El empresario Leonardo Cositorto, cara visible de Generación Zoe y principal acusado por la supuesta megaestafa piramidal que involucra a la compañía, se declaró inocente y denunció la presencia de infiltrados dentro de la organización.
En el marco de una nueva jornada del juicio que se desarrolla en Goya, Corrientes, contra Cositorto y los demás acusados, este manifestó su "decepción y desacuerdo con la justicia" y se declaró "totalmente inocente, nunca jamás en mi vida construí una asociación ilícita".
Luego el empresario denunció que hubo una infiltración de personas en su organización y añadió que "la empresa es una empresa de coaching, la acusación dice que todo era una pantalla y teníamos el aval de la Universidad Colombia. También dicen que el trading (actividad de comprar y vender activos financieros electrónicos) era una pantalla y hasta yo hacía trading".
"Me suben al ring atado de manos y el resto de los abogados muestran pruebas mentirosas", denunció ante el tribunal y luego añadió a sus testimonios que "No hay dolo, no hay delito, no se diseñó ninguna organización fraudulenta".
"Nos obligaron a incumplir un contrato firmado por todas las personas. Yo soy el primero que le quiere pagar a la gente, pero nos embargaron todo, no nos dejan trabajar. Lo único que pido es que me dejen trabajar", sentenció.
Leonardo Cositorto: cómo era su negocio de Generación Zoe
La organización prometía altos retornos en dólares a través de actividades ficticias, como la compra de oro, criptomonedas y franquicias de negocios.
La maniobra principal era captar dinero a través de inversiones en coaching ontológico, espiritual y financiero, con un interés mensual del 7,5%.
La red de empresas de Generación Zoe abarcaba una amplia gama de actividades, algunas insólitas, que servían como fachada para ocultar una presunta estafa. Cositorto, por ejemplo, anunció la compra de minas de oro que nunca existieron.
El empresario hasta había firmado acuerdos hace tres años con el club Deportivo Español, con sede en el barrio porteño de Flores, para abonar el salario de sus futbolistas en criptomonedas. De hecho, su director técnico de entonces, Ricardo Caruso Lombardi, fue citado a declarar por la fiscal Companys.
El juicio será un proceso complejo y extenso. Se espera que la fiscalía presente una sólida acusación que demuestre la responsabilidad de Cositorto y sus colaboradores en la estafa a miles de personas.
El caso Generación Zoe puso de relieve la necesidad de proteger a los inversores de las estafas financieras y de fortalecer los mecanismos de control y prevención.