La reciente reducción de tasas de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos, que bajó el tipo de referencia al 4,75%, podría beneficiar a Argentina en un momento clave para su economía, que busca recuperarse de una prolongada recesión.
Esta medida se da en un contexto de baja del dólar, alcanzando su menor nivel en seis meses, lo que aumenta el atractivo de los mercados emergentes como destino de inversiones.
La Fed considera que la inflación en EE.UU. se está alineando hacia un objetivo sostenible del 2% anual, uno de los factores que contribuyó a la victoria de Donald Trump en las últimas elecciones.
En este escenario de tasas más bajas, el crédito en EE.UU. se abarata, alentando el crecimiento económico y ofreciendo a los inversores la posibilidad de redirigir sus capitales hacia economías emergentes, donde los rendimientos suelen ser más altos.
Para Argentina, esta rebaja podría significar una mayor afluencia de fondos de inversión, ya que el menor atractivo de los bonos estadounidenses incentiva a los inversores globales a buscar mejores rendimientos en activos de países como Argentina, Brasil y China.
Este flujo de capitales podría impulsar la actividad económica en Argentina, además de fortalecer el comercio con sus principales socios.
Un dólar más débil también podría favorecer los precios de las materias primas, elevando las cotizaciones en dólares de productos clave para la balanza comercial argentina, como granos y sus derivados.
Esta alza fortalecería el superávit comercial y, a la vez, facilitaría un acceso más económico al financiamiento internacional, crucial para una economía con altos niveles de endeudamiento en dólares.
Analistas subrayan que la caída de la inflación en Estados Unidos, actualmente por debajo del 3%, crea condiciones favorables para las inversiones en renta variable, especialmente en compañías de menor capitalización, aunque estas conllevan mayor riesgo.