Los tokens dinámicos no fungibles (DNFT) representan una evolución de los NFT tradicionales. Esto permite que los activos digitales se adapten y se modifiquen en el tiempo.
Los DNFT prometen ser una gran transformación dentro del universo de los activos digitales.
Los nuevos tokens no fungibles buscan evolucionar las reglas de juego, ya que los mismos pueden crecer, adaptarse y evolucionar con el tiempo.
La nueva capacidad se adapta al nuevo mundo digital donde la innovación tecnológica se fusiona con las necesidades ambientales.
Al utilizar contratos inteligentes, los tokens pueden modificar sus metadatos en función de información externa a partir de:
Esto significa que un DNTF hoy puede representar una realidad y a medida que pasa el tiempo, se adaptará a los cambios que lo rodea.
Claudio Olimpio, cofundador de Greener, la plataforma de soluciones globales de ESG, manifestó que las nuevas tecnologías tienen un inmenso impacto ambiental.
"Los DNFT pueden usarse para monitorear ecosistemas enteros. En un área protegida, un DNFT puede registrar y actualizar datos sobre biodiversidad en tiempo real, informando sobre el estado de las especies locales y posibles amenazas al hábitat", indicó Olimpio.
Los DNFT pueden monitorear la calidad del agua y del suelo de manera continua. Además, actualiza información sobre los niveles de contaminación y salud general del ecosistema.
Los tokens no fungibles tradicionales se caracterizan por ser únicos e inigualables, algo que imposibilita su capacidad de intercambio.
Además, una vez que fueron creados se consideran inmutables y quedan atrapados en el tiempo.
Los NFT, al ser propiedades únicas e inimitables, el activo puede ser comprado o vendido como cualquier otro tipo de propiedad, pero su forma es intangible en sí misma.
Los mismos suelen ser entendidos como certificados de propiedad de activos virtuales o físicos.
En la comunidad de criptomonedas, estos tokens son ideales para el registro y almacenamiento de artículos digitales, como coleccionables, juegos y arte.