Estamos ante el mejor momento que ha tenido el mercado cripto desde que empezó a formarse luego de la aparición de Bitcoin en 2009. Lo confirman los datos, con un nuevo máximo histórico de 103.900 USD conseguido este 5 de diciembre para la principal criptomoneda, un mercado combinado de cripto de 3,7 billones de dólares en market cap e indicadores récord en cada aspecto fundamental. Y lo confirman también la intuición, el market sentiment y el humor general del ecosistema.
Vivimos días de expectativas máximas, con el mercado y la industria avanzando con enorme fuerza, con barreras regulatorias que fueron cayendo, con criptomonedas alcanzando nuevos picos de precios a cada rato, con adopción récord, con bancos, empresas y hasta países invirtiendo o ahorrando con criptomonedas, y con nuevas herramientas financieras como los ETF al contado de Bitcoin (110 mil millones de dólares en market cap) y Ethereum (12 mil millones). Y sin que todavía haya entrado la gran demanda retail que se activa en bull markets consagrados.
Pero este momento tan vibrante que vivimos es el resultado de un proceso muy largo, que durante meses e incluso años se fue alimentando de cuestiones propias de cripto y también de cómo se fueron dando algunas cuestiones a nivel internacional. Y que, por otro lado, fue teniendo un desarrollo que a la larga vamos entendiendo como "lógico" cuando miramos los ciclos: 2022 fue un año para tratar de salirse de activos de riesgo, 2023 fue un gran año para hacer reacumulación y 2024 resultó un año donde los rendimientos empezaron a escalar.
Así como a principios de 2023 me parecía lo más probable que Bitcoin alcanzara los 100.000 USD durante 2024, hoy veo un panorama donde fácilmente podemos hablar de un valor alto, entre los 150.000 y los 200.000 USD para 2025, cuando terminen de madurar muchas de las cosas en las que se estuvo trabajando en la industria durante todo el invierno pasado en cripto. Pero antes necesitamos repasar ese recorrido.
Cómo llegamos hasta acá
Si sólo se miran las últimas semanas, resulta bastante lineal conectar el triunfo electoral de Donald Trump con el boom reciente de los mercados. Luego de las elecciones en Estados Unidos, e incluso unos días antes, cripto estuvo teniendo flujos impresionantes que llevaron a Bitcoin no sólo a romper el máximo anterior de marzo, de 73.700 USD, sino además a trepar y buscar nuevos máximos más de un 40% por encima de esa marca, superando así esos 100.000 USD que hace solo unos meses parecían todavía un objetivo muy lejano y que hace dos años, en pleno bear market, hubo quienes se animaron a abandonar como hito por creerlo imposible.
Por suerte estuvieron muy errados: el BTC acaba de marcar un nuevo ATH de 103.900 USD este jueves 5 de diciembre; y mientras escribía esto oscilaba alrededor de los 102.600 USD por unidad. Eso sería un rendimiento de casi el 146% anual, desde los 42.280 USD de la apertura del 1º de enero al ATH vigente. En el mismo período el oro, el principal activo por capitalización a nivel global, sólo subió un 35%. Y esa crecida también le valió a Bitcoin convertirse en el séptimo activo por market cap, superando este año a la plata y a las acciones de Saudi Aramco.
En medio de esa crecida, en Ripio pudimos notar en las primeras tres semanas de noviembre un crecimiento de más del 150% en la compra de Bitcoin y stablecoins respecto a la misma cantidad de días en octubre, y del 368% respecto a noviembre de 2023. Además, las altas de nuevos usuarios y clientes corporativos crecieron también considerablemente, sobre todo en Argentina.
Sin ninguna duda, la elección presidencial estadounidense fue el trigger que se necesitaba para descomprimir el mercado y darle otra pierna al bull run cripto. De hecho falta más de un mes para la asunción de Trump, "técnicamente" nada ha cambiado aún, pero el mercado se expresó. Pero este estado de situación ya se venía cocinando en cripto, hasta armar esta "tormenta perfecta".
También tuvimos un hecho flamante como las declaraciones del titular de la Reserva Federal estadounidense, Jerome Powell, quien literalmente llamó al Bitcoin como un equivalente al oro, "sólo que es virtual, es digital", y que por su volatilidad y el uso que se le está dando, "no es tanto un competidor del dólar como del oro". En la misma entrevista con el New York Times, Powell ponderó el "saludable momento" de la economía estadounidense y dejó ver que la Fed podría hacer un nuevo recorte del 0.25% a las tasas de interés en diciembre, lo que redondearía un 1% de reducción desde septiembre.
Entonces, Tenemos por un lado factores internos del mercado cripto, como el halving de Bitcoin, la aprobación de los fondos cotizados de bolsa de Bitcoin y de Ethereum al contado (ETF spot), la consolidación de las memecoins como actores centrales en la era de la attention economy o el propio efecto contagio del BTC alcanzando nuevos máximos históricos y su derrame al resto del mercado.
Y por el otro lado, con todo tipo de elementos externos, desde las consecuencias latentes del covid-19 (con la inflación como nueva realidad global) hasta los conflictos geopolíticos (Ucrania, Gaza), pasando claro por el resultado electoral estadounidense y las políticas que se esperan para la SEC y para la Reserva Federal. En este punto, este año quedó demostrado -por si quedaban dudas- que los mercados también son índices de información y que los valores de los activos muchas veces están priceando cuestiones más macro, y no sólo al activo en cuestión.
Un panorama favorable fuera del mercado
El triunfo presidencial de Donald Trump ante Kamala Harris fue el triunfo de un partido (el republicano) y una propuesta macroeconómica que los mercados financieros tradicionales, el área fintech y el campo del desarrollo de tecnologías reciben con mayor expectativa que lo que hubiera sido con el combo de regulaciones e impresión monetaria que se podía anticipar ante un eventual triunfo demócrata. De hecho, se proyectaba que si Kamala hubiera ganado las elecciones (manteniendo, entre otras cosas, a Gary Gensler al frente de la SEC), el precio del BTC podría haber corregido y vuelto al nivel de los 60.000 USD.
Esto también hay que tomarlo para desactivar un poco del FOMO que inevitablemente se amasa cuando hay corridas de precio de Bitcoin. Una parte del gran interés en cripto que se dio unos días antes, durante y después de las elecciones tiene que ver con un típico evento de buy the news. Es decir, una reacción relacionada con prepararse para lo que va a venir. La noticia de que Trump será presidente liberó esa demanda aunque él no vaya a asumir en lo inmediato. En ese sentido, son movimientos basados en expectativas y no en medidas puntuales de gobierno.
Por eso habrá diversos elementos a tener en cuenta en los próximos meses, que son cuestiones que van a afectar de forma directa a lo que las personas y las empresas hagan con su dinero en Estados Unidos, que es punta de lanza global en materia de mercados financieros y comerciales.
- Las regulaciones: un número sin precedentes de legisladores pro-cripto ganaron bancas en la Cámara de Representantes y en el Senado estadounidense, lo que podría favorecer normativas más beneficiosas para el desarrollo del ecosistema.
- Las reservas: hay una posibilidad, vociferada por Trump incluso en campaña, de que Estados Unidos adopte Bitcoin como activo de reserva, lo que podría generar una demanda descomunal de bitcoins.
- La tasa de interés: uno de los puntos donde siempre hay expectativa es en el recorte a la tasa de interés de la Reserva Federal, ya que tener tasas más bajas hace menos atractivos los activos percibidos como más seguros (como los bonos del Tesoro y los depósitos a plazo) y ganan lugar inversiones alternativas como las criptomonedas.
- La SEC: la salida de Gary Gensler al frente de la SEC abriría la puerta a una dirección con menor aversión a las criptomonedas, lo que podría relajar algunas batallas legales contra grandes exchanges y favorecer la aprobación de ETF de otras criptos (los de Solana, Ripple y Litecoin aguardan su turno).
Una crisis positiva dentro de cripto
Como mercado comercial y financiero líder a nivel global, y como uno de los principales países en adopción cripto, tiene sentido que lo que pase con una elección en Estados Unidos impacte en el precio de activos, valores y criptomonedas. No obstante, esta bull run tampoco habría sido posible sin una serie de factores propios del ecosistema cripto.
El principal es, sin dudas, la conformación de una crisis declarada de oferta y demanda. Vemos indicadores máximos en volumen, precio y market cap para cripto, con un tenor de demanda inédito y que es récord mediante los ETF y la adopción corporativa. Pero al mismo tiempo quedan cada vez menos BTC (gracias al suministro controlado programado por Satoshi Nakamoto) y venimos de un cuarto halving que hizo el doble de difícil y de costoso minar nuevos bitcoins.
Hasta hoy se han minado alrededor de 19,8 de los 21 millones de Bitcoins que habrá, lo que representa más del 94% del suministro. Solo quedan alrededor de 1.2 millones de bitcoins por minar, lo cual agrega más presión sobre la oferta (disminuye la cantidad de nuevo BTC ingresando al mercado) y también sobre la demanda (porque triggerea el FOMO).
Recordemos que el halving de mediados de abril redujo las recompensas de bloque de 6.25 a 3.125 BTC, derivando en una crisis de escasez de suministro porque cada vez que alguien compra bitcoins y los holdea son bitcoins que no vuelven al mercado y una oferta que empieza a estar cada vez más recortada.
Al ritmo actual, se minan unos 900 nuevos bitcoins en promedio por día (entre 250 y 300 nuevos bloques en la cadena de Bitcoin), pero cualquier día cae un fondo ofertante de ETF, una empresa, un gobierno o incluso cualquier particular y compra 50.000 BTC si quiere y tiene el dinero. Los fondos cotizados en bolsa de Bitcoin (ETF), aprobados en enero de este año, exacerban esa demanda. De hecho el 7 y el 11 de noviembre fueron las únicas jornadas desde que se aprobaron los ETF spot de BTC (junto a la del 12/3, justo antes del ATH previo) en las que se superó la barrera de los mil millones de dólares operados.
El resultado de esto es un boom post-halving que suele disparar un bull market intenso que en las experiencias previas (2012, 2016 y 2020) comenzó entre 6 y 10 meses después del halving y duró hasta 18 o 20 meses después. Actualmente estamos justo terminando el séptimo mes y llevamos un mes de crecida sostenida, desde el último mínimo de BTC cercano a los 54.000 USD del 8 de septiembre, cuando terminaba el quinto mes desde el halving. Desde entonces, la crecida de Bitcoin fue de más del 92% en 88 días, hasta alcanzar el tope de 103.900 USD.
Hacia dónde podríamos estar yendo
La mayoría de los inversores y analistas estamos de acuerdo en que la carrera alcista del mercado va a seguir durante 2025. En los últimos días, antes de volver a romper su ATH este jueves 5 de diciembre, el Bitcoin venía lateralizando en su franja superior, en un rango por encima de los 90.000 USD. El flujo comprador que hizo mover su máximo histórico podría llevar ese valor por encima de los 105.000 USD en los próximos días, según está proyectando nuestro equipo de analistas de mercado asociados.
Lo más probable es que Bitcoin y el mercado cripto alcancen su punto máximo de este ciclo el año que viene. De hecho, hace poco la consultora MV Global encuestó a casi 80 grandes firmas inversoras, empresas de riesgo, fondos de cobertura y particulares con grandes patrimonios y la opinión popular es que veremos el pico en la segunda mitad de 2025. La mayoría habla de un Bitcoin cercano a los 150.000 USD, aunque también hay proyecciones que llegan a superar los 200.000 USD. A esa altura del mercado, estos mismos inversores piensan en valores de entre 5.000 y 7.000 USD para ETH y de alrededor de 600 USD para SOL.
Las altcoins de baja capitalización, especialmente las memecoins y los tokens de IA, así como los tokens de proyectos de tokenización de activos del mundo real (RWA) y de DePIN (de redes de infraestructura física descentralizada), podrían tener un rendimiento por encima de BTC, ETH y SOL. Ya el segmento memecoins es una parte importantísima del mercado, con más de 10 ubicadas entre los primeros 100 tokens y criptomonedas por market cap, incluyendo a DOGE (7ª), SHIB (12ª) y PEPE (23ª) en el top 25, y con las últimas agregadas mostrando una fuerza descomunal, fundamentalmente PNUT, GOAT y NEIRO. Y entre los casos de protocolos y tokens relativos a RWA, IA y DePIN podemos ver a NEAR Protocol, Internet Computer, Render, Mantra, VeChain, Ondo, Immutable X, Beam, Gala Games ubicados entre los principales tokens del ecosistema.
Hacia fuera del mercado, resta ver cómo evoluciona el panorama postelectoral y cómo empiezan a aplicarse las medidas y a cumplirse las promesas de campaña. Hay que prestar atención a los recortes del gasto público y las posibles reformas arancelarias pero también a cómo maduran los conflictos geopolíticos latentes. A esta altura del mercado sabemos también que algunas noticias de alto impacto pueden generar correcciones importantes (con la subida del BTC, de pronto una corrección de un 10% puede es una corrección de 10.000 USD) que, si se mira la proyección completa, puedan servir como nuevas oportunidades de entrada. Pero también habrá noticias que desaten o acompañen una nueva pierna de esta bull run de Bitcoin y del mercado.
Ante esos panoramas es importante -siempre es importante- mantener cierta conducta en cuanto a manejo del riesgo y sumisión al FOMO. Y también aumentar las condiciones de seguridad y privacidad para operar con criptomonedas. Los bull markets traen consigo muchos proyectos fraudulentos, hackeos, casos de phishing. Y la propia euforia expone a los inversores a actuar a las apuradas, a no investigar los proyectos en los que ponen su dinero, incluso a confundirse de nombre o ingresar mal una dirección de un contrato.
Y como se dice también por ahí: tomar ganancias no es malo. En una corrida, a veces consumir, usar parte de nuestras criptos, puede verse como algo perjudicial, por lo que pueda "dejar de ganarse". Pero también es verdad que tomar ganancias es una forma de premiar las decisiones y la valentía pasadas. Al fin y al cabo, cada uno sabe por qué y para qué está en cripto, cuáles son sus expectativas y hasta dónde puede darse el lujo de tomar riesgos y también de tomar ganancias.
También es importante recordar que esta industria tiene ciclos muy marcados, lo que afecta a las empresas del mercado. Además, en los últimos años pudimos ver un desarrollo regulatorio y en todos los países de América latina empieza a haber normativas más definidas. Eso genera un escenario siempre cambiante y desafiante.
Pero más allá de esos desafíos, hay también mucho trabajo por hacer para seguir avanzando en la adopción y en la ampliación de los casos de uso. Ya existen muchas herramientas fuertes, como las stablecoins, que proporcionan liquidez global en segundos y no dejan de crecer, o como DeFi y todas sus herramientas, que conforman un sistema de financiamiento alternativo y descentralizado que también sigue en expansión. En paralelo, estamos viendo cada vez más emisiones de tokens, lo que me lleva a creer que habrá una tokenización de activos reales (RWA) cada vez más fuerte en los próximos años, resultando en una mayor eficiencia para el mercado financiero. Además de todas las innovaciones que no podemos imaginar aún.
Sin dudas, el auge del mercado cripto abre un horizonte de posibilidades. Y será un honor y una aventura participar de ellas.
*Por Sebastián Serrano, CEO y co-fundador de Ripio