En la localidad bonaerense de San Pedro, a 170 km de la Ciudad de Buenos Aires, una estafa con criptomonedas captó a un tercio de la población.
Atraídos por la promesa de ganancias rápidas y fáciles, miles de personas invirtieron sus ahorros en una plataforma que prometía duplicar su dinero en cuestión de semanas.
Al igual que en esquemas como Zoe, lo que parecía un sueño hecho realidad resultó ser una elaborada farsa orquestada desde Europa. La plataforma, conocida como RainbowEx y liderada por una misteriosa figura a la que llaman "La China", ofrecía retornos diarios de hasta 2% en dólares.
RainbowEx: en qué consistía la estafa
La tentadora propuesta que se hizo famosa en San Pedro sedujo a comerciantes, amas de casa y trabajadores de todos los sectores, quienes vieron en esta inversión la oportunidad de cambiar sus vidas. Para muchos, vender sus pertenencias y endeudarse era un sacrificio justificado por la promesa de una vida más próspera.
Las claves de la plataforma que tiene en vilo a San Pedro
"Mis familiares y amigos que pusieron plata siguen defendiendo el proyecto y no se les puede decir nada en contra", cuenta a iProUP Raúl, habitante de San Pedro que no necesita mayores detalles para reconocer en segundos el motivo de la entrevista.
La ciudad tiene cerca de 70.000 habitantes de los cuales 20.000 están involucrados en el esquema. "Hay de todo. Gente con mucho dinero y gente humilde. La mayoría puso plata por el comentario de algún cercano al que le fue bien", agrega Raúl.
RainbowEx opera como cualquier esquema Ponzi: paga a los primeros inversores con el dinero de los nuevos. Cuando esos primeros ven ganancias tangibles, traen más gente e invierten más dinero propio. Todo con un único objetivo: ganar más plata.
"Les hacen creer a todos que están comprando o vendiendo una cripto y haciendo un 1% o 2% diario de ganancias. Es un APK instalado por fuera de la tienda, son todas cripto falopa inexistentes, es todo simulación, pero todos están chochos creyendo que son los Lobos de Wall Street", comenta a iProUP el programador Maximiliano Firtman, quien publicó en X los videos que acompañan este artículo.
El papel de La China y los actores polacos
La figura de La China fue clave en este engaño. A través de una aplicación de mensajería, esta misteriosa persona impartía órdenes y transmitía un sentimiento de comunidad y camaradería entre los inversores. Su imagen, envuelta en un halo de misterio, contribuyó a consolidar la confianza en el proyecto.
"La comunicación se da por la aplicación de mensajería Telegram, a través de una usuaria llamada Ali, a quien todos apodaron cariñosamente La China", señala Firtman, quien pudo investigar a los autores detrás del engaño y potenciar la exposición del esquema.
Todas las noches, entre las 21 y las 22, esta mujer asiática da señales para que la gente pueda comprar y vender cripto. Cuando esto sucede, la ciudad se detien para hacer la operación. "Se paraliza realmente, todos dejan de hacer cualquier cosa para prestar atención a las señales de La China", reafirma el vecino local entrevistado por iProUP.
Otro dato superador a todo lo visto hasta ahora en noticias sobre esquemas de este tipo es lo que revela Firtman: "Los únicos directivos visibles de Knight Consortium/RainbowEx son en realidad dos actores de reparto polacos":
- El director de operaciones Jeremy Jones se llama realmente Filip Wałcer
- El gerente de marketing, Timothy Murphy, se lo conoce como Maurycy Lyczko
Los "extras" europeos fueron convocados para un evento presencial desarrollado el 21 de septiembre en el hotel Emperador. La idea era que interpreten a ejecutivos de la firma para generar mayor confianza.
"Los actores asumieron inmediatamente que se hacían pasar por los empresarios y dieron una versión tan simple como increíble: dicen haber sido contratados por una agencia para hacer una presentación en un evento corporativo, algo que suelen hacer mucho en Polonia, pero viajaron sin saber qué es lo que harían", comenta Firtman.
Si bien hay muchas similitudes con otros Ponzi, contratar actores para que representen la marca es algo novedoso. Filip cerró sus redes sociales después de recibir cientos de mensajes, una vez destapada la olla del engaño.
La plataforma dejó de pagar hace 48 horas por "problemas técnicos" y, por el momento, no se presentaron denuncias. Como suele ocurrir en estos casos, la comunidad todavía cree que va a cobrar.