Junto a Paraguay, Argentina es uno de los destinos favoritos para la minería de criptomonedas debido al bajo costo de la electricidad y el talento técnico local.
Sin embargo, al aumento de las tarifas tras la reducción de subsidios hoy se suma otro factor: las suspensiones de suministro eléctrico que anticipan para los meses de calor. En efecto, las declaraciones cruzadas de funcionarios sobre la posibilidad de cortes de luz programados contribuyeron a una ola de incertidumbre y confusión.
Una de las fuentes consultadas por iProUP, con larga experiencia en la actividad, grafica el momento de la minería cripto: "Estamos apagados. La única forma de que esto rinda es hacerlo informalmente, pagando como residencial".
La fuente advierte que este panorama se presenta en un contexto de crisis de producción: "En Ciudad de Buenos Aires y parques industriales del país reemplazan producción por minería de Bitcoin: pasás y están las oficinas minando las 24 horas, aunque se dediquen a otra cosa".
Minar "en negro" implica no pagar aranceles de importación e IVA, lo que lleva a ahorrar cerca de un 40%. "Por eso se está minando en Pilar, Tortuguitas o Barracas. En los barrios populares, oficinas vacías y hasta en fábricas se está minando", completa la fuente.
Nicolás Verderosa, especialista en minería de criptomonedas, asegura que la caída de la actividad comenzó a raíz de cuestiones:
"Traer equipamiento implica costos impositivos muy altos y muchos de los que minaban con placas de video vendieron porque se cansaron de probar qué alternativa rinde. Además, los aumentos de la luz también pegaron fuerte", señala.
Sobre este último punto, el minero remarca : "El precio de la luz desde la llegada de Milei se multiplicó por cinco". Y aún hay margen para màs aumentos. Según el ránking de precios de electricidad en la región elaborado por Udea y Adeera, Argentina tiene la segunda tarifa más barata (Capital Federal y Conurbano), o la quinta en el resto del país:
Pero la suba pegó fuerte para el castigado bolsillo local. Andrés Salamone, fundador de Córdoba Bitcoin, asegura a iProUP: "Prácticamente no quedan mineros residenciales porque el costo es altísimo, y llevarlo nivel industrial conlleva pagar una factura de luz de 1 millón de pesos por mes, como mínimo".
Para ilustrar, un equipo consume entre 1.500 a 2.000 watts. A hogares, solo se distribuye 5 kW, que alcanza para dos o tres equipos. En el caso de un galpón o industria se puede solicitar de 12 kW a 50 kW.
La semana pasada, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, anticipó la posibilidad de cortes de luz programados durante el verano, argumentando que la falta de inversiones en el sector energético puede generar una situación crítica.
Sus declaraciones fueron rápidamente desmentidas por el secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, quien aseguró que no se prevén para usuarios residenciales.
"Tenemos claro que somos el primer rubro al que le cortarían el servicio en caso de aplicar un plan de redistribución o emergencia", sostiene la fuente consultada a iProUP.
La confusión generada por estas declaraciones contradictorias se suma a una serie de mensajes cruzados que el Gobierno emitió en los últimos meses. El vocero presidencial, Manuel Adorni, por ejemplo, evitó tomar una posición clara sobre el tema, argumentando que es imposible predecir con exactitud la demanda de energía en época estival.
No obstante, de presentarse cualquier inconveniente en la prestación del servicio –algo que sería novedad en Argentina–, quienes se dedican a la generación de criptomonedas ya saben que serán el primer fusible que saltará.
Es decir, los mineros son conscientes de este eventual problema extra: "Una mancha más al tigre", concluye la persona experta en minería que prefiere no difundir su identidad.
En la Costa Atlántica, un fuerte operativo llevado a cabo por la Dirección General de Aduanas (DGA), la Prefectura Naval Argentina y la Dirección General Impositiva (DGI) desarticuló una red dedicada a la comercialización ilegal de productos electrónicos de alta gama.
Entre lo secuestrado había componentes esenciales para computadoras de alta performance, especialmente utilizadas para la minería de criptomonedas, y hardware especializado para la generación de activos virtuales. El valor total de la mercadería secuestrada asciende a la suma de $430 millones.
El caso ratifica las afirmaciones de los expertos consultados por iProUP en cuanto a que hoy se mantienen en pie casi exclusivamente aquellos que realizan la minería de forma clandestina.