresa puede sumarse a esta red mediante una subscripción mensual, con la modalidad denominada Blockchain como Servicio (BaaS).
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Esto contempla planes cuyos precios varían entre los 100 y 10.000 dólares en función del tamaño del proveedor y los servicios que requiere de la red.
"No implica inversión de infraestructura tecnológica. La idea de esto es que sea simple y accesible para que lo pueda adoptar un pequeño productor y que sea él mismo quien lo instale", explica Murano.
La directiva agrega que este tipo de soluciones tiene mucho potencial en el mercado local debido a la importancia de la Argentina como productor y exportador de comestibles.
"Exportamos productos a distintas partes del mundo, mercados que exigen trazabilidad. Ofrecerla es una especie de certificación de calidad, es un diferencial", argumenta la directiva de IBM.
Para el consumidor, conocer la trazabilidad de los alimentos garantiza la calidad de los productos que adquiere. Podrá saber qué ingredientes tiene un determinado producto, cómo se cultivó o elaboró, dónde se manipuló y qué métodos se emplearon.
La lista de ventajas que ofrece blockchain a la industria alimenticia es inmensa. Algunas de las más importantes son las siguientes:
• Rastrear productos de forma segura en segundos
• Combatir la contaminación cruzada y la propagación de enfermedades
• Promover el envío inteligente y eficiente de los comestibles
• Evitar el desperdicio de alimentos
Claro que dependerá de la madurez de sus protagonistas que la tecnología logre o no el impacto que es capaz de generar en la vida de las personas.