"Trabajar de 9 a 5, qué manera de ganarse la vida", cantó durante décadas Dolly Parton, ícono viviente de la música country estadounidense, quejándose de la inflexible jornada laboral diseñada para la era industrial. Precisamente, esa rigidez es la que hoy las nuevas tecnologías han comenzado a poner en jaque.
Se trata de una discusión que tiene lugar en todo el mundo y que desafía casi un siglo de legislación, más allá de que la sola mención de "flexibilización laboral" erice la piel de dirigentes en países en los cuales la tradición sindical tiene un peso muy fuerte, como la Argentina.
Sin embargo, el tema ya asoma con fuerza en estas latitudes. Sin ir más lejos, Chile anunció la apertura una mesa de trabajo en la que el Gobierno expondrá los objetivos de su plan para reducir y aggionar la jornada laboral.
El presidente Sebastián Piñera, junto a sus ministros de Hacienda, Felipe Larraín; Trabajo, Nicolás Monckeberg; y Economía, Juan Andrés Fontaine; busca producir un documento en las próximas ocho semanas que contenga las medidas que puedan aplicarse en su proyecto de adaptabilidad laboral.
El mandatario intenta marcar la cancha y cuenta con el aval del empresariado chileno. El objetivo es plantear una alternativa al proyecto de Vallejo, que la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados de Chile ya despachó para su tratamiento en el recinto.
Las reuniones comenzarán este mismo jueves a las 17, en la cual estará presente Jon Messenger, especialista en reducción de jornada de la Organización Internacional del Trabajo. Una fuerte apuesta que inclina la balanza hacia el proyecto del oficialismo.
"El Gobierno deberá asistir con una propuesta con base técnica para evitar que se apruebe la alternativa opositora", afirma a iProUP una importante fuente que mantiene diálogo permanente con los principales políticos trasandinos.
Hoy día, la jornada laboral de los empleados chilenos es de 45 horas semanales y la propuesta de Vallejo propone achicarla a 40. Por su parte, el "plan Piñera" consiste en llevarla a 41 y aminorar lo más que se pueda el impacto en las empresas.
Si bien se estima que el plan oficial prevalecerá, el camino no será fácil, pues no cuenta con mayoría en el Parlamento. "El debate fue superintenso en los medios y en la calle. Y no es el único tema: también entran en danza el bienestar y la salud mental, entre otros tópicos", asegura la fuente a iProUP.
Además, la nación vecina atraviesa una fuerte discusión sobre las cuestiones laborales que la economía digital obliga a repensar. Pero esta será la madre de todas las batallas para que Piñera no pierda terreno en otras reformas.
Dos proyectos en pugna
La mesa de trabajo incluye una agenda con objetivos y plazos para allanar el camino hacia una jornada flexible y con horarios más acordes a los tiempos de la economía digital. Los representantes de los ministerios de Hacienda y de Trabajo escucharán a delegados de Pymes y dirigentes sindicales para planificar una reducción progresiva.
"El proyecto opositor es inconstitucional porque significa más gasto público. Y un parlamentario no puede ser el que genere gasto público, porque entonces nadie se haría cargo de los equilibrios", es la queja del presidente chileno ante la arremetida de la propuesta opositora que, entre otros aspectos, critica la propuesta de Piñera por los siguientes puntos:
- Reduce la jornada semanal de 45 a 41 horas "promedio" (el proyecto de Vallejo hace referencia a 40 horas semanales como "máximo")
- Mantiene el total mensual en 180 horas (la iniciativa de la oposición la reduce a 160 hs)
- Flexibiliza el horario según acuerdo empleado-empleador (la otra iniciativa mantiene la actual rigidez)
- Plantea cuatro días de trabajo -de 10 horas y fracción en promedio- más tres días de descanso (Vallejo establece cinco días de 8 horas o seis de 6 horas y fracción)
- Se aplicará de forma progresiva (la reforma impulsada por el PC busca la aplicación inmediata en grandes empresas y gradual en Pymes)
"En el fondo, la propuesta del Gobierno le brinda a las empresas la posibilidad de que adapten y flexiblicen horarios sin pagar más. Por otro lado, si un empleado trabaja 8 horas en lugar de 12, no cobra las otras cuatro. En este aspecto tiene la visión del empleador y es por eso que consiguió el apoyo de las cámaras empresarias", señala a iProUP la fuente.
Reformas
Otra fuente familiarizada con la política trasandina remarca que esta iniciativa lejos está de ser una más entre tantas. Más bien, forma parte de una batalla que Piñera necesita ganar para que no se le caiga el plan de "Modernización laboral" presentado en mayo.
Además de la flexibilización de la jornada, el proyecto de ley contempla las siguientes medidas:
- Bolsa de horas extraordinarias: similar al "banco de horas" que aplica Mercado Libre en Argentina (se pacta una cantidad de tiempo extra para épocas de alta demanda que luego se compensa con días adicionales de vacaciones)
- La posibilidad de pactar entre empleado y empresa los horarios de inicio y de finalización de la jornada
- La opción a favor del empleado de disminuir el tiempo de almuerzo para adelantar su horario de salida
- La chance de adaptar la jornada en períodos de vacaciones familiares
"Además, se está discutiendo el tema de la automatización y reemplazo de la fuerza laboral. Hubo una huelga muy larga de los empleados de Walmart y se está a la espera de una propuesta para reacomodar los empleos", señala la fuente.
El otro gran debate es la reforma previsional. Actualmente, el sistema jubilatorio se caracteriza por ser:
- Solidario: una especie de jubilación para todos, abarca al 60% de la población más pobre de Chile
- Contributivo: compuesto por aportes de trabajadores (asalariados o autónomos.). Es gestionado por Administradoras de Fondos de Pensiones, similares a las ex AFJP
- Voluntario: son para cuentas especiales de ahorro que permiten retirarse antes o bien llegar a mayores haberes. Son administrados por el Estado
"Se está trabajando en base al aumento del Pilar Solidario, una especie de pensión base para todos. Faltan pulir algunas cuestiones", remarca a iProUP una alta fuente trasandina.
Si bien el Gobierno desea incrementar el aporte obligatorio de 10% a 14% (a cargo de las empresas) y dar incentivos a quienes se retiren a una edad más avanzada, la oposición busca que el Pilar Solidario llegue al 80% de la población, aumentar los haberes 20% y que los fondos sean administrados por un organismo público.
El caso argentino
En Argentina, el 70% de los empleados mantiene un esquema tradicional. Es decir, concurre a la oficina en horarios regulares, según cifras de Randstad provistas a iProUP. Sin embargo, ocho de cada 10 asegura que con un convenio flexible mejorarían la creatividad, productividad y el nivel de satisfacción para con la compañía.
Tras las PASO, la posibilidad de avanzar en un nuevo proyecto de ley laboral quedó en stand by. De hecho, es un tema que se evita por su carácter espinoso. Miguel Acevedo, presidente de la Unión Industrial, afirma que habló del tema con Alberto Fernández. Sin embargo, Matías Kulfas, llamado a tener un cargo importante si gana el candidato del Frente de Todos, se encargó de echar por tierra un avance en este sentido. "Lo que se tiene que hacer es trabajar sector por sector y ver en dónde se puede mejorar", afirma Kulfas. Contrariamente, los expertos coinciden en que la actual legislación debe ser revisada ya que data de los años '70 cuando aún no se habían creado siquiera la computadora.
Jorge Figueroa, director de Public Affairs y Sostenibilidad de Randstad, considera que Argentina posee "ropajes legales que no se adecuan a estas relaciones de trabajo", por lo que se corre el riesgo de que "muchas personas queden fuera, totalmente desprotegidas".
En este sentido, afirma que hay que quitar la carga peyorativa del concepto flexibilidad y "hablar en términos de 'flexi-inclusión' para asegurar efectivamente la incorporación de personas a un trabajo decente, que les posiblite estar asegurados, y que esa cobertura la puedan llevar consigo".
El abogado laboralista Juan Carlos Cerutti, coincide en este punto y ejemplifica: "'Banco de horas' no significa que una persona trabaje 48 horas seguidas, sino que pueda hacerlo hasta 12 y tenga otras 12 de descanso, además de anualizarse la jornada". No obstante, subraya que por la actual incertidumbre "nadie está dispuesto a discutir una reforma".
"Son cosas que se van a poder conversar y desmitificar. Cualquiera que gane, sea Macri o Fernández, tendrá que tenerlo presente, en el Parlamento o en la reforma de estatutos", agrega Cerutti.
Solana De Diego, abogada del estudio De Diego & Asociados, resalta que "el presente escenario está marcando la necesidad urgente de adaptar la ley laboral, ya que tenemos los costos más altos para el trabajador y para las empresas de toda la región".
El plan B argentino
Al no haber una ley aggiornada a la nueva economía, son varias las compañías que ya contemplan políticas para mejorar el clima laboral en pos del incremento de la productividad.
Los países desarrollados tienen marcos regulatorios que fomentan el work-life balance, con opciones de jornadas reducidas y home office varios días a la semana, dependiendo del tipo de trabajo.
De hecho, el mexicano Carlos Slim, dueño de Claro, asegura que el mundo debe ir a semanas laborales de cuatro días e incluso tres, como ya se implementó en algunos países asiáticos.
Así, las personas tienen mayor bienestar y descanso, con lo que consiguen mayor productividad. También se da más oportunidades a los jóvenes que desean ingresar al mercado del empleo. No es el único:
- Reino Unido: un estudio de la Universidad de Warwick, indica que recortar la jornada mejora niveles de estrés y salud
- Suecia: en una prueba piloto, decenas de personas pasaron de 8 a 6 horas: faltaron menos por enfermedad y mejoraron su productividad de manera sustancial
- Nueva Zelanda: la firma Perpetual Guardian llevó la jornada laboral de lunes a jueves, 8 horas diarias. Se extendió porque no se registraron más pérdidas
- Alemania: gremios metalúrgicos lograron que los empleados cumplan sólo 28 horas semanales y consiguieron mayor productividad y aprovechamiento de la automatización
"Si no hay una nueva ley laboral en el corto plazo, los convenios colectivos serán el camino elegido por las propias empresas para encarar reformas", dice De Diego. E indica que "en algunas firmas el teletrabajo ya está regulado. Aún no hay una norma específica, sólo una resolución de riesgos del trabajo sobre medidas básicas para trabajar a distancia".
Según su análisis, "la Ley de Contrato de Trabajo habla de 'hora a hora', cuando las nuevas tecnologías son por cumplimiento de objetivos, sin un horario específico, que es la tendencia de las nuevas generaciones".
"Existe una vida mejor y sueñas con ella, ¿no?", dispara el tema de Dolly Parton. En Chile, al menos, están más cerca de hacerla realidad.