Una vez más, el Bitcoin vuelve a ser noticia, pero esta vez en sentido negativo: tras un rally alcista en el que logró ganar más de un 60% en mayo, su cotización descendió 8%, perdiendo lo que los expertos internacionales consideran su piso de u$s8.000.

Esta baja ha sido la más pronunciada de las dos últimas semanas. Según algunos analistas, forma parte de la volatilidad normal de la moneda. Otros, en cambio, aseguran que guarda relación directa con el accionar de grandes inversores, conocidos como "ballenas", que por su peso pueden hacer mover la cotización hacia arriba o hacia abajo.

En una suerte de efecto dominó, su fuerte descenso repercutió la mayoría de las principales 20 monedas, que marcaron pérdidas de hasta 15%. Así, y en tan solo una jornada, el mercado perdió cerca de u$s20.000 millones.

Mirando el vaso medio lleno, el fundador de la firma CoinFi, Timothy Tam, señala: "Es un retroceso que hasta diría que es saludable. Por otro lado, tampoco hace falta mucho dinero para mover estos mercados en comparación con los tradicionales".

Considera además que las ventas en los mercados globales también contribuyen con la caída, ya que supone la salida de un flujo de fondos que termina por afectar las cotizaciones de las monedas digitales.

Las razones

Los analistas, locales e internacionales, hacen referencia a múltiples causas combinadas al momento de explicar el reciente sacudón de la divisa. Una de ellas sostiene que ha sido producto del accionar de los mencionados inversores "ballenas", que vendieron gran cantidad de monedas y luego aprovecharon el desplome del precio para volver a recomprar, ganando millones de dólares.

En concreto, fuentes del mercado señalan que en la noche del 3 al 4 de junio:

- Uno de ellos movió más de 25.000 bitcoins desde un monedero particular hasta CoinBase (una de las principales casas de monedas virtuales), por u$s215 millones

- Poco después, según esas mismas fuentes, la mitad de ese monto fue transferido desde Coinbase a otra billetera particular

- A esa transacción se le sumó otra por u$s88 millones- Así, ese inversor, que se movió entre las sombras, se alzó con un beneficio de u$s15 millones en apenas una noche (vendiendo u$s215 M y recomprando por u$s200 M)

Pero esta no habría sido la única maniobra realizada por este tipo de operadores: también hay otras carteras que han realizado grandes transacciones. Por ejemplo, ese mismo 3 de junio se enviaron 61.500 bitcoins a una billetera desconocida.

A pesar de que el Bitcoin es la moneda virtual más negociada del mundo, estos movimientos ejecutados por grandes especuladores provocan de forma repetitiva marcadas variaciones en los precios.

Además, generan un fuerte efecto arrastre sobre otros activos de la misma naturaleza (Ethereum, Litecoin, Ripple o EOS), que tampoco lo han pasado bien durante ese lapso. 

Aun así, y pese a la abrupta corrección de las últimas horas, el Bitcoin ya duplicó su precio en lo que va del año, desde los u$s4.000 a inicios del 2019, a los u$s8.000 actuales.

Hoy día, su cotización está muy por debajo del máximo alcanzado en diciembre 2017 (u$s20.000). Sin embargo, ese récord resultó "exagerado" a ojos de muchos analistas, ya que fue producto de movimientos especulativos y no guardó relación con el propósito por el que fuera creada la divisa: es decir, para operar por Internet, sin controles ni regulaciones.

Fue, precisamente, ese cambio de rol lo que llevó a que los financistas recomienden ser cautos a la hora de apostar por este activo, fundamentalmente por su excesiva volatilidad. Otra de las causas por las que los expertos lo desaconsejan tiene que ver con su inseguridad jurídica: su opaca regulación deja un marco de ambigüedad que es aprovechado por distintas organizaciones criminales y de narcotráfico para blanquear dinero y financiar operaciones, incluso bajo la forma de ciberestafas.

En sentido inverso, sus defensores, que no son pocos, aseguran que son una forma de "escapar" del control de los grandes poderes financieros y de "democratizar" la economía, dado que no existe ningún tipo de intermediario al realizar la transacción.

Sobre estos movimientos bajistas, Alex Kuptsikevich, analista de FxPro, afirma: "El Bitcoin y el resto del mercado están evidenciando una fuerte corrección".

"Perdió más de un 7% en apenas 24 horas y ha caído por debajo de los 8.000 dólares. Si bien podría encontrar soporte en este nivel, el creciente volumen de operaciones, sumado a la depreciación de la moneda, podrían indicar que la situación es más favorable para los llamados financistas osos", explica.

Dicho de otra manera, el analista hace referencia a que el mercado está con postura vendedora o "bearish" (de bear, "oso" en inglés), utilizando la jerga de los operadores de Wall Street.

"El reciente repunte de precios de la mayoría de las monedas virtuales nos hacía pensar que el mercado pronto acabaría enfrentándose a una corrección, de modo tal que la actual situación lejos estuvo de ser una sorpresa", agrega el analista de FXPro.

Al mismo tiempo, muchos financistas creen que este tipo de correcciones son una gran oportunidad para acceder a precios más bajos. "La mayor parte del mercado sigue mostrándose optimista con respecto al crecimiento del Bitcoin, asociando el ajuste actual con los factores técnicos y la especulación a corto plazo", indica el especialista.

Brian Stutland, reconocido bróker internacional, al ver cómo los volúmenes han vuelto recientemente a bajar deduce que los compradores no están volviendo al mercado con la misma fuerza que tenían unas semanas antes.

Más regulaciones

Las monedas virtuales no solo sufren los embates de un mercado repleto de "grises", sino que también deben enfrentarse a un mayor número de regulaciones que limitan su operatoria y, en consecuencia, impactan directamente en la cotización.

En ese sentido, el último golpe al ecosistema está vinculado a una decisión del Parlamento japonés, que aprobó el 31 de mayo una enmienda en las leyes que regulan el uso de las divisas digitales en ese país. 

Esta iniciativa fija leyes más estrictas para los residentes en Japón, enfocadas en limitar el comercio especulativo y proteger a los usuarios en caso de ciberataques.

Adicionalmente, se reforzaron las normas para prevenir su uso criminal. El texto fue presentado ante el Parlamento por la Agencia de Servicios Financieros (FSA), ente encargado de vigilar los intercambios monetarios en territorio nipón.

Entre las disposiciones que establece la denominación de "activos criptográficos" en lugar de "monedas virtuales". De acuerdo con los reportes, las divisas se renombran con la intención de evitar que sean identificadas como monedas de curso legal, como el yen o el dólar.

La medida se alinea con las expresiones utilizadas en las conferencias internacionales, como el G20, y establece que los denominados tokens de seguridad y sus ofertas –como las ofertas iniciales de moneda (ICO), similar a una oferta inicial de acciones (IPO)– pasen a ser regulados por la Ley de Cambio e Instrumentos Financieros (FIEA). En otras palabras, serán controlados como valores.

Asimismo, la ley prohibirá la manipulación del mercado de monedas digitales para limitar el comercio especulativo. Y establece la obligatoriedad para las casas de cambio de estas divisas de mantener un fondo de protección para el reembolso a los usuarios en caso de pérdidas por ciberataques.

Luego de que en 2018 se presentaran diversos casos por robos multimillonarios a criptomonedas en Japón, las autoridades decidieron reforzar la seguridad de los inversores y "blanquear" un mercado que todavía tiene mucho por regular.

Por cierto, no se trató de hurtos menores: a través de la plataforma Zaif, un grupo de hackers sustrajo u$s60 millones en Bitcoin y Bitcoin Cash. En el caso de Coincheck, la cifra robada ascendió a la friolera de u$s530 millones.

Así, entre la expectativa, la especulación y la inestabilidad, el Bitcoin y el resto de las monedas virtuales siguen peleando para ganarse un lugar de peso en el sistema financiero. ¿A río revuelto, ganancia de pescador? 

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