Una estrategia corporativa es el plan global de una organización para alcanzar sus objetivos a largo plazo. Es definida por la alta dirección de la empresa y para realizarla, se debe tener en cuenta la visión integral del negocio, su funcionamiento y lo que se proyecta para su futuro.

Se dice que es a largo plazo porque es una herramienta que guía el trabajo y desarrollo de la organización en un lapso que va de dos a cinco años.

Es importante que todas las personas que trabajan dentro de la compañía comprendan cuáles son los objetivos establecidos y orienten sus esfuerzos a ese fin.

¿Qué tipos de estrategias corporativas existen?

Existen diferentes tipos de estrategias corporativas porque a lo largo de su recorrido, las compañías atraviesan distintas etapas desde su nacimiento hasta su madurez o declive.

Estas son las cuatro principales:

Estrategia corporativa de desarrollo

Si la organización se encuentra en una etapa inicial y todavía no tiene una estrategia corporativa definida, el camino ideal a seguir es de desarrollo.

Algunas tácticas que se pueden aplicar son:

Estrategia corporativa de estabilidad

El objetivo de este tipo de estrategia corporativa es mantener lo que ya se consiguió.

Por ejemplo, si una compañía alanzó el volumen de ventas deseado, puede seguir conservando ese nivel con iniciativas como:

Estrategia corporativa de crecimiento

Este tipo de estrategia corporativa tiene por finalidad elevar el crecimiento y alcance de una organización.

Esto lo puede hacer mediante la adquisición de otras empresas, la realización de alianzas estratégicas o la diversificación del mercado.

Estrategia corporativa de contracción 

La estrategia corporativa de contracción se orienta a reducir el negocio, por lo menos en ciertos aspectos.

Por ejemplo, reducir o eliminar líneas de negocio o categorías de producto. Se utiliza cuando las compañías ya tienen un alto grado de madurez que permite identificar áreas sustituibles o prescindibles dentro del negocio.

¿Cómo se hace una estrategia corporativa?

Para realizar una estrategia corporativa efectiva es necesario un proceso estructurado y reflexivo ya que se debe evaluar varios aspectos del funcionamiento de la compañía tanto actual como futuro.

Estos son los pasos clave:

Analizar la situación actual

Antes de comenzar a estructurar una estrategia corporativa es necesario saber en dónde está parado el negocio y hacia dónde se lo quiere llevar.

Para poder hacer este análisis es muy útil la matriz FODA, integrada con el análisis CAME. Ambas son herramientas ideales para revisar la situación actual de la empresa y ver las oportunidades a medio y largo plazo.

Definir misión, visión y valores

Luego de la etapa de análisis hay que definir o revisar la misión, visión y valores de la empresa para poder darle forma a la cultura organizacional y que, de esta manera, los colaboradores puedan perseguir los mismos objetivos.

Establecer objetivos estratégicos

El próximo paso es trazar los objetivos estratégicos a seguir en el mediano y largo plazo.

Cabe destacar que los objetivos son globales, es decir, que la estrategia corporativa no tiene en cuenta los objetivos específicos por área, pero sí es importante que estén alineados.

En este punto, la clave es definir objetivos claros, medibles, alcanzables, relevantes y con un plazo determinado.

Otro factor a tener en cuenta es que, aunque se definan objetivos generales a largo plazo, también es necesario definir metas a corto plazo ya que permiten medir con mayor precisión si está funcionando la estrategia o no.

Formular acciones 

Dependiendo de los objetivos que quiere alcanzar la compañía, su visión a largo plazo y la misión del negocio, hay que definir el tipo de estrategia corporativa que se va a implementar y todas las acciones que formarán parte de ella.

Para este punto, es necesario entender en qué etapa se encuentra la organización y repasar los diferentes tipos de estrategias. A partir de ahí se definen las acciones a realizar dentro de este marco.

Cuanto más claras sean las acciones y mejor implementadas estén, más posibilidades hay de alcanzar los resultados esperados.

Implementar la estrategia

En este paso se pone en marcha la estrategia. En esta etapa hay que evitar tres cosas:

Para poder evitar estos problemas, es necesario asignar recursos y responsabilidades de manera clara, comunicar de forma efectiva la estrategia y los objetivos a todos los niveles de la organización y definir prioridades para poder transmitírselas a todo el equipo.

Una recomendación extra es incorporar una solución de gestión como Xubio que permite simplificar y automatizar tareas administrativas. De esta manera, se reduce el tiempo de trabajo repetitivo y aumenta el tiempo que se puede dedicar a la estrategia.

Además, como toda la información se encuentra en el mismo lugar, los miembros de la compañía pueden trabajar de forma colaborativa.

Controlar y evaluar

Si bien una estrategia corporativa es a largo plazo, es necesario revisarla, evaluar su alcance y cómo está progresando.

En función a esta evaluación, se pueden realizar ajustes y correcciones según sea necesario.

Para esto, se pueden definir las métricas que ayuden a medir el avance de la estrategia y el alcance de resultados. 

¿Cuál es la importancia de la estrategia corporativa?

Elaborar una estrategia corporativa puede ser un proceso complejo.

Sin embargo, hay varios motivos para incorporarla en un negocio:

La estrategia corporativa no es un simple documento, sino que se trata de una hoja de ruta con metas y acciones bien definidas para lograr alcanzar los objetivos propuestos.

En este proceso, hay herramientas que marcan la diferencia. Un software de gestión es una de ellas porque simplifica las gestiones administrativas y contables y permite automatizar tareas, con el ahorro de tiempo que eso significa.

Además, le brinda más tiempo al equipo para ocuparse de gestiones más valiosas, como el desarrollo y seguimiento de la estrategia. 

 

*Software de gestión para pymes

*Por Guillermo Filia, Director de Operaciones en XUBIO

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