¿Cómo una misma industria puede reflejar al mismo tiempo tradición y modernidad? Aunque paradójico, esta dicotomía es lo que hoy define a la perfección la industria inmobiliaria.

Desde la construcción hasta la compra y venta de propiedades, cada etapa del proceso ha mantenido una cierta constancia a lo largo de las décadas, fortaleciendo la caracterización del Real Estate como una industria tradicional, conservadora y reacia a la adaptación.

De hecho, según el Índice de Digitalización de la Industria de McKinsey, la construcción es la segunda industria menos digitalizada del mundo, lo que provoca que los proyectos se prolonguen un 20% más de lo previsto y se salgan de presupuesto hasta en un 80%

En consecuencia, estamos ante una brecha de productividad y eficiencia en relación a los cambios del mercado, la tecnología y el comportamiento de los consumidores.

Afortunadamente, todo esto está cambiando y la modernidad está logrando abrirse paso entre los abundantes obstáculos del mercado inmobiliario, para lograr reducir el número de intermediarios a la hora de adquirir una propiedad. En este punto es donde aparece un término que viene ganando protagonismo en los últimos años: Proptech

Derivado de la fusión de "property" (propiedad) y "technology" (tecnología), este término es un descendiente directo del fintech y ha recorrido un largo camino desde sus inicios, con el objetivo de llegar al punto en el que se puedan comprar y vender propiedades online, así como transformar los procesos del sector inmobiliario.

En su primera fase, Proptech se originó en los años 2000 con la llegada de los portales inmobiliarios online y las webs especializadas en el sector. Con Proptech 2.0 surgieron miles de startups y plataformas como Airbnb y Zillow, dedicadas a simplificar la industria para los consumidores y facilitar la búsqueda de propiedades. 

Actualmente, estamos en un punto de inflexión, en el que las tecnologías de la cuarta revolución industrial transforman el panorama, dando lugar a Proptech 3.0: la integración de tecnologías avanzadas como:

Además de redefinir cómo se construyen y gestionan las propiedades, esta nueva era tecnológica cambia la forma en la que interactuamos con los procesos del mercado inmobiliario

En la Argentina, todavía queda un largo camino por recorrer: según una encuesta realizada por el BIM Forum Argentina a 1566 profesionales de la construcción, solo el 28.,2% conoce aplicaciones en la construcción civil de tecnologías 3.0, y cuando hablamos de tecnologías 4.0 ese número se reduce al 12.3%. 

En el ámbito de la construcción, la tecnología BIM juega un papel fundamental, porque permite integrar todos los datos de un único proyecto inmobiliario en un mismo modelo digital al que tienen acceso todos los agentes implicados.

Esto da lugar a representaciones digitales precisas de construcciones, lo que facilita una mejor planificación y ejecución. Además, estos modelos e información se transforman en un insumo estratégico para la fase de operación y mantenimiento de los activos. 

Por otro lado, la inteligencia artificial trajo consigo la posibilidad de analizar grandes volúmenes de datos y en consecuencia analizar mercados, predecir tendencias y guiar las decisiones de los inversores.

Por ejemplo, hoy en día existen algoritmos que identifican las locaciones en donde están ubicadas las mejores propiedades para invertir.

Esto no solo ahorra a los inversores el tedioso trabajo de búsqueda y análisis, sino que también facilita el acceso a información mucho más precisa, que en definitiva contribuye a minimizar el riesgo y maximizar los resultados.

En relación a las transacciones inmobiliarias, blockchain cada vez está ganando más terreno para asegurar operaciones seguras y transparentes. Hoy en día existen plataformas que permiten la democratización de las inversiones inmobiliarias al fraccionar propiedades y venderlas mediante fracciones de forma 100% digital.

Para Argentina que, según un informe de Zonaprop, registró un aumento del precio de las propiedades en el 85% de los barrios porteños, la posibilidad de acceder a una fracción de una propiedad para invertir, es una ventaja invaluable.

*Por Santiago Grisales Bohórquez, Head of Product en Bricksave Colombia

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