Caecus Lab comenzó en 2016 como un proyecto de tesis, cuando a Lucas Sala, entonces estudiante de Ingeniería en Sistemas, se le ocurrió armar anteojos que ayudaran a personas con discapacidad visual (PDV) en la vía pública. Caecus Lab fabrica lentes inteligentes para brindar asistencia en los recorridos diarios y en la detección de obstáculos, mediante el uso de aplicaciones móviles, web y tecnologías de soporte.
Los dispositivos se vinculan con el celular de la PDV y funcionan mediante reconocimiento de voz para activar dos aplicaciones móviles. "Una persona ciega va a poder identificar un local comercial, un museo, un semáforo. Si ingresa al museo, va a poder identificarsus obras de arte", explica Sala.
"Mis padres tienen una ONG a través de la cual capacitan a las personas en oficios para darles una herramienta de inserción laboral. De niño aprendí a ayudar a las personas con cierto grado de vulnerabilidad", recuerda el inventor del dispositivo. A partir de allí enfocó lo que tenía como hobby para aprovechar todo aquello que ya no servía para darle una nueva funcionalidad.
Ya hay cuatro empresas que alquilan monopatines: cuánto ganan y por qué tanto interés por Argentina en crisis
La tesis fue tomando forma cuando Sala y sus compañeros Juan Panzetta, Rodolfo Juárez y Gonzalo Morales pusieron manos a la obra. Luego sumaron al equipo a un psicólogo y a una profesora en orientación y movilidad, y se pusieron en contacto con varias fundaciones. Al momento de hacer el primer prototipo no contaban con presupuesto. "Hicimos una lista de los dispositivos que nos hacían falta y muchos de ellos estaban en los celulares. Empecé a desarmar todos los equipos que estaban en mi casa. Saqué baterías, parlantes y compramos sensores. También, unos anteojos de soldar y empecé a pegarle todo lo que recuperé de tecnología obsoleta", afirma Sala en una nota del sitio El Cronista.
Cuatro meses más tarde, hicieron las primeras pruebas con PDV en Córdoba y los resultados se fueron difundiendo de boca en boca. "Había gente que nos decía que quería anteojos pero ya no me quedaban celulares en casa. Empezamos a pedir a nuestros familiares que nos donaran sus teléfonos viejos".
El año pasado, Caecus Lab pudo terminar el proceso de incubación en diferentes instituciones. "Recibimos un fondo semilla de Córdoba, programa Emprendium, por 200.000 pesos argentinos; este año, una inversión de US$ 50.000 de un fondo privado, y luego una coinversión de la provincia de Córdoba a través del programa Más empresas", enumera. La empresa tiene una producción on demand y comenzó en febrero a comercializar el producto, del cual ya lleva unos 100 anteojos entregados.