La comunidad cripto celebró la esperada llegada del halving de Bitcoin (BTC), un evento programado cada cuatro años que implica que la recompensa concedida a los mineros de la criptomoneda por añadir nuevos bloques a la blockchain se reduzca a la mitad.
Es por este motivo que uno de los rubros que más aguardaban el evento fue el de la minería de BTC, dada la escasez de la oferta que supuso el acontecimiento acaecido el 20 de abril de este año.
A 20 días de ocurrido el halving, los desarrolladores de la actividad recibieron otra buena noticia: la dificultad para minar nuevos bloques de Bitcoin no para de caer.
Así lo revelaron los datos de BTC.com, que mostraron que la dificultad minera se redujo un 5,6%, el mayor retroceso desde diciembre de 2022, cuando el índice cayó un 7%, en épocas de crisis del mercado como consecuencia del criptoinvierno. El ajuste se produjo a la altura del bloque 842.688, cayendo a 83,15 billones de hashes, según los datos.
En concreto, la baja de este factor quiere decir que minar la criptomoneda es ligeramente más sencillo que antes.
En cambio, una dificultad minera más alta supone que la extracción de nuevos bloques es más trabajosa, lo que representa que la red está asegurada. Por esta misma razón, cuando crece el número de mineros en la red, aumenta la dificultad de extraer nuevos bitcoins.
El indicador que se encarga de medirlo es la tasa de hash, (o hashrate), una medida de la potencia computacional utilizada para minar criptomonedas en redes de prueba de trabajo (PoW). Cuanto mayor sea la tasa, más cálculos se pueden realizar por segundo, algo que aumenta las posibilidades de minar un bloque con éxito.
Los datos de YCharts muestran que la tasa de hash de Bitcoin se retrajo alrededor de 20% desde finales de abril, cuando se ubicó por encima de los 700 exahashes por segundo (EH/s), contra los 550 EH/s que midió el portal BitInfoCharts.