Worldcoin es un ambicioso proyecto liderado por Sam Altman y Alex Blania que busca revolucionar la economía digital. A través de World ID, el protocolo de identidad que sustenta el proyecto, se permite a las personas demostrar que son reales sin sacrificar el anonimato.
Este sistema otorga una especie de DNI o pasaporte emitido en la blockchain, crucial para participar en la economía global.
Para obtener una World ID, los usuarios deben posar frente a un dispositivo llamado ORB, el cual escanea el iris del usuario y genera un código único.
Este proceso no utiliza el iris para identificar a la persona, sino únicamente para verificar su unicidad y asegurarse de que no existe un duplicado en el sistema.
Este código se firma con la clave privada única del Orb y se compara con todas las demás criptografías para verificar su singularidad.
Como incentivo, los nuevos usuarios reciben un "Bono Génesis" de 25 WLD, la moneda oficial de Worldcoin. Este atractivo bono ha motivado a miles de argentinos a hacer fila para obtener su World ID.
Ganar más WLD a través de Worldcoin es sencillo y se puede hacer de varias maneras, todas accesibles mediante la World App.
A continuación, te explicamos cómo:
Worldcoin ofrece una manera innovadora de participar en la economía digital, combinando la seguridad de una identidad digital única con múltiples oportunidades para ganar y utilizar WLD.
Los críticos argumentan que la empresa se enfoca en países en desarrollo, donde los ciudadanos pueden ser más vulnerables y menos capaces de evaluar los riesgos, según informó Infobae.
Recientemente, ha habido un aumento de jóvenes formando filas para escanear su iris a cambio de criptomonedas.
La promesa es integrarse en una nueva identidad digital global, diferenciando humanos de entidades digitales mediante el dispositivo ORB, que genera un identificador único llamado World ID. A cambio, los usuarios reciben tokens de la criptomoneda WLD.
Sin embargo, esta propuesta despierta preocupaciones globales sobre privacidad y seguridad, debido a que el iris, como parte de la identificación biométrica, es único en cada individuo.
Grandes empresas tecnológicas utilizan datos biométricos como autenticación, lo que conlleva diversas aplicaciones, desde acceso laboral hasta transacciones bancarias.
La divulgación indebida de estos datos puede exponer la vida digital de las personas.
Además, a diferencia de las contraseñas, el iris no se puede modificar y es inherente e inmutable en la vida de una persona. Por lo tanto, si los datos caen en malas manos, las consecuencias pueden ser graves.